Un “radical” al que le quisieron sacar poder
Hace ya muchos años que Fenapes se nutre de las mismas caras, dirigentes que elección tras elección cambian sus cargos pero siempre mantienen alguna silla dentro de la directiva. Durante la última década, Marcel Slamovitz fue uno de los sindicalistas que más notoriedad ganó en el gremio. El corolario de esto fue que en 2018 fue elegido presidente y en 2020 vicepresidente. Estos cargos, si bien son importantes, a veces no son más que testimoniales, puesto que las decisiones se toman de forma colectiva y que hay algunos dirigentes que concentran más poder, aunque a veces no estén en la cima de la pirámide. Es el caso del actual presidente, José Olivera (considerado un moderado), que años atrás, siendo encargado de asuntos internacionales de Fenapes, tenía vital protagonismo a la hora de decidir paros o de trazar estrategias para negociar con las autoridades educativas.
Slamovitz es profesor de Historia y tuvo un pasado como periodista. Está a la izquierda de la izquierda frenteamplista, de hecho fue uno de los dirigentes más combativos sobre todo en el último tramo del Frente Amplio. “Me tienen como del ala radical y está muy bien que así sea, porque es así. Hace años que no soy frenteamplista; lo fui, como lo fue todo el mundo. Tampoco soy trotskista, nada de eso. Creo en la democracia sindical, en el anarco-sindicalismo de origen”, declaró Slamovitz a El País en 2018.
Para él los cambios se logran a fuerza de paros y ocupaciones. Lo piensa así ahora y lo pensaba durante el gobierno del FA. En 2016 él había obtenido los votos para ser el líder de Fenapes, pero una alianza de frenteamplistas moderados y comunistas le impidió llegar a la presidencia o a la secretaría general del Comité Ejecutivo del gremio. En 2018, cuando volvió a ganar, no tuvieron más remedio que ponerlo como presidente, entre otras cosas por la negativa de Olivera de aceptar en ese entonces el cargo.