Las vacunas chinas en el banquillo
Aumentan dudas sobre “disparidades” entre los países que las administraron y los que no
Un artículo publicado por The New York Times se hizo viral ayer en Uruguay. ¿El motivo? El texto hacía algunas proyecciones a partir de lo que viene sucediendo en países que administraron las vacunas chinas (Sinovac y Sinopharm).
La publicación alerta que el mundo pospandémico se dividirá en tres “tipos” de países. En primer lugar estarían
inmunizados” por la efectividad para prevenir los contagios que estas dosis logran. Uruguay entraría, según la calificación, en este tercer grupo.
El artículo colocó a las vacunas chinas en el banquillo, principalmente porque se menciona que los países que las utilizaron tendrán que “lidiar con cuarentenas, hisopados y restricciones a la vida cotidiana durante meses o años”. Además se menciona que la economía “se resentiría” en estos lugares y que, además, “a medida que más ciudadanos cuestionen la eficacia de las vacunas chinas, también puede resultar más difícil convencer a las personas no vacunadas de que se sometan a ellas”.
En Uruguay hasta el momento se han administrado más de 2.700.000 dosis de la vacuna de Sinovac y, a pesar de que en las últimas semanas se comenzó a ver un descenso sostenido en la cantidad de contagios diarios, es cierto que el “efecto vacuna” tardó más de lo que los expertos esperaban.
La posición en la que queda Uruguay para enfrentar la vida pospandemia, habiendo administrado a la mayoría de su población una vacuna china, es algo que no genera consenso entre los especialistas. Por otro lado, estos creen que la amenazante llegada de la variante Delta, más transmisible que la P1, podría poner en jaque los logros obtenidos hasta ahora.