HEBER “Quisiera bajar mucho más que 30% las rapiñas”
—¿El Ministerio del Interior sigue siendo un “fierro caliente”?
—Siempre. En todo país el Ministerio del Interior es un fierro caliente. La seguridad es un tema pendiente y los resultados del primer año son muy buenos y generan la convicción para nosotros, el gobierno, que era factible poder bajar los delitos. Eso se da por una política que aplicó Jorge Larrañaga en el primer año de gobierno y nosotros vamos a continuar, que es una alta movilidad de la Policía en todo el país. A veces se lo ha tratado de minimizar por quienes, en definitiva, quieren sacarle mérito a la acción de la Policía diciendo que la baja de los delitos es producto de la pandemia.
—¿Lo dice por el Frente Amplio?
—Sí. Se quiere politizar, tratar de minimizar los méritos. Si eso fuera así (que bajaron los delitos por la pandemia) tendríamos menos presos. Y tenemos más presos. Si eso es verdad, entonces la acción de la Policía tuvo mejor resultado porque frente a menos delitos, producto de la pandemia, hubo mejor actuación de la Policía y por lo tanto creció el número de presos. Lamentablemente tenemos otro problema en la cárcel. El éxito de la Policía genera otros tipo de problemas y estamos tratando de abarcarlos. Hemos tomado algunos primeras medidas muy tibias, estamos trabajando para hacer un plan para enfrentar esos problemas. —El comisionado parlamentario Juan Miguel Petit alertó que si se sigue a este ritmo se va a llegar en poco tiempo a 20.000 personas recluidas.
—Yo acabo de llegar y no puedo ser ahora un experto en materia de cárceles. Lo que sí he establecido es un plan para tener un plan. ¿Cuál es? Bueno, en la LUC se establecen dos comisiones que son muy importantes. Una, que es el consejo, que me da la sensación que es en el diario convivir, la urgencia y los problemas que tenemos. Y después una comisión, una suerte de GACH científico, que no lo dice el artículo, pero que se piense una política carcelaria a mediano y largo plazo. Después de 15 años no se hizo nada.
No se hizo absolutamente nada salvo la PPP (Cárcel de Punta Rieles) que a nuestro juicio es muy cara. Nos parece un mal contrato que es caro a largo plazo, los costos son caros porque son fijos, pagamos como si la cárcel estuviera llena. —¿En una entrevista en radio Sarandí dijo que encontró un panorama un poco más complejo de lo que esperaba. ¿A qué se refería?
—La pregunta era si la situación se había complejizado por el tema del narcotráfico y yo dije que sí. Está mucho más complejo el delito. Por eso coincido con la política nacional y la que llevó adelante Jorge (Larrañaga) que es no solamente combatir el narcotráfico y el crimen organizado, sino también el microtráfico porque hay una cantidad de rapiñas y hurtos que es producto del consumo de drogas y muchas veces se instrumenta en función de las bocas de venta.
—¿Encontró alguna debilidad en la cartera?
—La gran debilidad son las cárceles. En realidad son dos ministerios en uno. Acá hay dos ministerios: uno que es el combate al delito, el despliegue territorial de la Policía; y el otro es el de la recuperación, la reeducación del preso para devolverlo a las sociedad. Si tú me preguntas, ¿es necesario otro ministerio? Sí, yo estaría de acuerdo en que tuviéramos un Ministerio de Justicia en el Uruguay. No estamos en condiciones hoy a no ser que el presidente me diga que sí. Lo ideal es que sí, pero todavía no tenemos los recursos. —Larrañaga construyó su forma de liderazgo. ¿Cuál va a ser la suya?
—Yo no sé cuál va a ser la mía, es una tarea diferente de la que venía haciendo. Yo había construido un liderazgo de otras características, tratando con ingenieros y arquitectos para construir puentes y carreteras y bueno... me ponen acá. ¿Cuál va a ser? No lo puedo adivinar. Ahora, si dio resultado la cercanía que Larrañaga tuvo con la Policía, vamos a seguir ese camino. —¿El lema hincha de la Policía no cambia?
—No cambia. ¡Cómo va a cambiar! Quizás el tema de hincha es algo que Jorge lo podía decir. Somos respaldantes, participantes de ese respaldo. Hinchas parecería más que estamos en una barra como el fútbol. Esa es una palabra de Jorge, dejémosla a Jorge, pero es el mismo concepto. —¿Cuál es el objetivo en materia de delitos, bajarlos a qué cifra?
—Yo no tengo un objetivo de cifras. Creo que si seguimos manteniendo la baja que tuvimos en el primer año y repitiéndola contra nosotros mismos en el segundo, es un gran número. Si bajamos el 14% de la rapiñas en un año y en el segundo otro 14% en dos años los bajamos casi el 30%. Es un numero que genera tranquilidad. —Era el objetivo que se había trazado Tabaré Vázquez ante de ganar la elección. —Y crecieron. No solo no bajaron sino que crecieron.
—Pero, ¿puede ser un número posible bajar 30% las rapiñas?
—Yo quisiera bajar mucho más que el 30%. No me quiero encerrar en una cifra porque si en dos años podemos llegar al 30% voy a querer en el tercero bajar otro 14%.
—En el Frente Amplio hay quienes sostienen que el gobierno de Lacalle Pou no quiere poner una cifra para no quedar atado de si la cumple o no.
—Yo no soy culpable que Vázquez haya dicho una cifra y no la cumpliera. Nosotros hemos dicho que vamos a dar un combate a la delincuencia en todas sus formas. Estamos viendo que muchas de las rapiñas que hemos bajado han ido variando hacia el hurto, entonces tenemos que hacer un análisis. No es tener los datos, sino la inteligencia de qué hay atrás de la lectura de esos datos; por qué el delito se mueve, cómo se mueve, cómo varía, cómo cambia y por qué cambia. —¿Tiene las herramientas necesarias para esa inteligencia? Pregunto por la vieja discusión de El Guardián.
—Creo que El Guardián hoy en día con los avances tecnológicos ha quedado obsoleto.
—¿Está en los planes mejorar esas herramientas?
—Dependerá mucho del presupuesto. —Ahí está apretado.
—Estamos apretados, pero creo que nosotros en los presupuestos hemos aprendido la posibilidad de financiar a largo plazo. Queremos generar un fideicomiso de seguridad de modo tal de poder estirar los plazos, con la posibilidad de ir adecuándonos tecnológicamente y no estar dependiendo de tener otro nuevo fideicomiso. Pensar bien, ajustar bien qué es lo que queremos para después programarlo en lo que tiene que ver el aporte tecnológico que la Policía precisa hoy. —¿Alcanzan las herramientas que hay hoy en día para combatir al narcotráfico? —No, nosotros creemos que necesitamos más aparatos de escuchas y más modernos. Primero tenemos que pensar en los recursos y después saber cómo instrumentarlos. Pero la inteligencia, que es la preparación que nosotros tenemos que tener para hacer una correcta lectura de por qué se produce el delito, dónde se produce y cómo se mueve en el país, eso sí lo tenemos. Tenemos recursos humanos bien preparados.
—Para lo que no necesitas plata es para los allanamientos nocturnos. ¿Hay consenso en el gobierno?
—Sí.
—¿Cuál va a ser el camino?
—Yo quiero hablar con las bancadas. Yo creo que el allanamiento nocturno tiene una amplia mayoría. ¿Por qué? Porque la Policía hoy es ciega, sorda y muda en la noche. Solamente patrulla en la calle, mañana podemos estar viendo por una ventana que puede haber un acto de violencia y eventualmente un asesinato y no podemos entrar. Ya no estoy hablando de una boca de pasta base y es muy triste tener una fuerza policial y no poder entrar a salvar una vida, un secuestro. Con las debidas garantías, que se pongan todas las que se quieran del juez de la forma que se entienda que se tiene que hacer, creo que podemos llegar a un entendimiento en el sistema político cuando esto no tiene paternidad.
—¿El camino tiene que ser una Ley Constitucional?
—Todavía no tengo el consenso dentro del gobierno de cuál es el camino que vamos a buscar. En el concepto sí, pero si vamos por una ley constitucional de dos tercios (de votos de cada Cámara) que implique ponerle una fecha, que puede ser a fin de año para poder hacer una consulta popular, o vamos por el instrumento de tres quintos (en la Asamblea General) y vamos a plebiscitarla en las elecciones. Para mí la batalla tiene que ser ya, y mi opinión personal es ir a buscar la opción de dos tercios y hablar en buenos términos con todas las bancadas, Si no nos vamos a ir a los tres quintos. —La posibilidad que se alcancen las firmas para plebiscitar la LUC, ¿puede enredar ese intento de consulta popular para allanamientos nocturnos?
—Sí. Si tenemos un plebiscito no vamos a tener la posibilidad de tener dos, genera una confusión. Seguramente tenderemos que esperar.
—En la elección, la seguridad fue clave para que se diera un cambio, ¿cree que su gestión va a ser clave en la próxima campaña?
—Sí, creo que sí. Nosotros estamos a prueba. La gestión sobre seguridad va a ser clave de si tenemos éxito o no lo tenemos. Pero estoy seguro que vamos a tenerlo. Creo que vamos a estar bien posicionados para darle respuesta a lo que era un clamor popular reclamando por la inseguridad.
—Si tiene éxito en el ministerio del Interior, ¿podrías ser candidato?
—Yo estoy para le gestión. En lo personal no es que no tenga interés, tengo interés en el posicionamiento de nuestro sector político (Herrerismo) Quiero estar, no quiero ser candidato, pero quiero estar. —¿Le molesta cuando desde el Frente Amplio se dice que el gobierno es Herrerista como crítica?
—No, cómo me va a molestar. Podrá molestar a otros sectores, a mí no.
Yo no soy culpable de que (Tabaré) Vázquez haya puesto una cifra y no la haya cumplido”.
Yo estaría de acuerdo en que existiera un Ministerio de Justicia, pero no hay recursos”.