SE TRIPLICAN LAS CONSULTAS A LA PSICÓLOGA DEL GREMIO POLICIAL
La agenda de Romina Laguna, psicóloga del Sindicato Único de Policías desde 2014, nunca estuvo tan cargada. La pandemia triplicó la cantidad de consultas. Algunos recurren a este servicio paralelo al institucional en busca de un desahogo lejos de la mirada del jefe y de los compañeros. Laguna explica que no hace terapia, sino que su enfoque es laboral, realiza informes y seguimientos a funcionarios con signos de estrés, que en la mayoría de los casos ya fueron desarmados —por certificaciones psiquiátricas o denuncias de violencia doméstica, entre otras razones— y están a la espera de ser reintegrados. En 2019, “todos eran casos de violencia doméstica”. Con la pandemia esta causa mermó pero sí priman las separaciones y divorcios. “El estrés que les genera el desarme, reacomodar su vida a los cambios de turno y traslados; la conflictividad laboral; el trauma por los operativos violentos; el maltrato de los superiores; el endeudamiento y el miedo al contagio de COVID-19 son los relatos más habituales”, describe. “No hay una estructura institucional para prevenir el estrés: es un debe muy grande que contribuye a la resistencia por contar lo que les está pasando”, señala.