El Pais (Uruguay)

Rivera en guardia por variante Delta

Pasó de ser la peor a ser la mejor

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■■ La ciudad de Rivera vive por estas horas una tranquilid­ad que no se parece en nada a lo que ocurría hace tan solo dos meses. El departamen­to riverense pasó de ser el peor de la clase al alumno estrella en lo que al COVID-19 se refiere. Hoy es uno de los únicos tres departamen­tos en color naranja del país en la escala que utiliza el Índice de la universida­d de Harvard e incluso podría pasar al amarillo en los próximos días si sigue reduciéndo­se el número de enfermos. De todas maneras, esa tranquilid­ad tiene una amenaza muy concreta: la variante Delta. Uruguay ya padeció el ingreso de la variante P1 a comienzos de este año a través de la frontera, algo que, la mayoría de los riverenses aseguran volverá a pasar con la variante Delta que ya está circulando en el país norteño.

■■ El Ministerio de Salud Pública (MSP) aprobó el viernes el financiami­ento por parte del Fondo Coronaviru­s de un medicament­o llamado Torcilizum­ab, que, a pesar de no haber sido diseñado para tratar a pacientes graves de COVID-19, en los últimos meses ha tenido buenos resultados.

Este fármaco terminado en “mab” al igual que la mayoría de los medicament­os de origen biológico, es un anticuerpo monoclonal que ayuda a reducir la inflamació­n pulmonar que generalmen­te ocasiona el nuevo virus en los pacientes graves.

El secretario general de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI), Luis Núñez, dijo a El País que “no es mágico” el tratamient­o con Torcilizum­ab. “Hay pacientes que al recibirlo tienen una muy buena respuesta, pero hay pacientes que no. Yo he visto de los dos, como en cualquier tratamient­o”, dijo y agregó que “lo que combate este medicament­o son las consecuenc­ias de la enfermedad viral, pero no al virus en sí”.

En este sentido, la poca “magia” de esta droga está en que podría ser un arma de doble filo para algunos pacientes. Además de ayudar a la inflamació­n pulmonar, el Torcilizum­ab es un inmunosupr­esor muy fuerte que podría empeorar otras infeccione­s que pueda tener el paciente y facilitar el ingreso de bacterias al organismo. Por esto, el ministro Salinas enfatizó en que hay “indicacion­es muy específica­s” para el uso del medicament­o y descartó que se pueda administra­r masivament­e a los pacientes con COVID-19.

El perfil de paciente que podría beneficiar­se al recibir Torcilizum­ab, según el presidente de SUMI, Julio Pontet, es aquel que presenta un “compromiso en la oxigenació­n, elementos de inflamació­n demostrada y específica­mente un modo de enfermedad progresiva que empeora rápidament­e”.

El medicament­o no necesariam­ente debe ser administra­do a pacientes en CTI. Pontet sostuvo: “El mayor beneficio se ha visto dentro de los primeros tres días de hospitaliz­ación, no necesariam­ente en CTI porque es un tratamient­o para pacientes que se están agravando rápidament­e, no para aquellos que ya están muy comprometi­dos”.

OCUPACIÓN Y DELTA. El efecto “ideal” al que apuntan los intensivis­tas con el Torcilizum­ab es que contribuya a la desocupaci­ón de las camas de cuidados intensivos. A pesar de que los números de ingresos a CTI por COVID-19 descienden desde hace más de tres semanas, esta droga podría acelerar la baja. Sin embargo, la eventual llegada de la variante Delta podría poner en jaque esa tendencia a la disminució­n.

El inmunólogo Álvaro Díaz dijo que alrededor del mundo se está comproband­o en tiempo real que “la efectivida­d de las vacunas contra la enfermedad severa no se altera significat­ivamente frente a las variantes en comparació­n con la versión ancestral del virus”, algo que podría ocurrir en Uruguay con la variante india.

En este sentido, los ingresos a CTI no deberían alterarse demasiado, sin embargo, a partir de la transmisib­ilidad que muestra esta nueva variante, es posible que debido al aumento de los casos un porcentaje mayor sea hospitaliz­ado. Díaz explicó: “Si efectivame­nte la variante se comporta de forma mucho más transmisib­le, y pasamos a tener más casos totales, aunque la proporción de casos que derivan en enfermedad severa no cambie, lógicament­e podríamos tener más ingresos a CTI. No digo que vaya a pasar, pero puede pasar. Si la vacuna previene 95% de las enfermedad­es severas, ese 5% que no se logra prevenir representa a más gente si en total hay 5.000 casos por día que si hay 500”.

Según Pontet, la incorporac­ión del Torcilizum­ab en este momento previo al ingreso de la variante Delta es importante porque significa “un recurso más” ante la posibilida­d de que aumenten los ingresos.

Sin embargo, dijo que gracias a la vacunación “sería muy difícil” que Uruguay vuelva a tener números tan altos como los de mayo. “Hoy tenemos 250 camas menos que el 2 de junio. Es un gradiente muy grande y creo que no vamos a dar muchos pasos hacia atrás”, indicó.

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