La nueva vida de un PH del viejo Palermo
Estudio Mass Arquitectos renovó un apartamento con intervenciones únicas
Casa con aparador. Así llamaron los arquitectos Matías Coello y Juan Martín Minassian del estudio Mass Arquitectos a esta reforma de un apartamento de dos dormitorios en el barrio de Palermo. Este proyecto, que llevó seis meses desde principio a fin, renovó por completo tres ambientes (living-comedor, cocina y baño) al darles toques de color llamativos y piezas originales.
Ella es licenciada en Comunicación nacida en Durazno y su pareja es un ingeniero alemán; ambos de 30 y pocos años y tienen una hija.
Y, además, un pasatiempo: cocinar. A pesar de que el apartamento tiene 80 metros cuadrados, la cocina era bastante pequeña. Así que se acercaron a Coello y Minassian con una idea: tener más espacio. Además, querían que estuviese más conectada con la parte social de la casa.
“Nosotros hacemos proyectos más grandes y nos entusiasmó la escala de este y por el desafío de renovar un apartamento viejo de Palermo (el edificio tiene tres plantas y una antigüedad aproximada de 60 años). Los clientes nos dieron libertad para trabajar”, señaló Coello.
ORIGINAL. La reforma empezó con la remoción de una pared, algo más definitivo que el pasaplatos que se había imaginado la pareja. “La estructura tenía algunas singularidades y, en vez de tomarlo como algo negativo y de tratar de esconder los refuerzos estructurales, nos pareció interesante hacerlos visibles”, dijo Minassian.
La división que existía entre living-comedor y cocina ahora está marcada por la viga de hierro y un pilar metálico pintados de color verde. “Le da un carácter muy personal a la casa”, agregó en diálogo con El País.
Ese pilar está incrustado en el mueble del nombre del proyecto: un aparato de casi ocho metros de largo que transforma sus usos a medida que se transita por el lugar.
Construido por el taller de carpintería Al fondo, está compuesto por una mesada de cuarzo blanco grisáceo y melamínico blanco. “Generalmente trabajamos con una paleta de colores que genera espacios neutros con color en objetos singulares”, apuntó Coello.
El aparador tiene desde la pileta y la cocina empotrada hasta espacio para almacenamiento, para colocar el televisor y otros equipos y piezas de decoración.
Juan Martín Minassian explicó: “Estos clientes nos permitieron trabajar en algunas cosas que queríamos hace tiempo como la idea de buscar espacios indeterminados. Es decir, los espacios no son lo característico sino que la característica del espacio se da desde el mobiliario. Nos permitieron jugar con eso e hicimos este aparador que es bastante impactante”.
En materia de muebles, el taller Al fondo construyó otro que tiene múltiples funciones: desde alacena hasta “para esconder la heladera” y guardar los elementos de limpieza; pero también tiene la puerta que lleva a los dormitorios y los baños para que esa zona no sea visible desde la entrada de la casa.
Se conservó el piso de monolito original. Pero al tirar abajo la pared, quedó con un desnivel de unos pocos centímetros. Eso se arregló con un semicírculo de microcemento pintado con el mismo verde de la viga y el pilar que le da otro toque extra de color al ambiente.
DIVERSIÓN. Minassian contó que este proyecto les permitió, además de profundizar en el concepto de indeterminación de los espacios, “divertirse mucho”. Y uno de los puntos más entretenidos fue la reforma del baño. Su colega añadió: “Hacía tiempo que queríamos hacer un baño amarillo y ningún cliente nos llevaba el apunte”.
La licenciada en Comunicación y el ingeniero alemán les dijeron que sí, que se animaban al revestimiento amarillo con juntas blancas en combinación con otra parte de revestimiento blanco con juntas amarillas.
Pero conseguirlo no fue fácil. Coello explicó a El País: “Las juntas amarillas no existen en Uruguay. Tuvimos que mezclar pintura con tonos para llegar a ese color y lo logramos”.
Los dormitorios no requirieron ninguna intervención más allá de una puesta a punto de mantenimiento.
SOCIOS. Mass Arquitectos se establece como una práctica optimista, dirigida por Matías Coello (1983) y Juan Martín Minassian (1982), ambos Arquitectos de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Uruguay (FADU-UDELAR). Trabajan en sociedad desde el año 2010.
El estudio se establece como una pequeña estructura que opera desde la escala doméstica y los concursos de arquitectura. Su actuación se desarrolla tanto en el ámbito público como el privado desde distintos lugares, en el campo de la docencia, la práctica profesional o la obra pública. Obtuvieron premios en diversos concursos de arquitectura y diseño, nacionales e internacionales.