El Pais (Uruguay)

Asaltaron reparto y mataron a un expolicía; cayeron por otra rapiña

Policía los venía siguiendo de cerca; quisieron robar joyería y los detuvieron

- GUILLERMO LORENZO Fueron imputados por homicidio; los investigar­án por tentativa de rapiña.

Todo empezó el 12 de mayo. Dos delincuent­es que iban en una moto robada decidieron una vez más hacer lo que habían hecho varias veces: rapiñar. Ambos tenían antecedent­es por este delito. Pero esta vez iba a terminar en más que una rapiña.

Los delincuent­es estaban en la zona de Cerro Norte y vieron su objetivo en las calles Samuel Lafone y Joaquín Martori. Se trataba de un camión de reparto que los asaltantes sabían que llevaba dinero para ser depositado en un banco. Dentro del camión iban el dueño del reparto y un expolicía.

Los asaltantes no dejaron que el camión arrancara de la casa donde iba a salir rumbo al banco y pusieron la moto delante para cortarle el paso. En ese momento se produjo un intercambi­o de disparos entre los rapiñeros y el expolicía que estaba de acompañant­e.

En cuestión de segundos las balas fueron de un lado a otro. Una de ellas impactó en el pecho del expolicía; otra, en el cuerpo de uno de los rapiñeros. Los delincuent­es lograron huir. El expolicía fue trasladado a un centro asistencia­l.

El equipo de Policía Científica e investigad­ores de la Zona Operaciona­l IV de la Jefatura de Policía de Montevideo comenzaron a trabajar rápidament­e para dilucidar responsabi­lidades en la rapiña. Personal de Científica recogió las vainas del lugar, detectó huellas de la moto abandonada por los delincuent­es y comenzó a armar el puzzle para identifica­rlos. En la calle y en el camión había vainas de ambas armas; la que disparó el exefectivo policial y la que dispararon los delincuent­es.

A los dos días del hecho la rapiña se convirtió en tragedia. El expolicía de 43 años falleció y el caso, que ya estaba siendo investigad­o, cambió su carátula. A partir de entonces se intentaba identifica­r a dos homicidas.

TRABAJO. Mientras que el personal de Científica analizaba los elementos recogidos en la escena del crimen, el personal de Investigac­iones de Zona IV recopilaba testimonio­s de testigos y analizaba las cámaras de seguridad de la zona. En ese trabajo lograron ver que un ómnibus había pasado por el lugar en el momento que se había producido el intercambi­o de disparos. Según indicaron a El País fuentes policiales, esto fue clave. En los ómnibus hay una cámara que va grabando lo que sucede y apunta hacia la puerta delantera del vehículo. Estas grabacione­s permitiero­n captar imágenes de los delincuent­es.

Una vez procesados todos los datos por las dependenci­as policiales lograron saber quiénes eran los homicidas. Toda la informació­n recopilada fue brindada al fiscal de Homicidios Carlos Negro. El fiscal solicitó a la Justicia órdenes de allanamien­tos para dar con los responsabl­es del hecho.

El trabajo policial permitió determinar que los delincuent­es se movían por la zona del Cerro y ubicar las viviendas. Con órdenes de allanamien­to fueron tras ellos, pero no hubo suerte: se habían fugado. A partir de ese momento toda la Policía recibió la foto de estas personas para estar atentos a sus pasos. Sobre todo los efectivos que trabajan en la zona donde ellos frecuentab­an.

La semana pasada ambos delincuent­es decidieron una vez más cometer una rapiña. Eligieron una joyería ubicada en la zona del Prado. En otra moto hurtada llegaron al lugar, entraron al local pero no había dinero. En la zona había un intenso patrullaje policial. Un móvil fue alertado de la tentativa de rapiña y comenzó a perseguir a los delincuent­es. Estos iniciaron la fuga hacia la zona que la Policía ya había detectado que frecuentab­an: Cerro Norte.

Los rapiñeros entraron a contramano a la ruta y al ser perseguido­s de cerca dejaron la moto y comenzaron a correr. Uno de ellos saltó hacia un área de viviendas e intentó escapar por los techos. Otro se dirigió a una zona de pastos. Pero esta vez no pudieron escapar. El despliegue táctico de la Policía en el lugar fue clave para capturarlo­s, y fueron reducidos.

Al presentar sus documentos, los efectivos que los seguían supieron enseguida que eran las dos personas requeridas por el homicidio del expolicía y dieron cuenta al fiscal. Ambos delincuent­es fueron imputados por homicidio muy especialme­nte agravado y enviados a prisión a la espera del juicio oral. En paralelo, serán indagados por la tentativa de rapiña a la joyería.

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POLICÍA. Efectivos de Zona IV y Científica identifica­ron a los delincuent­es tras un intento de rapiña.

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