La crisis laboral golpea a migrantes venezolanos
La quinta parte de encuestados por OIM está desempleada
Uruguay es un oasis en medio de una región en la cual, cierre de fronteras mediante, el respeto a los derechos de los migrantes ha constituido un enorme desierto. Uruguay garantiza en esta pandemia el acceso a los servicios básicos —en especial a la salud y la educación— sin distinción de nacionalidad. También permite el ingreso de aquellos que, por razones humanitarias y sin importar los motivos sanitarios, estaban en busca de un refugio. Y Uruguay se destaca como el mejor de su clase en los 90 Indicadores de Gobernanza de la Migración que hoy presenta la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Pero en otro estudio que también hoy hará público esta agencia especializada de Naciones Unidas, se da cuenta de que, en medio de una crisis que aqueja a buena parte de la población, los inmigrantes venezolanos han sido de los más afectados. En concreto, la actualización del DTM (Displacement Tracking Matrix) —una herramienta que usa Naciones Unidas para conocer las características de una población desplazada— muestra que el 19% de los venezolanos encuestados en Uruguay está desempleado, que el 17% de los que trabajan lo hace en la informalidad, que el 24% dice que sus ingresos no le son suficientes para cubrir las necesidades básicas, y que el 11% señala vivir hacinado.
“Como se ha visto en rondas de encuestas anteriores, en Uruguay la mayoría de la población venezolana encuestada tiene acceso a la salud —47% en una mutualista, 42% en un prestador público y 1% en un seguro privado—, y quienes no han tenido acceso están en un proceso de regulación de su estatus migratorio.
Pero el COVID-19, más allá de lo sanitario y de la nacionalidad de origen, ha afectado a toda la población. Los inmigrantes recientes trabajan en algunos de los sectores económicos más golpeados —como el comercio y el turismo— y se han visto especialmente impactados”, explicó la coordinadora de Programa de la OIM en Uruguay, Lucila Pizzarulli.
Las mujeres jóvenes son, dentro de la población encuestada, las más afectadas. Entre los venezolanos que perdieron el trabajo, ellas son el 65%. Entre los que perciben ingresos insuficientes para el diario vivir, ellas son el 69%. Y entre los que se vieron perjudicados para enviar remesas a Venezuela, ellas son el 56%.
Las mujeres venezolanas han sido las que, en los últimos seis meses, más se sintieron discriminadas. Uruguay, que en eso también se destaca en la región, tiene guarismos de discriminación más bajos que otros países. Pero el 15% dijo haber sido discriminado en el último semestre y, dentro de ese universo, seis de cada 10 son mujeres.
“Más allá de los resultados de este seguimiento de desplazamiento, el trabajo en el terreno y la información que compartimos con otras instituciones nos permiten observar que, en esta emergencia sanitaria, se profundizan algunas estigmatizaciones: los recién llegados son vectores del virus o, ante la crisis laboral, hay quienes prefieren darle el puesto de trabajo a un nacional uruguayo. Eso lo observamos mucho en departamentos de la frontera como Rocha y Rivera”, advirtió Pizzarulli.
¿En qué medida los venezolanos que participaron del estudio sienten que forman parte de la comunidad uruguaya? Mientras siete de cada 10 dicen sentirse integrados en la relación con otras personas desconocidas o en los servicios sociales, en la educación y en el empleo ese sentimiento de pertenencia cae casi 20 puntos porcentuales.