La fragmentación laboral por género e ingresos
El ahorro voluntario adquiere más relevancia aún en el contexto actual de crisis económica provocada por el impacto del COVID-19 a partir de la cual solo en 2020 se perdieron más de 58.800 empleos, tantos trabajos como en los cincos años previos. Esta situación inevitablemente lleva a que se generen lagunas en los aportes de las personas al sistema previsional.
De acuerdo con el informe de diagnóstico de la CESS “las historias laborales de buena parte de la población amparada por el sistema de seguridad laboral se caracterizan por una significativa fragmentación” y afirma que esta varía de acuerdo al nivel de ingresos, el género y el sector de aportación.
Los estudios realizados por la secretaría técnica de la CESS reflejaron que “la densidad de quienes tuvieron al menos una cotización en el año 2019, evaluada a diciembre de dicho año, se ubicaba en promedio en 63% para las mujeres y 68,8% para los hombres”, mientras que la densidad “varía significativamente entre quintiles de ingreso (de 48,2% en el quintil más pobre a 84,3% en el quintil más rico tomando promedio de ambos sexos)” en cualquier período considerado.
“La alta fragmentación de las historias laborales de un número relevante de trabajadores, fundamentalmente del sector privado y de bajos ingresos, con predominio femenino, representa un desafío para la protección de las personas más vulnerables”, afirma el diagnóstico.