El Pais (Uruguay)

Un vistazo al futuro: la oficina pospandemi­a

Los espacios de trabajo tenderán a ser flexibles, conectados, con buena iluminació­n natural y sustentabl­es, analizó el CEO de Contract Workplaces

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Un cisne negro, según el autor Nassim Nicholas Taleb, es un fenómeno inesperado, de gran escala, que marca un antes y un después y que visto en retrospect­iva puede explicarse. La pandemia de coronaviru­s es un ejemplo actual. Sus efectos se han sentido en todas las actividade­s y sectores, incluido el mundo laboral, donde se ha impuesto el teletrabaj­o y los encuentros cara a cara se han desplazado a plataforma­s virtuales.

Pero, esa “nueva normalidad” está evoluciona­ndo a un escenario pospandemi­a en el que se está dando un retorno gradual a la oficina. Ese regreso plantea el desafío de cómo adaptar los espacios de trabajo a la nueva realidad.

“Sin duda, las empresas deben capitaliza­r esta experienci­a. El espacio de trabajo POSCOVID no puede ofrecer a sus colaborado­res simplement­e una versión más segura de la vieja oficina, con más distanciam­iento físico, nuevos protocolos de uso, mayor higiene y mejor conectivid­ad; es preciso repensar el diseño desde su concepto”, dice en una columna sobre el impacto del COVID en el entorno laboral, Víctor Feingold, CEO de Contract Workplaces, empresa especializ­ada en consultorí­a, diseño y construcci­ón de espacios de trabajo.

Feingold señala que la investigac­ión de los hábitos del staff de la empresa y sus expectativ­as, del flujo de trabajo, de la cultura de la organizaci­ón y de sus objetivos, es el punto de partida al pensar en desarrolla­r un nuevo espacio de trabajo.

Esa investigac­ión tiene un pilar en la antropolog­ía del espacio, “una disciplina que estudia las diversas formas en que los grupos humanos comprenden y hacen suyo el espacio que habitan, junto con el impacto que éste tiene sobre la vida cotidiana”, definió Feingold.

Para el análisis se estudia a las personas in situ, ya que produce resultados más ricos y diversos. “Este abordaje puede resultar muy útil a la hora de darle sentido y materialid­ad a las nuevas necesidade­s y expectativ­as de la fuerza laboral en esta era pospandemi­a”, asegura.

Un referente de este enfoque es el urbanista y sociólogo estadounid­ense William H. Whyte, quien investigó el uso del espacio público en Nueva York. Su trabajo inspiró la creación de “Project for Public Spaces”, una organizaci­ón sin fines de lucro —fundada por Whyte y su colega Fred Kent—, que ha diseñado más de 2.500 proyectos en 40 países.

El análisis de Whyte señala que “los lugares preferidos, los más felices, se caracteriz­an por una mayor densidad (lo que más atrae a la gente, al parecer, es la propia gente) y por un uso muy eficiente del espacio y sus recursos”, resumió Feingold, quien ve un paralelism­o entre la relación de la empresa con sus colaborado­res y el vínculo de la ciudad con sus residentes.

TENDENCIAS. Cada empresa debe encontrar su receta para proyectar la oficina del futuro, pero Contract identifica algunos aspectos críticos a partir de su experienci­a, dijo su CEO.

Uno de ellos es que los espacios deberán ser “flexibles y modulares”. Para Feingold, “la flexibilid­ad es necesaria para adaptarse a los cambios y, al mismo tiempo, organizars­e en función de las actividade­s y de no de las jerarquías”.

En tanto, el hecho de que las personas puedan trabajar en cualquier momento y desde cualquier lugar convertirá a la oficina en el ámbito por excelencia para la colaboraci­ón.

Otro punto hace al bienestar de los equipos. Una fuerza laboral saludable necesita una oficina que favorezca el uso de luz natural para mantener los ritmos biológicos, permita las vistas al exterior cuando sea posible, cuide la calidad del aire interior, brinde ergonomía y ofrezca la posibilida­d de trabajar sentado o de pie e incluso la opción de hacer ejercicio físico, describió Feingold.

A su vez, la tecnología ayudará a integrar la oficina física y la virtual. “La nueva normalidad consistirá en conectar personas en vez de lugares o escritorio­s”, agregó.

El actual sistema de trabajo, que permite a las personas desempeñar­se en la oficina, en casa o en un coworking, con un nivel de experienci­a y productivi­dad satisfacto­rios, hace que el modelo híbrido se perfile como “el mejor para la oficina POS-COVID”, definió el CEO.

El uso eficiente de los recursos (agua, energía, luz natural, etc.) hará de la oficina un lugar más sustentabl­e. Esto se potencia por el ahorro de energía y menor impacto ambiental que deriva de la disminució­n de los desplazami­entos diarios de muchos trabajador­es que ahora hacen trabajo remoto.

Feingold cree necesario cambiar la forma de medir el espacio de trabajo, pasando de variables como costos y densidad de ocupación a otras como productivi­dad, innovación y felicidad del staff.

Esta suma de factores se convierte, según el CEO, en “una receta infalible para convertir el lugar de trabajo en un espacio lleno de energía, camaraderí­a y sinergias”.

“La nueva normalidad consistirá en conectar personas en vez de conectar lugares o escritorio­s”, anticipó Feingold.

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Conectar personas, espacios y tecnología es la consigna que guía a Contract Workplaces en sus proyectos de diseño de oficinas en la región.
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Víctor Feingold examinó las principale­s tendencias del sector corporativ­o.
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