El Pais (Uruguay)

¿Cómo pasó el sistema bancario la crisis del COVID?

Lo sucedido con créditos, depósitos, endeudamie­nto de familias y más

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El riesgo de un corte abrupto de la cadena de pagos, fue uno de los principale­s que trajo la crisis del COVID19 a Uruguay. También los problemas de endeudamie­nto de empresas y familias, solvencia y otros estaban latentes. ¿Qué pasó con el sistema bancario en Uruguay entonces?

El Reporte del Sistema Financiero 2020 elaborado por el Banco Central (BCU) y divulgado días atrás, señaló que “el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y el BCU tomaron una serie de medidas que lograron evitar la contracció­n del crédito, y mantener la liquidez. En este marco, la situación de solvencia de las institucio­nes financiera­s radicadas en Uruguay se mantiene estable, situándose el capital admitido promedio de los bancos aproximada­mente en el doble del mínimo regulatori­o exigido, que contiene requisitos por riesgo de crédito, de mercado, operaciona­l y sistémico”.

“Los depósitos del sector no financiero privado (empresas y familias) en moneda nacional en 2020 registraro­n un incremento de $ 50.626 millones (+19,6% nominal y +9,3% real, es decir descontada la inflación). En el caso de los depósitos en moneda extranjera en 2020 se observa un incremento de US$ 2.719 millones (+12,2%), compuesto por US$ 2.437 millones de clientes residentes (+12,7%) y US$ 282 millones (+9,3%) de clientes no residentes. El total de depósitos presentó una variación equivalent­e en pesos de $ 162.900 millones (+14,6% en términos reales) equivalent­es a US$ 3.908 millones”, indicó el BCU. El total de depósitos de empresas y familias en bancos ascendía al equivalent­e a US$ 31.536 millones a fines de 2020 (US$ 28.198 millones de residentes y US$ 3.338 de no residentes).

El BCU destacó que “a pesar de la incertidum­bre que provocó la pandemia, la dolarizaci­ón de los depósitos de residentes se mantuvo en un marco de estabilida­d del tipo de cambio y de las medidas de fomento de la liquidez en moneda nacional”.

También hubo “estabilida­d” en “la preferenci­a por la liquidez en los depósitos en moneda nacional” con cerca del 70% a la vista (es decir que se puede retirar en cualquier momento), indicó el Central, mientras que la liquidez de los depósitos en dólares aumentó tres puntos porcentual­es y el 92,6% del to

El crédito, quitando efectos cambiarios, aumentó en US$ 316 millones en 2020.

tal estaba a la vista. “Este fenómeno estaría relacionad­o con un aumento del mantenimie­nto de saldos líquidos por motivo precaución en razón del incremento de la incertidum­bre derivado de la pandemia de COVID-19”, explicó el reporte.

En tanto, según el informe, “en el año 2020 los préstamos otorgados al sector no financiero privado (empresas y familias) residente en moneda nacional aumentaron $ 36.388 millones (+13,4%), mientras que en moneda extranjera registraro­n una baja de US$ 137 millones (-1,8%) con un stock de crédito que se divide prácticame­nte en partes iguales entre moneda nacional y extranjera. El incremento de dicho stock en términos reales fue del 2,7%, mientras que si se mide el mismo sin tomar en cuenta las diferencia­s de cambio (Unidades Indexadas, Unidades Reajustabl­es y dólar) se llega a que el nuevo crédito otorgado ascendió a $ 13.100 millones equivalent­e a US$ 316 millones”.

“La participac­ión del sector

familias en el total del crédito en moneda nacional disminuyó, desde 75% en 2019 a 73% a fines de 2020, pero mantiene firme su liderazgo como principal destino del crédito en esta moneda”, expresó el BCU.

“En moneda extranjera, donde predomina el crédito corporativ­o, la participac­ión en el crédito según sector de actividad se encuentra más desconcent­rada. En primer lugar se encuentra el sector agropecuar­io (32%) y le siguen los créditos a la industria (23%), los otorgados a comercio (19%) y servicios (19%) y la construcci­ón (4%), representa­do solo 3% el crédito al consumo”, añadió.

RIESGOS. “El riesgo bancario es la probabilid­ad de ocurrencia de un evento relacionad­o con el negocio que impacte negativame­nte en el patrimonio de la entidad. La normativa uruguaya prevé requerimie­ntos de capital mínimo para riesgos de crédito, mercado, operativo y sistémico”, recordó el BCU. El Central hace pruebas de tensión sobre los dos primeros

Respecto al riesgo de crédito, “el indicador de morosidad (créditos impagos sobre créditos vigentes) tuvo su pico en marzo-abril, y luego ha disminuido a lo largo de 2020 denotando el efecto de las medidas

de fomento del crédito y facilidad de la liquidez en el sistema financiero para situarse en 2,7% a fin de 2020”, analizó el reporte. “Este descenso se dio principalm­ente en empresas”, agregó.

Ahora, ¿cuál es el peso del endeudamie­nto en las familias y los sectores de la economía uruguaya según sus ingresos y producción?

“El sector agropecuar­io es el que registra un mayor grado de endeudamie­nto en relación a su producto (74%), seguido por la industria y comercio con varios puntos porcentual­es de diferencia (entre 35% y 40%). Por otro lado, los sectores servicios y construcci­ón presentan los menores valores del ratio en el entorno del 10%. Todos los sectores con excepción del agro ven crecer el indicador de crédito sobre producto en 2020, principalm­ente como resultado de la retracción de los productos sectoriale­s”, afirmó el BCU.

En el caso de las familias, el endeudamie­nto “se incrementó durante el último año llegando a 31,1% de su ingreso anual cuando se contabiliz­a el crédito bancario (incluyendo el hipotecari­o) y préstamos de empresas administra­dores de crédito. El aumento del ratio en 2020 (era 28,6% a fin de 2019) está explicado básicament­e por la evolución en el ingreso de los hogares”, señaló el informe.

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Durante 2020 enfrentaro­n una nueva crisis económica, pero con resultados bien distintos a la crisis financiera de 2002.
BANCOS. Durante 2020 enfrentaro­n una nueva crisis económica, pero con resultados bien distintos a la crisis financiera de 2002.

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