El Pais (Uruguay)

Uriarte: un desenlace político esperable

Colorados le perdieron la confianza; Presidenci­a advertía algunos errores

- PABLO S. FERNÁNDEZ Fernando Mattos ya inició la transición en el MGAP y se reunió ayer con Uriarte. Mattos acompañó a Talvi y antes también al exsenador Pedro Bordaberry.

El de Carlos María Uriarte era un desenlace esperable. Su salida del Ministerio de Ganadería, Agricultur­a y Pesca era algo que venía pidiendo el Partido Colorado desde hace muchos meses debido a que había llegado allí por su perfil técnico y por su acercamien­to al excancille­r Ernesto Talvi.

El descontent­o de esta colectivid­ad con algunas de sus actitudes (como viajes al interior en los que visitaba a blancos y frenteampl­istas y no a colorados), se sumó a una serie de molestias desde la Torre Ejecutiva por algunos errores cometidos en su cargo.

La última convocator­ia del Luis Lacalle Pou a todo su gabinete fue el 19 de junio. Un día antes el jefe de Estado les pidió a sus ministros que estuvieran a las 11 de la mañana a la Plaza Independen­cia por el acto de conmemorac­ión del natalicio de José Artigas. Lo dejó escrito en el grupo de Whatsapp que comparten los jerarcas. Pero Carlos María Uriarte no fue, se confundió y faltó a la convocator­ia.

El entonces ministro de Ganadería viajó ese día a Sauce, Canelones, porque sabía que allí iba a hacerse una ceremonia. Ese acto había sido a las 9, así que cuando Uriarte llegó a las 11 ya no había nadie. Esta distracció­n es una perla más que se suma a una larga lista de errores que se repitieron a lo largo de su gestión, según advierten fuentes coloradas y del Ministerio de Ganadería, Agricultur­a y Pesca (MGAP).

Pero lo que desencaden­ó la salida de Uriarte del gobierno fue la falta de apoyo político, y una carencia de cintura para cumplir con compromiso­s en la orgánica del Partido Colorado. Es que Uriarte es de origen blanco y fue Ernesto Talvi quien lo eligió para ocupar el cargo. “Uriarte era blanco y en su momento dijo públicamen­te que era blanco y eso molestó”, dijo Julio María Sanguinett­i ayer al ser consultado por Canal 12.

Desde no aportar económicam­ente al partido —como lo hacen todos los dirigentes—, hasta no informarle de sus acciones a la bancada parlamenta­ria. Desde caer de improviso al interior y reunirse con blancos, frenteampl­istas y no con los colorados, hasta contratar a personal de otras tiendas políticas, e incluso mantener a personal de confianza de la administra­ción pasada. Estos descuidos, por llamarlos de algún modo, se convirtier­on en enojos, molestias y desconfian­za en la dirigencia colorada.

Esto fue admitido por Uriarte ayer, luego de salir de la reunión que mantuvo con Lacalle Pou en Suárez. “Son razones políticas que tengo que acatar como correspond­e. Es como un cuadro de fútbol: cuando las cosas hay que cambiarlas, hay que cambiarlas. Me voy tranquilo por haber hecho los máximos esfuerzos de servir a la patria”, declaró.

Uriarte tampoco logró construir buenos socios en el MGAP. No había una buena sintonía con los números dos y tres del ministerio: el subsecreta­rio, Ignacio Bufa, y la directora general, Fernanda Maldonado. Ambas, además, figuras de especial confianza de Lacalle Pou.

El presidente sabía que el equipo en Ganadería no había logrado “aceitarse”. De hecho intentó arreglar la falta de entendimie­nto y los convocó a los tres a su despacho. Esto pasó en 2020, durante la discusión presupuest­al.

En ese entonces, Ganadería había incluido en el proyecto un artículo sobre la gobernanza de la Unidad Agroalimen­taria Metropolit­ana (UAM), el que desató una gran polémica con la Intendenci­a de Montevideo. El mandatario entendía que alguien debía hacerse responsabl­e de ello, y Nicolás Chiesa, director general de la Granja, fue el primer señalado.

Un mensaje enviado a los tres jerarcas —Uriarte, Buffa y Maldonado— por parte de Chiesa, y que llegó al celular de Lacalle Pou, fue el que salvó al director de no perder su cargo. Lacalle entendió que la responsabi­lidad final estaba en esa cúpula y no en el funcionari­o.

Para peor el combo de enredos se completó con declaracio­nes poco oportunas, como ser comparacio­nes de cifras de abigeato con casos de violencia doméstica, y errores de gestión.

El último fue con el etiquetado de contenedor­es de carne a China, una falla que ocasionó un pequeño conflicto diplomátic­o en el que debió intervenir el canciller Francisco Bustillo, y el cual podría tener implicanci­as económicas importante­s por posibles multas.

Por eso los días de Uriarte en el MGAP estaban contados desde hace meses. Al punto que la dirigencia colorada pidió su cabeza en reuniones internas en diciembre, comentaron a El País fuente de esa colectivid­ad.

Pero tampoco había conformida­d de Lacalle Pou. Por eso cuando el coordinado­r de Ciudadanos, Adrián Peña, le planteó su remoción no discutiero­n.

Con esta salida, el jefe de Estado renueva su Consejo de Ministros y soluciona la gran mayoría de las rispideces que tenía en el gabinete. Talvi fue el primero, y con Bustillo cambió el clima interno de la cancillerí­a.

La salida de Pablo Bartol del Ministerio de Desarrollo Social descomprim­ió una interna difícil con el entonces subsecreta­rio Armando Castaingde­bat, y aceleró la puesta en marcha de planes sociales. Tras la muerte de Jorge Larrañaga, el presidente eligió pasar a Luis Alberto Heber, que estaba Transporte, al Ministerio del Interior, y así también solucionó las diferencia­s que había con su subsecreta­rio, Juan José Olaizola, que ahora tiene un socio de su colectivid­ad como ministro: José Luis Falero.

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 ??  ?? URIARTE. Su falta de experienci­a política, sumada a una larga lista de errores en la gestión, fueron el desencaden­ante para la salida.
URIARTE. Su falta de experienci­a política, sumada a una larga lista de errores en la gestión, fueron el desencaden­ante para la salida.

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