Todos los datos mejoran y reanudan las cirugías
Se van a volver a coordinar 38 mil operaciones a partir del mes de agosto
■■ Hay cuatro departamentos que salieron de la zona de más riesgo epidemiológico. La letalidad viene a la baja desde hace cinco semanas. Y los ingresos de pacientes con COVID-19 a CTI han caído a niveles observados hace casi cuatro meses. Por eso, el Ministerio de Salud anunció la reanudación de las cirugías coordinadas. Desde el primer día de agosto y hasta el término de diciembre, las autoridades sanitarias pretenden acabar con la lista de espera de 38.000 cirugías que no era de urgencia ni oncológicas y, por tanto, no pudieron concretarse ante el feriado quirúrgico anunciado en marzo. “Todas las instituciones deberán presentar declaración jurada de una planilla nominalizada de la lista de espera, al cierre de cada mes, para ir monitorizando la regularización total y absoluta de la actividad quirúrgica dentro de este año”, dijo el ministro Daniel Salinas. Sin embargo, desde el Sindicato Anestésico-quirúrgico ven improbable que se cumpla con el objetivo por la cantidad de intervenciones coordinadas que hay por mes y el retraso que hubo. Y refieren no solo a quienes tenían coordinada una operación y les fue retrasada, sino también a quien no se agendó o aquellos que ni siquiera fueron diagnosticados.
AUMENTAN LAS CONSULTAS MÉDICAS PRESENCIALES
La emergencia sanitaria no se acabó, pero hay señales alentadoras: cuatro departamentos abandonaron la zona de mayor riesgo epidemiológico, la letalidad lleva cinco semanas de caída constante, y los ingresos de pacientes con COVID-19 a los CTI alcanzaron registros que no se veían desde mediados de marzo. Por eso el gobierno anunció la reanudación de las cirugías coordinadas y el incremento de las consultas médicas presenciales.
En la tercera semana de marzo, junto a otras medidas restrictivas de actividades y el pedido de los científicos de “blindar abril”, el Ministerio de Salud Pública (MSP) había anunciado la suspensión de todas las cirugías que no fueran oncológicas o de urgencia. El feriado quirúrgico —como se le conoce a la medida— fue estirándose y recién ayer el gobierno anunció la normalización del servicio desde el primer día de agosto.
La intención de las autoridades sanitarias es que antes de fin de año se haya asignado turno a toda la lista de espera que, hasta mayo, alcanzaba los 38.000 pacientes. Para darle seguimiento al cumplimiento de esta meta, dijo el ministro Daniel Salinas, “todas las instituciones del Seguro Nacional de Salud deberán presentar declaración jurada de una planilla nominalizada de la lista de espera, al cierre de cada mes, para ir monitorizando la regularización total y absoluta de la actividad quirúrgica dentro de este año”.
En el ministerio no hablan de “atrasos de cirugías” porque, dicen, el término no existe como concepto. Por eso refieren a la disminución de cirugías en relación a otros años y a la lista de espera de pacientes que tenían coordinada una intervención y les fue suspendida.
El feriado quirúrgico ya había sido aplicado en otras circunstancias previo al COVID-19, en especial en momentos en que era necesario descomprimir las unidades de cuidados intensivos. Pero la actual emergencia sanitaria llevó a que esta medida —que forma parte del paquete de contención acordado entre las autoridades ministeriales y los intensivistas— se haya aplicado durante la incertidumbre de los dos primeros meses de la epidemia local, durante el verano en cinco departamentos y desde el pasado 23 de marzo (otra vez) en todo el país.
“La medida sirvió para alivianar la carga sobre el CTI”, dijo el presidente de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI), Julio Pontet. Porque si bien “la mayoría de cirugías coordinadas no van a necesitar un posoperatorio en CTI, se estima que un 20% del total de ingresos son por cirugías que se complican o por algunas que no se complican, pero necesitan un monitoreo intensivo (como algunas reconstructivas, vasculares o neurológicas)”.
Además, ante la escasez de recursos humanos en las unidades de cuidados intensivos, Uruguay requirió el pasaje a labores en CTI de parte del personal sanitario que estaba destinado a tareas quirúrgicas. “Sobre todo de enfermeros y algunos anestesistas”, recordó Pontet. La SUMI estima que, en las unidades más grandes, cada 15 intensivistas se necesitó de un anestesista extra de apoyo.
La reducción de la ocupación de camas de CTI por parte de pacientes COVID-19 empieza a dar un respiro. Ayer hubo 12 nuevos ingresos de personas, el día anterior habían sido 13. Esas cifras no se observaban desde la primera quincena de marzo. Incluso
la cantidad de enfermos con esta infección que permanecen en las unidades bajó del umbral de las 300 (cifra que no se veía desde fines de marzo). “Por eso hay prestadores que ya están liberando camas que estaban destinadas a Covid para que vuelvan a pertenecer a los sectores no Covid”, explicó Pontet.
Pese a este cierto alivio del sistema, en el Sindicato Anestésico-quirúrgico ven “poco probable” que pueda quedarse “al día” con las cirugías antes de fin de año. “No parece viable que en cinco meses pueda manejarse un atraso de más de 70.000 cirugías —para ellos esta es la cifra—, mucho menos cuando hay prestadores (de salud) que aprovecharon (el feriado quirúrgico) para beneficiarse económicamente y ponerse al día con las cuentas”, dijo el presidente del sindicato, el cirujano Daniel Montano.
El Sindicato de Quirúrgicos hace un cálculo teórico: la cantidad de intervenciones coordinadas que hay por mes y el retraso estimado que hubo. Contemplan no solo a quienes tenían coordinada una operación y les fue retrasada, sino también a quien ni siquiera se agendó o aquellos que ni siquiera fueron diagnosticados.
“Si las personas no fueron a las consultas es muy probable que no figuren en la lista, pero son pacientes que van a venir ahora y en muchos casos con enfermedades más evolucionadas”, dijo el cirujano.
Desde el 15 de julio, en tanto, en medicina general y distintas especialidades se atenderán cuatro pacientes presenciales y uno no presencial. En psiquiatría, neurología, neuropediatría, geriatría y fisiatría, se atenderán tres presenciales y uno no presencial. Y en psiquiatría infantil, serán dos presenciales y uno no presencial.