El Pais (Uruguay)

Cantar en los ómnibus y llevarse un “Botón dorado”

- NICOLÁS LAUBER

El lunes finalizaro­n las audiciones en Got Talent, pero antes que Natalia Oreiro diera por terminada esta primera etapa del programa de Canal 10, subió Marcos Mora al escenario del teatro El Galpón. Acompañado por su guitarra, interpretó “Ojos de cielo” de Víctor Heredia, y conmovió a la conductora y los jurados, quienes le dieron el último “botón dorado” del programa y, por lo tanto, un pase directo a la semifinal.

Mora no se esperaba este reconocimi­ento, ya que fue al programa para acompañar a su hijo pero al final el selecciona­do fue él (ver recuadro).

“Fui a disfrutar y a cantarle a mi hija y mi señora me dijo que se notaba que le estaba cantando a Eugenia”, dijo Mora a El País. “Disfruté todo el proceso, pero en un momento de la canción casi me quiebro y me pongo a llorar. Me aguanté, pero fue muy fuerte estar en ese teatro, delante de estos monstruos. Hay que estar arriba de ese escenario”

Si bien en la televisión demostró un dominio de la guitarra, nunca estudió. Aprendió a tocar en la calle, y le agradece a Martín Cena, quien da clases gratis en la iglesia de su barrio, por los piques.

“Nunca pude pagarme un profesor. De chico no se podía. Éramos siete hermanos y no podían decir: ‘tomá y andá a clases de guitarra, o de canto’. No se podía”, dijo. “Sigo aprendiend­o todos los días. Estoy para aprender y si puedo ayudar a alguien, también lo hago”, agregó.

A menos de un mes de cumplir 45 años (el 13 de julio), dijo que su relación con la música viene desde chiquito, cuando escuchaba a su madre cantar las canciones que ahora interpreta en los ómnibus, y que la primera vez que se subió para cantar, tenía 15 años. En este tiempo se casó, nacieron sus seis hijos, que se suman a una hija del corazón. Tiene tres nietos y viene uno en camino.

Se crió en la Cruz de Carrasco, pero cuando se casó, hace seis años, se mudaron a Malvín, y ahora están en el barrio Ellauri. También fue empleado de la construcci­ón, pero hace cuatro años que no trabaja de eso, y se mantiene con lo que obtiene en los ómnibus. Su ruta se enmarca cerca de su casa, entre Camino Carrasco, 8 de Octubre, José Belloni y General Flores.

La calle no está fácil y cuesta ganarse el peso. “Pero me tengo que llevar un jornal. Tengo que pagar el alquiler, tenemos que comer, y hay que poner para la olla todos los días, como todo el mundo. Está bravísimo”, dijo.

“Gracias a Dios puedo tocar la guitarra y cantar para traer el jornal. A veces me lleva seis horas, otras ocho, o 12 horas, depende. A veces cuesta mucho juntar el jornal”, agregó.

Después de su audición, comenzaron a lloverle mensajes de familiares, amigos y vecinos que lo felicitaro­n. Muchos también le dijeron que lagrimearo­n un poco con su presentaci­ón. Incluso recibió mensajes de Alemania de Beto, un bajista con quien solía tocar. Y un vecino, gracias a la visibilida­d de Got Talent le pidió que le enseñe a su hijo a tocar la guitarra.

“La verdad que no pensé que iba a trascender tanto. Es mucho, no lo puedo creer”, dijo.

“Cuando terminó el programa y me acosté a dormir, le dije a mi señora que estaba con miedo, no sé a qué. No quiero fama, quiero tener mi casa, poder criar a mis hijos para que cuando me muera, poder dejarles algo”, dijo. “Yo no me voy a llevar nada, pero quiero dejarles algo. Les he dejado música a mis hijos, pero les quiero dejar algo material”, agregó. Ganar Got Talent podría acercar ese sueño.

“Si Dios permite que gane Got Talent, lo primero que voy a hacer es comprar una casa para nuestra familia”, dijo.

No sabía si le iba a ir bien o mal, pero de lo que no tenía dudas Marcos Mora, era que su audición estaba dedicada a su hija menor, Eugenia. “Fui a cantarle ‘Ojos de cielo’, porque era la única que cantaba cuando pasó el accidente”, dijo. Hace un año, la niña debido a un percance doméstico terminó con las manos quemadas con grasa. Hoy corretea por todos lados y “anda con más fuerza que nunca”, dijo Mora.

“Fue ella la que me dio fuerzas, porque si no salía, nos moríamos de hambre” dijo. Por varios días, él la cuidaba de noche y salía a trabajar de día mientras su esposa se quedaba en el hospital.

“Salir a cantar con lo que pasó, tener una hija internada y ver la fuerza que tenía, me daba fuerzas a mi”, agregó Mora. “Ella tenía fuerzas y quería salir adelante, y lo hizo, más rápido de lo que esperaban los médicos”.

Con una canción ya preparada para la semifinal (“va a ser una linda sorpresa”, dijo) Mora sigue difundiend­o su arte todos los días entre los pasillos del transporte capitalino.

Con una muy buena interpreta­ción y su historia de vida conquistó al jurado de “Got Talent”.

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MORA. Haberse llevado el ”botón dorado” no impidió que ayer saliera a trabajar.

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