Normalidad: reaperturas y burbujas para viajes
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) la pandemia del COVID-19 podría controlarse en cuestión de meses, si continúan las campañas de vacunación y los países que todavía no la tienen comienzan a recibirla.
“Tenemos las herramientas para controlar esta pandemia en cuestión de meses, si las aplicamos de forma coherente y equitativa”, dijo ayer lunes Tedros Adhanom Ghebreyesus, el director general de la OMS.
Sin embargo, también expresó su preocupación por el “ritmo alarmante” de contagios entre las personas de 25 a 59 años en todo el mundo, posiblemente debido a variantes mucho más contagiosas. “Pasaron nueve meses para llegar a un millón de muertes; 4 meses para llegar a 2 millones, y 3 meses para llegar a 3 millones”, ejemplificó.
Pero mirando más allá de estas cifras preocupantes, hay varios países que ya están experimentando la “nueva normalidad” que dejará la pandemia, gracias a sus exitosas campañas de vacunación y a las tempranas medidas de prevención.
Este fin de semana Israel se liberó de la mascarilla en espacios libres, y las escuelas reanudaron las clases presenciales a tiempo completo sin división en grupos reducidos.
Israel ya vacunó a más de 5,3 millones de personas con al menos una dosis y a casi 5 millones con ambas, lo que supone más de la mitad de su población, de unos 9 millones de habitantes. La vacunación en Israel —una de las más rápidas del mundo— hizo caer en gran medida los contagios, fallecidos y pacientes en estado grave. En este momento solo hay unos dos centenares de hospitalizados en condición crítica, y los enfermos activos son poco más de 2.500.
Australia y Nueva Zelanda también tiene razones para festejar. Ambos países inauguraron ayer lunes su burbuja aérea sin cuarentenas tras más de un año del cierre de fronteras para vuelos comerciales.
La reanudación de los viajes provocó numerosos reencuentros emotivos en los aeropuertos de estos países, que viven una práctica normalidad por sus exitosas gestiones contra la pandemia.
Los abrazos y los llantos, junto a carteles en los que se leían “Bienvenido a casa” o el saludo maorí “Kia ora”, abundaron en los aeródromos de Sídney y Auckland.
La creación de la burbuja aérea, anunciada el 6 de abril, supone la primera vez que los australianos pueden salir del país desde marzo de 2020, a diferencia de los neozelandeses quienes desde el pasado octubre podían entrar a Australia sin necesidad de cuarentenas obligatorias, aunque sí debían pasar un período de aislamiento a su regreso.
La exitosa gestión de la pandemia de ambos países se debe principalmente al cierre drástico de sus fronteras internacionales desde marzo del año pasado, así como a la aplicación de medidas de confinamientos rápidos y el rastreo de los contagios locales.
EE.UU. espera volver a la normalidad el 4 de julio, Día de la Independencia.
Sin embargo, tanto Australia como Nueva Zelanda se encuentran entre las naciones más lentas a la hora de vacunar a su población.
Desde el inicio de la pandemia, Nueva Zelanda acumula unas 2.240 infecciones confirmadas, con 26 decesos, mientras que Australia ha registrado hasta el momento unos 29.500 contagios, incluidos 909 fallecimientos, la mayoría de ellos por el rebrote en la ciudad de Melburne a mediados de 2020.
Estados Unidos también va camino a recuperar la normalidad. Ya tiene vacunada a la mitad de su población adulta
y comienza ahora con los más jóvenes. Al ritmo actual de vacunación, se prevé que Estados Unidos haya vacunado al 70% de su población total de 330 millones para finales de junio, con lo que se lograría la “inmunidad de rebaño”.
El presidente Joe Biden, quien ha prometido 200 millones de dosis en sus primeros 100 días en la Casa Blanca, ha señalado que hay “muchas posibilidades” de que el país haya recuperado cierta normalidad para el 4 de julio, cuando se celebra en el país la tradicional fiesta del Día de la Independencia.