Descenso de muertes por patologías cardiovasculares
Pero hay una mala noticia: mayoría de pacientes no controla hipertensión
Las enfermedades cardiovasculares continúan siendo la primera causa de muerte en Uruguay y en el mundo pero la buena noticia que compartió Enrique Besada, histórico director del Centro Cardiovascular de Casa de Galicia, es que la tasa de mortalidad registra un descenso gracias a la mejora de los tratamientos y de las cirugías y la prevención de los factores de riesgo.
En la quinta entrega de Calidad de Vida en El País, el cardiólogo indicó que las enfermedades cardiovasculares eran responsables de una mortalidad del 30% hace 10 años.
Según las estadísticas de 2019 —no se pueden utilizar las de 2020 puesto que hubo una caída de la atención de los pacientes durante la pandemia por coronavirus— hubo 8.800 muertes por enfermedades cardiovasculares, 8.400 por cáncer y 3.500 por cuadros respiratorios. La cantidad referida a lo cardiovascular representó un 25,4% de todos los fallecimientos en el país.
“Las enfermedades cardiovasculares han bajado mucho desde 2005. Esto ha permitido que se estén acercando los índices de mortalidad de estas y del cáncer (las que se mantienen relativamente estables)”, dijo Besada.
Consultado sobre las causas de este descenso, el especialista indicó que las nuevas tecnologías al servicio de los tratamientos, en particular de las cirugías, y la “sensibilidad” del uruguayo en “ver qué es lo que come, si fuma o no, si tiene colesterol o no, o si la comida tiene mucha sal” ha contribuido a la reducción de los casos de muertes anuales.
Respecto a las cirugías, Besada calificó al trabajo que se hace en el país como “excelente” con una diferencia mínima, alrededor del 0,5%, en comparación con los resultados europeos. “Antes los pacientes se iban a operar en el exterior. Hoy no se justifica”, afirmó.
Y sobre la evolución de la tecnología relató: “(René) Favaloro dijo que un día íbamos a destapar las arterias del corazón como lo hacíamos con las de las piernas. Y así llegamos a la angioplastia coronaria. Y ahora está pasando lo mismo con las arterias del cerebro. Primero destapamos con una sustancia, los fibrinolíticos, para ver si el coágulo se disuelve, si no se llega con un catéter y se hace una angioplastia”. Esta es una cirugía para restaurar el flujo de sangre en las arterias.
HIPERTENSOS. Aunque las cifras de mortalidad estén en descenso, Besada no pudo dejar de hablar de lo que todavía persiste como malas noticias cuando se habla de enfermedades cardiovasculares.
Una de ellas es que alrededor de un millón de uruguayos padece hipertensión arterial, siendo esta el factor de riesgo “más importante porque toca cerebro, corazón, riñón y arterias” y agrava el resto de las patologías. “El índice es del 33% de la población pero si tomo a la población de más de 65 años sube a 60%”, apuntó.
Otra mala noticia es que la mitad no sabe que la sufre. Y otra es que solo la mitad de aquellos que sí lo saben recibe los tratamientos necesarios.
“La hipertensión es una enfermedad progresiva y silenciosa que va produciendo daño a nivel de la aterosclerosis. Casi ninguna hipertensión se maneja hoy en día con un solo medicamento; mínimo con dos medicamentos asociados. Es un problema que solo el 25% esté bien tratado”, señaló Besada.
La aterosclerosis se refiere a la acumulación de grasas, colesterol y otras sustancias dentro y sobre las paredes de las arterias, lo cual puede restringir el flujo sanguíneo.
Y el especialista añadió: “Veintiséis personas por día mueren por enfermedades cardiovasculares. El volumen de pacientes es muy crítico y hay mucho para trabajar”.
La cardiopatía isquémica (que se produce cuando las arterias que suministran sangre al músculo del corazón se obstruyen, de manera parcial o completa) y las enfermedades cerebrovasculares (alteraciones en el riego cerebral que afectan a las venas o a las arterias del cerebro) son la que tienen la mayor tasa de muertes por cada 100.000 habitantes: 60 y 68 casos, respectivamente.