Teatros cerrados, Onetti cancelado
Suele celebrarse al "guionista de Dios" cuando ocurren casualidades significativas. Tal fue el caso de ayer jueves: en el mismo día en que la Biblioteca Nacional evocaba el aniversario número 112 de Juan Carlos Onetti, el semanario Búsqueda anunció que la Intendencia de Montevideo cancelará este año el concurso literario en su homenaje.
"Fuentes cercanas a la IM", a decir de la citada publicación, informaron que "el Concurso Literario Juan Carlos Onetti, otorgado por la Intendencia de Montevideo desde 2011, no será convocado este año". El cronista agrega que la directora de Cultura de la comuna montevideana, María Inés Obaldía, "no quiso hacer declaraciones al respecto".
Al momento de escribir esta columna, esa primicia aún no había sido desmentida ni cuestionada por la autoridad departamental. Cuesta creer que una Intendencia que se ha manifestado en incontables oportunidades a favor de la promoción cultural (conducida además por un partido que se autoatribuye un supuesto monopolio en las preferencias electorales de los artistas), cancele de un día para el otro un concurso destinado precisamente a ese fin.
¿Se privará a los escritores de la oportunidad de postular a premios que consistían en generosos aportes económicos y cuidadas ediciones de sus obras? ¿O la idea será mantener el concurso pero cambiar su denominación, acaso porque el gran Onetti no integra el santoral de los intelectuales de izquierda?
Son preguntas que merecen una urgente respuesta, para que tanto quienes dedican su vida a la literatura como la sociedad toda, entendamos el porqué de una medida tan inesperada.
Es un repliegue que contrasta con la actual política del Ministerio de Educación y Cultura, que ha lanzado 60 convocatorias distintas para premiar y estimular obras artísticas en las más variadas disciplinas: letras, música, teatro, danza, artes visuales, cine y televisión, en los 19 departamentos del país.
Y parece verse confirmado por los escasos o nulos anuncios de reapertura de los teatros departamentales de Montevideo, a pesar de que el gobierno decretó la reactivación de los espectáculos a partir del próximo 5 de julio. Mientras el Sodre, que depende del MEC, lanzó de inmediato una nutrida cartelera de propuestas, tanto de su propia producción como de agentes privados a quienes ofrece sus salas sin cobrarles, los teatros de la Intendencia no han dado por ahora señales de vida. Nada se dice al respecto en la web de la Intendencia, cuyos últimos anuncios hablan de exposiciones y talleres virtuales.
Y en la de la prestigiosa Comedia Nacional, una compañía teatral que enorgullece al país, lo único que se ha publicado últimamente son unos videos con el significativo título de "Teatros vacíos".
Nadie duda de las buenas intenciones de la directora departamental de Cultura, que como comunicadora, a través de los años ha sido una comprometida promotora de los artistas uruguayos. Lo que se percibe en este caso es que hay un mandato político que la excede y que no está apostando por la cultura.
Las prioridades parecen ser otras: pintar los semáforos a tono con un "Montevideo verde" que muy posiblemente prefigura la opción cromática de futuros emprendimientos electorales, fotografiar a la intendenta posando delante de un bien de todos donde se han pintado consignas político-partidarias, y hasta valerse de su alta exposición pública
Nada pasa porque sí. Cancelar a Onetti dice mucho de quien lo hace. Restringen oportunidades de reconocimiento a nuestros escritores. Postergan el reencuentro de nuestros teatristas con el público.
para hacerla argumentar a favor del agónico referéndum contra la LUC.
Ojalá el Frente Amplio comprenda que su posicionamiento para el 2024 no se fortalece manteniéndose en campaña permanente, sino gobernando donde tiene que gobernar y siendo una oposición inteligente donde debe ejercer ese rol.
Gobernar sin demagogia y sin desatender aquellas áreas que, como la cultura, no son taquilleras en votos, pero aportan significativamente al mejoramiento de la convivencia y la construcción de ciudadanía.
Mientras en Cuba, el heredero de los Castro recomienda gentilmente a jóvenes artistas que no pierdan el tiempo reclamando libertad de expresión, aquí, otros jóvenes artistas rompen paradigmas arcaicos y comprueban de qué lado está el fomento de la cultura.
Nada pasa porque sí. Cancelar veladamente a Onetti dice mucho de quien lo hace. Restringen oportunidades de reconocimiento a nuestros escritores. Postergan el reencuentro de nuestros teatristas con el público. Pero no pierden oportunidad de tergiversar las acciones del gobierno, asignándoles siempre las peores intenciones.
Hechos y no más palabras, por favor.
LEONARDO GUZMÁN