El Pais (Uruguay)

Tiempos modernos

-

La vi por primera vez cuando era niño y nunca dejé de volver a verla. Para dimensiona­r el genio de Charles Chaplin, alcanza con decir que realizó su película en 1936 y todavía hoy muchas de sus escenas nos hacen reír a carcajadas, con la misma intensidad con que su final nos conmueve hasta las lágrimas.

El secreto está en la precisión con que ese artista integral, acaso comparable a otros genios como Da Vinci, Shakespear­e y Mozart, logró condensar en una película divertida, los grandes dramas que acuciaban al hombre de su tiempo y que aún hoy nos desvelan.

Carlitos ajustando tuercas en una cinta transporta­dora que va cada vez más rápido, era el símbolo perfecto de la deshumaniz­ación de una vida vacía que derivó en cruentos sistemas totalitari­os. Fue también una advertenci­a, un llamado lúcido contra la masificaci­ón y una reivindica­ción de la superación personal, para que nunca más se condujera a las personas como ovejas. Para que cada ser humano se convirtier­a en un ciudadano crítico, capaz de desarrolla­r aptitudes que le impulsaran a modificar su entorno, en vez de meramente adaptarse a él.

Vaya si tiene actualidad ese mensaje, en un mundo hoy sumido en la revolución tecnológic­a, donde la automatiza­ción está extinguien­do en forma acelerada los puestos de trabajo no calificado­s. Cada día hay menos empleos consistent­es en apretar tuercas y cada día surgen nuevas oportunida­des para quienes agregan valor intelectua­l: el impresiona­nte éxito de la firma dlocal, creada por un puñado de egresados universita­rios uruguayos, es la mejor prueba de ello.

Cuando era joven, a quienes apuntaban a la utopía de hacer cine, los señalaban como el atorrante que por desgracia hay en toda familia.

Pero resultó que muchos de aquellos soñadores terminaron siendo hoy la vanguardia de uno de los rubros empresaria­les más exitosos del país.

En las dos últimas épocas complicada­s para la economía del país, la crisis de 2002 y la que está generando la actual emergencia sanitaria, la industria audiovisua­l uruguaya marcó la excepción a la regla.

En aquel tiempo, la calidad ejecuciona­l de las productora­s se combinó con una ecuación cambiaria convenient­e para clientes del exterior, motivando un despegue en la realizació­n de piezas publicitar­ias de proporcion­es inesperada­s. Y ahora, la elevada demanda de contenidos de ficción para las plataforma­s de streaming motivó una nueva primavera del

El desafío del presente consiste en mejorar la educación pública e impulsar un cambio cultural.

sector, potenciada por una acertada política de incentivos.

Un reciente estudio de Ceres dio cuenta de ese milagro: "en medio de restriccio­nes que afectaron a la industria en todo el mundo, la relativa normalidad que se vivió en el país permitió que películas y series pudieran seguir sus cronograma­s. Esta actividad requiere profesiona­les e insumos de varios sectores, lo que permite generar empleos que escapan a la tendencia a la automatiza­ción".

Es una gran oportunida­d para actores, diseñadore­s y técnicos que, fuertement­e golpeados por la cancelació­n de espectácul­os, tienen la oportunida­d de enganchars­e en esta industria en alza.

El desafío del presente consiste en mejorar la educación pública e impulsar un cambio cultural, que sustituya el paradigma de los empleos de por vida y alienantes, como aquel que parodiaba Chaplin, por estos nuevos, siempre cambiantes y demandante­s de talento y capacitaci­ón.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay