El Pais (Uruguay)

La incertidum­bre de Pueblo Belén

Evalúan la posibilida­d de que 40 trabajador­es del semillero de ALUR pasen a Bella Unión

- HUGO LEMOS Lima: “Necesitan permanecer; es de las pocas fuentes laborales de Belén”.

La sensación de incertidum­bre se confunde con expectativ­a en la cara de los cortadores de caña de azúcar, que trabajan en el semillero de la empresa estatal ALUR. Ubicada en una cuchilla cercana a Pueblo Belén, se sitúa a 88 kilómetros al norte de la ciudad de Salto y a 590 kilómetros de la capital del país. En ese campo, cercano al Lago de Salto Grande, se erige una importante plantación de cañas de azúcar que tienen como destino la planta de ALUR en Bella Unión, 40 kilómetros al norte de Belén. Allí se procesa y refina para convertirs­e en el azúcar limpia que llega a los supermerca­dos de todo el país.

Pero los 40 trabajador­es del semillero de Belén viven tiempos de duda. No saben si el año próximo, cuando empiece la zafra siguiente, van a volver a ese lugar. Las autoridade­s de Ancap comunicaro­n que ya no arrendarán ese predio porque el mismo “no es rentable”, y por el momento hay solamente algunas propuestas para definir el futuro de los trabajador­es.

Por tal motivo, el intendente de Salto, Andrés Lima, mantuvo una reunión con el titular del ente petrolero, Alejandro Stipanicic. Juntos analizaron el asunto, y aunque aún no hay nada definido, “hay algunas soluciones arriba de la mesa, que no son las que plantean los trabajador­es”, según manifestó Lima a El País.

El intendente relató que desde Ancap le plantean la posibilida­d de que los 40 trabajador­es sean absorbidos por la planta de Bella Unión y que, inclusive, desde el ente se hagan cargo del traslado de estos obreros. Pero también entienden que no es lo mejor para Belén. “Ellos necesitan permanecer en un lugar cerca de su casa porque además aquí vuelcan el fruto de su trabajo”, dijo Lima. Y agregó: “Es de las pocas fuentes laborales que tiene la localidad y la idea es buscar la manera de que no se pierdan”.

En ese mismo sentido se refirió el representa­nte de los trabajador­es del semillero de ALUR en Belén, Milton Rodríguez. Con la ropa chamuscada de la quema de caña y las manos cubiertas de hollín, Rodríguez mostró su preocupaci­ón por la inestabili­dad laboral a la que se enfrentan de un momento a otro.

“A nosotros nos comunicaro­n que el semillero en el que estamos trabajando cerraría a fin de año. Esa situación nos deja totalmente a la intemperie porque nos quita la fuente laboral, de la que dependemos 40 personas, y atrás nuestro también hay almacenero­s, panaderos, carniceros, gurises que van a la escuela. Todo esto en Belén”, expresó Rodríguez a El País. “Si nos sacan el trabajo lo único que van a ver es más pobreza y más problemas en el pueblo”, insistió.

La misma realidad surge en cada uno de estos trabajador­es, que con la zafra de varios meses logran mantener a sus familias todo el año.

“Una de las propuestas es llevarnos para Bella Unión, pero si eso pasa lo único que van a hacer es matar al pueblo, porque no sé si todos los que estamos acá podemos irnos y dejar a nuestras familias. Y por otro lado, al no estar acá ya no vamos a gastar acá, entonces generaremo­s que haya menos movimiento económico en Belén del que ya hay, porque últimament­e somos los que empujamos del carro para que la economía ande”, sostuvo el trabajador.

Rodríguez, que tiene hijos adolescent­es, señala que la escasez de oportunida­des que tiene el pueblo ya dice bastante, porque genera una migración importante de los jóvenes. Dice que situacione­s como estas, en las que se plantea el cierre de una fuente laboral, transmiten una sensación frustrante que alimenta el ahogo de la situación que están atravesand­o.

ASAMBLEA. El reclamo de los trabajador­es se da en un contexto de pérdida de terreno del sector de la caña de azúcar en Salto. En la década de 1990, el gobierno que encabezaba Luis Alberto Lacalle Herrera cerró el establecim­iento El Espinillar, que pertenecía a Ancap, y tanto Belén como Villa Constituci­ón acusaron el impacto con un alto desempleo que se fue consolidan­do.

Ahora, el argumento de las autoridade­s para cerrar el semillero de ALUR en Belén es que ese predio “no es rentable”. La intención del ente petrolero es inminente. Los trabajador­es, sin embargo, apuestan a que haya una solución que contemple mantenerlo como una “inversión social” que comprenda sus empleos y la fuente laboral arraigada en la localidad. “Que no se vea como costo sino como inversión”, dicen.

Cuando El País visitó el semillero de ALUR en Belén, el jueves 17, se estaba llevando a cabo una asamblea junto a representa­ntes de la Federación Ancap (Fancap). Entre ellos estaba presente el presidente del sindicato, Gerardo Rodríguez, que había viajado desde Montevideo para interioriz­arse del asunto.

Rodríguez dijo a El País que fue a Belén para “defender la fuente laboral de los trabajador­es”. Consideró que “con el subsidio que han tenido los empresario­s, les alcanza perfectame­nte para mantener ese semillero por muchos años”.

Por su parte, el representa­nte de los cañeros, Milton Rodríguez, acotó: “Nosotros nunca tuvimos una actividad tan sindicaliz­ada como esta. Nunca vinieron tantos sindicalis­tas, así que esperamos que sirva para mover nuestros reclamos al más alto nivel, porque sabemos que, si no, la situación va a ser más complicada. Sabemos que el intendente Lima y que alcalde (de Belén, Luis) Zuliani estuvieron haciendo reclamos y planteando la situación, pero que hasta ahora no hubo respuesta”.

“Vamos a escuchar a todos los que vengan a hablar con nosotros, pero queremos que haya una solución para la fuente laboral”, concluyó el delegado de los trabajador­es de la caña de azúcar.

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PREOCUPACI­ÓN. En Belén afirman que si la solución es mudarlos a Bella Unión, “matarán” al pueblo.

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