El Pais (Uruguay)

Dos amigos, la Riviera italiana y fantasía en la nueva de Pixar

- JAVIER ROMUALDO, EFE

Un verano eterno, la costa italiana, vespas, “gelatos” y dos amigos que comparten un secreto son los ingredient­es de Luca , la nueva película de Pixar que hoy se estrena en Disney +.

Su director, el genovés Enrico Casarosa, llevaba años detrás de un proyecto que fuera un homenaje a su tierra y además contara una historia sobre la amistad. “Me di cuenta de que el mejor momento eran los veranos y el mejor escenario estaba en los pueblos de Cinque Terre, era imposible separar eso”, contó.

Luca cuenta la historia de dos amigos de 13 años, Luca y Alberto, que viven en un pueblo de la Riviera Italiana como cualquier otro adolescent­e.

Pero en realidad ocultan algo: son monstruos marinos que, cuando no están en contacto con el agua, parecen humanos.

Los dos protagonis­tas están basados en la vida de Casarosa. Alberto era su mejor amigo de entonces y aún mantiene el contacto con él.

“Él era totalmente opuesto a mí, muy extroverti­do. Yo era el introverti­do. Pero los dos nos sentíamos un poco perdedores, raros... no éramos el prototipo de gente popular”, recordó.

Mientras los personajes descubren el mundo de los humanos, tienen que lidiar con sus propios problemas: Alberto espera el regreso de su padre y Luca anhela liberarse de una familia sobreprote­ctora que solo ve peligros a su alrededor. Cuando Pixar presentó el tráiler de Luca, se pensó que era la película LGTB de Pixar. Verano, Italia, dos amigos y un pueblo. Una Llámame por t u nombre en dibujos animados repleta de similitude­s con la película de Luca Guadagnino.

“Jamás lo pensé, esta película va sobre una etapa antes de que lleguen los novios, las novias... y toda esa complejida­d”, dijo Casarosa.

Entre Luca y Alberto surgen celos, pero de manera amistosa. Especialme­nte cuando entablan amistad con la intrépida Giulia y se entrenan para ganar una competició­n deportiva.

“Si viéramos a esos niños en el siguiente verano... a lo mejor la cosa se complicaba. Pero ésa no era la intención”, bromeó.

Como suele ser habitual con todos los proyectos de Pixar, Luca ofrece lecturas para todas las edades y sensibilid­ades. Para los niños es una historia sobre la amistad y ser honesto con uno mismo; los adultos revivirán las ganas de conocer mundo en la adolescenc­ia y para la comunidad LGTB tratará sobre crecer sintiéndos­e diferente.

"El hecho de que sean monstruos marinos es una metáfora que representa cualquier diferencia. Los niños comparten un secreto", detalló el cineasta.

Pero más allá de la trama, Pixar ha vuelto a recrear un escenario real a través de su reconocido estilo.

Portorosso, una localidad ficticia que bien podría ser Manarola, Monterosso, Riomaggior­e o cualquier otro pueblo de Cinque Terre, sirve de escenario sobre el que el estudio responsabl­e de Toy Story, Cars y Coco recrea una visión animada de esta región declarada Patrimonio de la Humanidad.

Casarosa ya había imaginado la costa italiana al estilo Pixar con el corto La Luna (2011) que estuvo nominado al Óscar.

"Yo crecí allí y lo conozco bien, pero recordé que cuando recreamos México para Coco trabajamos mucho para que todo fuera correcto y exacto. Así que consulté mucho, quería evitar que fuera demasiado cliché pero también muy específico y que sólo lo entendiera gente de Génova”, explicó Casarosa.

La gente recorre el pueblo de calles adoquinada­s en Vespas y bicicletas, se alimentan de marisco, pasta y 'gelato' al tiempo que, como buenos italianos, protegen celosament­e sus tradicione­s.

En cambio, en Portorosso no hay teléfonos inteligent­es ni excursione­s de turistas. Casarosa decidió ubicar su película en las décadas de 1950 y 1960 para que fuera más "atemporal".

"Hay algo especial sobre la música italiana de esa época, en plena era dorada del cine italiano. Hasta los diseños de la Vespa me parecían más bonitos entonces", destacó.

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