Policía intervino más de 100 veces en aglomeraciones
En Rivera y Maldonado se desarticularon fiestas el fin de semana; en una había más de 150 invitados
En el marco de la lucha para frenar el avance de la pandemia del COVID-19, la Policía intervino el pasado fin de semana por denuncias de fiestas clandestinas en varios puntos del país. Maldonado y Rivera fueron escenarios de eventos no autorizados con alto porcentaje de asistentes.
Entre la madrugada del sábado y la del domingo, la Policía realizó 101 intervenciones por aglomeraciones en todo el país, dijeron fuentes del Ministerio del Interior. Uno de los casos más importantes tuvo lugar en Maldonado, donde los uniformados tuvieron que desarticular una fiesta clandestina en la que había aproximadamente unas 150 personas.
La Policía recibió una llamada alertando que cerca del kilómetro 2,5 de la Ruta 12, en el balneario Punta Ballena, había una aglomeración de personas a raíz de una fiesta clandestina.
A las seis de la mañana del domingo, personal policial y de la Intendencia de Maldonado llegaron al lugar donde se estaba realizando el evento. Según indicaron fuentes policiales a El País, se trató de una fiesta clandestina en la calle Lago Villarica del balneario.
Al arribo de los efectivos el evento fue desarticulado “de forma pacífica”, tanto el responsable del local alquilado como el organizador fueron notificados por parte de los inspectores de la comuna sobre las medidas sanitarias dispuestas por el gobierno, que impiden la realización de fiestas.
Según informó el gobierno de Maldonado en su página web “el responsable dijo que había alquilado un local para la realización de una fiesta y que el sitio estaba habilitado para unas 40 personas, pero aparecieron más de 100”.
Luego de ponerle fin a la fiesta, la Policía dio cuenta de lo ocurrido a la Fiscalía de 4° Turno de Maldonado, cuya titular es Ana Dean. La representante del ministerio público será la encargada de seguir con las actuaciones del caso para determinar responsabilidades (ver nota aparte).
A esto se agrega el hecho que, el pasado fin de semana en Punta del Este se había notificado a la iglesia La Candelaria por la realización de una boda con más de 100 asistentes. Pero el caso tuvo más derivaciones: la fiesta de ese casamiento tuvo lugar el pasado sábado al mediodía en un restaurante y se procedió a su cierre “de forma inmediata”, ya que “se constató el incumplimiento de medidas sanitarias y la presencia de más de 112 personas”, de acuerdo al informe de la Intendencia de Maldonado. Ese mismo fin de semana también se había dispersado otra fiesta de 30 personas en un barco.
EN EL NORTE. En el departamento de Rivera, en tanto, la Policía tuvo que desarticular una fiesta clandestina. Según informaron fuentes policiales a El País, este hecho ocurrió próximo a las tres de la madrugada del pasado domingo, en el kilómetro 3 de la Ruta Héctor Gutiérrez Ruiz.
La Policía recibió la llamada sobre una fiesta con unas 50 personas y un móvil de la Dirección General de Tránsito, que estaba cerca del lugar, fue a corroborar la información recibida. Los funcionarios de Tránsito pidieron apoyo de la Unidad de Respuesta Policial y a la Guardia Republicana.
Una vez que llegaron, los efectivos policiales hablaron con el propietario de la chacra, quien dijo que estaba realizando un baile para unas 50 personas. Los policías contabilizaron unos 30 vehículos en la entrada del lugar.
Según narraron fuentes del caso a El País, cuando los policías arribaron para desarticular la fiesta muchos de los invitados salieron corriendo, saltando incluso alambrados. A raíz de esto, las autoridades sospechan que habían más de 50 personas en el evento.
El propietario del lugar, un hombre de 27 años, fue notificado tanto por el personal de la Intendencia de Rivera, como por la Policía, de que estaba impedido de realizar una fiesta. Al igual que en Maldonado, el evento fue disuelto de forma pacífica. La fiscal Stella Alciaturi, de la Fiscalía departamental de 3º Turno fue puesta en conocimiento de las actuaciones y dispuso que sea notificado el propietario de la chacra del incumplimiento de las normas sanitarias.