SALEN 22 VUELOS A 6 LUGARES
●●● con 12 ciudades y hoy son 22 frecuencias semanales que conectan a Montevideo con seis ciudades. Muchos viajan solo por placer, pero otros a ver familiares o retomar tratamientos médicos. Y unos cuantos —sin llegar a los niveles de otros países latinoamericanos— aprovechan a darse las vacunas. Sotomayor, de Eastern, admite que la apertura de la vacunación a extranjeros en Estados Unidos, aumentó el interés de viajar a ese destino. “La gente lo ve como una oportunidad para su salud y su familia”, indica el ejecutivo.
Muchas agencias reciben consultas y saben que hay uruguayos que aprovechan el viaje para darse la Pfizer como refuerzo de Sinovac o la vacuna Janssen de Johnson & Johnson (que es una sola dosis). Porque, además, en Estados Unidos las dan gratis, incluso para los no residentes. Solo hay que agendarse vía web una vez que se está en el país.
“En Estados Unidos te tiran las vacunas por la cabeza”, broma Jacqueline. Pero en el fondo es verdad. Ella evaluó darse Pfizer (su marido “se tiró al agua” y ya lo hizo allá) tras consultar con médicos cuando acá se empezó a hablar de la tercera dosis. Pero por ahora lo descartó.
La suegra de Carmen, la del viaje del inicio de este artículo, ya decidió darse las dos dosis de Pfizer porque se queda unas cuantas semanas en Estados Unidos. Un conocido que integró el GACH le dijo que, si bien falta evidencia de que sea efectivo recibir Pfizer tras haberse dado Sinovac, “mal no le va a hacer”.
Sin embargo, Rosales de Hiperviajes cuenta que el grupo 5M —que integra su agencia— tiene una reunión quincenal con el virólogo Gonzalo Moratorio, quien les dijo que no es aconsejable darse otra vacuna menos de tres meses después de la segunda dosis de Sinovac. Y que luego de ese período no hay pruebas de qué puede suceder. “Así que no lo recomendamos”, adelanta Rosales.
Los expertos son claros. El virólogo Santiago Mirazo recibe esta consulta todas las semanas y la respuesta siempre es la misma: “Los estudios que hay son de primera dosis con Oxford y luego Pfizer o Moderna, y se ve que la inmunidad mejora, pero está en estudio la seguridad y qué efectos secundarios puede tener”. Pero con Sinovac no hay estudios realizados de una tercera dosis con Pfizer. “Yo no recomiendo hacerlo aunque es esperable que la inmunidad se potencie”, indica. En esa misma línea, la profesora agregada de la Cátedra de Enfermedades Infecciosas Susana Cabrera dice que el tema no está estudiado y que “parece lógico” una tercera dosis con Pfizer, aunque recién luego de los seis meses de la primera.
Monzeglio no cree que el “turismo de vacunas” sea significativo, pero después se sincera: “Si tenés que viajar a Estados Unidos, donde te vacunan en cualquier esquina, capaz ya te hacés vacunar. Pero eso no es una tendencia ni nada que se le parezca”. En esa línea, Papa, de Jetmar, afirma que los casos que ellos conocieron son aislados al menos en comparación a la región, donde sí hay un turismo de vacunas que “mueve la aguja”.
PRONTOS PARA EMBARCAR. A mediados de mayo Carmen y su familia empezaron a organizar el viaje a Miami y a Turks and Caicos. Para entonces los 28 estaban inmunizados. Cuando se decidieron, una de las primeras precauciones que tomaron fue contratar un seguro ante la eventualidad de tener que devolver todo.
A ella la tranquiliza, por ejemplo, saber que en Estados Unidos hoy la situación sanitaria es notoriamente mejor que la de Uruguay. Sigue las noticias día a día. “Hace poco había 10.000 casos nuevos por día de COVID en todo Estados Unidos. No es nada para un país tan grande. Y en Miami ya ni es obligatorio usar tapabocas en los lugares cerrados”, cuenta.
Lo que más lamenta es la cantidad de hisopados que deberán hacerse: algunos de los niños del grupo deberán pasar por cinco análisis. El primer test será antes de salir porque Estados Unidos lo pide, luego para ir a Turks and Caicos, otro para volver a Miami, el cuarto de Estados Unidos a Montevideo y el quinto a la semana de estar en Uruguay, en el caso de los niños mayores de seis años.
¿Y si uno da positivo en medio del viaje? “La idea es que el resto se siga moviendo. Somos tantos...”.
Jacqueline, mientras, dice que ella se mueve “en masa” y que si fuera su decisión hubiera esperado un poco más antes de reagendar el viaje que tenían “trunco” desde 2020 por el cumpleaños de su suegro. “No me moría por viajar ahora. No me afectaba esperar un año más”, cuenta, aunque dice que a medida que se acerca el día de salida le va ganando la felicidad. ¿Qué temores tiene? “Más que nada mis suegros. Los demás somos jóvenes”, dice. “Pero la verdad es que tenés más chances de contagiarte acá en Uruguay que allá. Por eso, le perdí el miedo a viajar”.
La de Natalia y su familia fue una decisión bastante pensada. Hubo marchas y contramarchas y al final intentaron probar unas vacaciones como las de antes. ¿El motivo? También un cumpleaños: los 70 de su suegro.
La decisión la tomaron apenas hace unos días y tuvieron que pagar un precio más alto de lo que pensaban, en torno a 1.500 dólares cada pasaje hasta Punta Cana. “Es que los vuelos están hasta las manos y Copa está agregando frecuencias”, cuenta.
Natalia añora volver a tomarse un avión, ir a un hotel y descansar. Qué bueno era el mundo sin COVID ni cuarentenas, piensa. ¿Volverá?
Eligieron Punta Cana porque querían una playa, “pero tampoco una islita” lejos de la civilización. Descartaron México ya que, según averiguaron, la zona costera está con una incidencia muy alta de casos. “No le tengo demasiado miedo al virus, sí a agarrarlo antes de irnos y no poder viajar”, dice Natalia. Y cuenta que, de todos modos, es posible que no se hisopen antes de partir porque Dominicana no lo exige y en el hotel aceptan certificado que muestra que se vacunaron.
La historia de María González, de 54 años, es bien distinta. Para empezar, atiende a El País por teléfono desde la habitación de un hotel en Cancún (“no te preocupes, afuera llueve”, aclara) en el final de unas vacaciones que arrancaron en Isla Mujeres y que hizo con la opinión en contra de varios amigos. “Por favor no viajes”, le pedían. Y ella se llegó a cuestionar si hacía lo correcto porque no se vacunó ni piensa vacunarse. Lo mismo su pareja.
“No somos de las vacunas, no somos de estas vacunas”, adelanta, para que no queden dudas.
Al principio dice que tenía “miedito” de con qué se iba a encontrar, pero se fue descontracturando con el correr de los días. “Todo fluyó y no tuvimos ni un resfrío”, dice, casi que con cierto orgullo. El hotel donde termina su estadía por estas horas está con aforo del 70% y, según cuenta, “no se ve desborde ni locura” a pesar de que sí “hay muchos americanos”.
María fue preparada: “Traje saturómetro y medicación específica de generación de coágulos para mantener más líquida la sangre”. ¿Y si dan positivo? “Tenemos la cobertura gratis por 15 días”, responde. No se hace problemas. “Si pasa eso, nos quedamos acá tranquilos. Nos monitoreamos nosotros, no queremos caer en un hospital”, dice. Afuera sigue lloviendo.