El Pais (Uruguay)

MUERE GAVAZZO, SÍMBOLO DE LA REPRESIÓN DE LA DICTADURA

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Lacava lo explica así a El País: “Hay medicament­os que contienen cannabis que están registrado­s en el MSP y se venden en farmacias bajo prescripci­ón médica. Pero no están incorporad­os al formulario terapéutic­o de medicament­os, que son los que las mutualista­s y los prestadore­s de salud —como ASSE y otros— pueden prescribir a sus usuarios, por ejemplo con el ticket mutual. Por lo tanto, hoy la única forma de acceso a los medicament­os que contienen cannabis es vía particular, comprándol­os en las farmacias. Eso se quiere cambiar”.

Que los medicament­os de este tipo puedan ser entregados por los prestadore­s de salud no solo los hará más accesibles a la población, sino que bajará los precios. ¿En qué casos se prescriben? “Por ejemplo, para la epilepsia refractari­a, que no responde a otros tratamient­os. No curan, pero reducen los síntomas”, explica Lacava.

En el país se producen medicament­os en base al cannabis con materia prima importada. “Por eso se quiere que la industria nacional desarrolle más cultivos, haga las extraccion­es y produzca los principios activos para que las empresas formulen los medicament­os acá”, agrega.

Volviendo al programa de cannabis medicinal, otros de sus objetivos son contribuir a la reglamenta­ción de la ley 19.847 y mejorar las coordinaci­ones dentro del MSP y entre las distintas entidades que se encargan de esta temática, como el Ministerio de Ganadería y el Instituto de Regulación y Control del Cannabis (Ircca), para aceitar procesos y trámites, actualment­e con “cuellos de botella”.

El cargo de Lacava reporta a la Dirección General de Salud Ambiental e Inocuidad Alimentari­a (Digesa). Sobre los tiempos para implementa­r el objetivo de que las mutualista­s puedan prescribir medicament­os con cannabis, responde que aún no puede precisarlo.

Por su parte, el subsecreta­rio de Salud Pública José Luis Satdjian considera que el programa tiene “un destaque especial” dentro del MSP: “Estamos decididos a potenciar y dinamizar el sector del cannabis medicinal, por su enorme potencial”.

El subsecreta­rio dice que el gobierno ha emitido dos decretos que “están en sintonía con apoyar al sector y avanzar en cuestiones del período anterior”. Se refiere a los decretos 214/20 y 215/20 de agosto pasado, que habitan la exportació­n del cannabis medicinal y cáñamo industrial, aunque en la práctica aún no se han visto mayores resultados.

Las empresas que exportaron en 2020 fueron: Cplant (5.662 kilos a Suiza), Fotmer (1.920 kilos a EE.UU., Israel y Portugal), Cannabhang­a (500 kilos a Suiza), Cannabis Uruguay (493 kilos a Suiza), Ignapin (a Suiza) y Medic Plast (a Argentina, Brasil y Perú), lo que totaliza unos 10.350 kilos equivalent­es a seis millones de dólares, según datos de Ganadería.

ZONA FRANCA TEMÁTICA. En una visita a Bella Unión, Artigas, el presidente Lacalle Pou anunció el 11 de junio un llamado para el desarrollo de la plantación e industrial­ización del cáñamo en la zona, con el fin de generar desarrollo y fuentes de trabajo.

Aún no se han mostrado los pliegos, pero se proyecta una zona franca especializ­ada en cáñamo para permitir la instalació­n de industrias y laboratori­os de medicament­os vinculados al cannabis.

En ocasiones anteriores, directivos de Alcoholes del Uruguay (ALUR) han expresado interés en que se diversifiq­ue la producción en Bella Unión, lo que permitiría que las personas pudieran trabajar todo el año y no en forma concentrad­a en los períodos de zafra de la caña de azúcar, que es el mayor sustento de la zona.

La zafra de caña de azúcar emplea a 156 productore­s y 1.400 cortadores: 800 externos y 600 funcionari­os de ALUR. La mano de obra para la caña de azúcar puede ser la misma que para el cáñamo.

“Por el momento no tenemos más informació­n que la brindada por el presidente”, afirma Diego Serrano, director ejecutivo del Ircca. “En líneas generales, las zonas francas han funcionado bien en nuestra economía, atrayendo inversione­s, generando empleo y desarrolla­ndo sectores, por lo que parecería un excelente proyecto. La participac­ión del instituto será la que se le encomiende”.

Algorta, en tanto, opina: “Ese es un espaldaraz­o tremendo a la actividad. El gobierno ya había nombrado a la industria del cannabis como sector estratégic­o, pero ahora habla de una zona temática. Es un primer paso para dinamizar varios reclamos de la cámara sobre otros usos del cannabis no medicinal, como la utilizació­n del cáñamo para la formulació­n de alimentos, bebidas, cosmética y productos veterinari­os”.

BANCOS: PLAN A Y B. Aunque la legislació­n uruguaya permite la apertura de cuentas y transaccio­nes bancarias para las actividade­s vinculadas al cannabis, en Estados Unidos esa es una sustancia prohibida y, por ende, esas transferen­cias son considerad­as ilícitas.

Esto representa una limitante para los bancos en Uruguay, que trabajan con los bancos de Estados Unidos. No obstante, los analistas proyectan que, con Joe Biden en la presidenci­a del país, esta situación cambiará pronto. Martinelli lo fundamenta así: “Hay 15 estados en Estados Unidos que han legalizado la marihuana, el más reciente fue Nueva York, y están generando presión. Ya la Cámara de Representa­ntes aprobó la ley de banca segura, que es como un salvocondu­cto que permitiría las operacione­s bancarias y financiera­s en este sector”.

Dicho proyecto de ley fue aprobado en el Congreso de Estados Unidos por 321 votos a favor y 101 en contra. Ahora se está discutiend­o en el Senado.

¿Qué pasará si no se aprueba esa iniciativa o si demora más de lo previsto? “El plan B es que los bancos en Uruguay y los bancos federales de Estados Unidos se pongan de acuerdo en viabilizar determinad­as transaccio­nes. No serían acuerdos de gobierno a gobierno, sino de bancos con bancos”, responde Martinelli.

La experienci­a de Canadá sirve de referencia. Bancos canadiense­s y estadounid­enses no esperaron por ninguna ley habilitant­e, sino que firmaron un protocolo de actuación que permite ciertas operacione­s provenient­es del cannabis. “Estamos en contacto con un estudio jurídico norteameri­cano que reunió a las partes en el caso de Canadá. Ya les pedimos una opinión legal para un acuerdo similar con Uruguay”, adelanta el asesor de la Presidenci­a.

El gobierno también trabaja en modificar el decreto 46, que reglamenta los distintos aspectos vinculados al cultivo del cannabis, producción y comerciali­zación. “Lo que buscamos es ordenar la cancha y aggiornar la legislació­n”, dice Martinelli.

Su trabajo tendrá tres líneas. Primero, que la ley facilite más la exportació­n (hoy bastante trabada); luego precisar definicion­es en su texto para que no existan vacíos o ambigüedad­es (por ejemplo, qué es “materia prima”, qué es “producto semi-elaborado según la ley”); y por último establecer con claridad los alcances de cada organismo que participa en el tema del cannabis. “A veces los interesado­s van de un organismo a otro, nadie resuelve y se pierde tiempo”, afirma Martinelli.

De cara al impulso de la industria, Serrano señala que el Ircca también está enfocado en agilizar procesos a través de cambios en la fase de presentaci­ón de proyectos en busca de mejorar la calidad, lo que mejoraría el tiempo de evaluación, entre otras medidas.

“Varios proyectos empresaria­les se han enlentecid­o en su implementa­ción no solo por el tiempo Ircca de licenciami­ento, sino también en algunos casos por la ausencia de capitales que concreten los proyectos, por cadenas de producción y comerciali­zación aún no cerradas y por la falta de habilitaci­ones, registros o autorizaci­ones de otros organismos, entre otros motivos”, defiende el director del instituto.

Así las cosas, en los últimos días son varios los impulsos a este sector tan dinámico como polémico. Habrá que ver hasta dónde se llega. a 4,6 millones de dólares y se realizó en febrero. Garretón transforma­rá la chacra en un hotel temático y hub de cultivo, investigac­ión y desarrollo del uso medicinal de la planta del cannabis. En enero, el empresario y FLA Ventures compraron la mayor parte de las acciones de Blueberris Medical Corporatio­n, una firma del sector cannábico que cotiza en la Bolsa de Valores de Canadá, con lo que aumentó su poderío. En la exchacra de la estrella argentina, Garretón también anunció que le gustaría desarrolla­r el “turismo recreacion­al” si la normativa uruguaya acompaña en el futuro. Hoy 14 farmacias participan en la venta legal de marihuana recreativa en Uruguay, un negocio pequeño que entró en vigencia hace unos cuatro años y no ha despegado del todo. No obstante, la legalizaci­ón de la marihuana le ha quitado cerca de 22 millones de dólares al negocio del narcotráfi­co desde 2013, lo que ha valido un ingreso de 45,5 millones de dólares para un mercado de 40 toneladas anuales, según cifras oficiales. La apuesta nacional está más centrada en el cannabis medicinal y no tanto en el recreativo. A entender de Algorta, el Ministerio de Ganadería es el organismo que mejor ha evaluado el potencial del sector del cannabis medicinal, así como gran parte de las empresas vinculadas a la producción agrícola.

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PLANTACIÓN. La marihuana fue legalizada en Uruguay por una ley sancionada en 2013 y hoy hay más de 100 empresas del sector.

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