El Pais (Uruguay)

Primero y sexto, prioridad en liceos

Hay consenso para retorno y será a partir del 12 de julio: no habrá distinción por departamen­tos

- TOMER URWICZ El 58,2% de los adolescent­es está vacunado o con fecha para hacerlo.

Salvo que ocurra un hecho extraordin­ario, a partir del lunes 12 de julio volverán a las aulas los liceales y estudiante­s de UTU. Para ello, hay consenso entre las autoridade­s sanitarias y educativas. La prioridad la tendrán los alumnos de primer año de educación media y aquellos que cursan el último grado del bachillera­to. El retorno será gradual, por lo que el primer lunes podrían sumarse los segundos o cuartos años. El resto lo haría una semana después. Según datos a los que accedió El País, el 38,5% de los mayores de 12 años y menores de 18 ya cuenta con al menos una dosis.

Salvo que ocurra un hecho extraordin­ario, a partir del lunes 12 de julio volverán a las aulas los liceales y estudiante­s de UTU. Y como ya es costumbre en la normalidad impuesta por el COVID-19, el retorno será gradual: la prioridad la tendrán los alumnos de primer año de educación media y aquellos que cursan el último grado del bachillera­to.

El COVID-19 viene enseñando que no hay que cantar victoria antes de tiempo. En los pasillos de la sede central de la Administra­ción Nacional de Educación Pública (ANEP) mencionan por lo bajo ese concepto que el escritor Mario Benedetti leyó en un grafitti, en Quito, y luego inmortaliz­ó en su popular frase: “cuando teníamos las respuestas, nos cambiaron las preguntas”. Así que cualquier revés inesperado en la marcha epidemioló­gica puede implicar un cambio en la planificac­ión.

Hasta el cierre de esta edición, con los reportes del Sinae a la vista y con la evidencia de que 58,2% de los adolescent­es está vacunado o tiene fecha para hacerlo, había consenso entre las autoridade­s sanitarias y educativas para que, tras el receso de invierno, retorne la presencial­idad en liceos y UTU. También había acuerdo de que, por el momento, no era necesario diferencia­r ese regreso por departamen­tos y que previo al miércoles 7 de julio —fecha de la sesión ordinaria del Codicen— se establecer­ía cuán gradual será esa vuelta a las aulas.

Las autoridade­s educativas pretenden que, previo al término de julio, todos los estudiante­s estén habilitado­s a concurrir a clases presencial­es el máximo horario y la máxima cantidad de días que permita la división de grupos por el distanciam­iento físico (un metro en primer año, un metro y medio a partir de segundo).

El escenario más probable, dijo el consejero Óscar Pedrozo, es que tres grados vuelvan a las aulas el lunes 12 y los otros tres lo hagan el siguiente lunes.

Es un hecho que primer año (que son los que han padecido el impacto de la pandemia durante su último año escolar y que no han logrado una total adaptación a la educación media) sean los primeros en retornar. También los de sexto año (o tercer año de educación media superior, como se le dice en UTU), porque son aquellos que tienen que acreditar el nivel educativo que les permita egresar de la educación obligatori­a e ingresar a la universida­d.

Entre los consejeros del Codicen todavía no hay consenso sobre quiénes serían los que acompañarí­an a los primeros y sextos años en ese regreso del lunes 12 de julio. El presidente Robert Silva es partidario de priorizar a segundo de liceo y UTU. “Son aquellos que en 2020 han tenido serias dificultad­es en la cursada de su primer año de educación media”, dijo. Los directores de los subsistema­s, en particular de UTU, entienden que la prioridad debería estar centrada en primer año de media superior (cuarto de liceo).

Laura Bianchi, directora de Planeamien­to Educativo de UTU, explicó que “en el primer año de educación media superior empiezan las orientacio­nes profesiona­les, hay más prácticas de talleres y laboratori­os, y es por eso que más se requiere la presencial­idad”.

Desde Planeamien­to central de la ANEP también acompañan la idea de priorizar a cuarto año, pero con otro argumento: a comienzos de agosto son las pruebas piloto de PISA, evaluacion­es que se hacen a estudiante­s de 15 años (muchos de esos que cursan cuarto de liceo o UTU).

En el caso de que el Ministerio de Salud Pública (MSP) sugiera una mayor gradualida­d, las autoridade­s educativas manejan un escenario de dos grados por lunes (siempre empezando el 12 de julio con primero y sexto). Y “si el MSP nos permite que empecemos todos juntos el 12... también lo haremos”, bromeó Silva con un tono de resignació­n de quien sabe que es un escenario poco factible.

Pero hay un elemento que podría incidir en una vuelta al aula lo más masiva posible: la rápida vacunación de los adolescent­es contra el COVID-19. Según datos a los que accedió El País, el 38,5% de los mayores de 12 años y menores de 18 ya cuenta con al menos una dosis. Hay otro 19,7% que ya tiene fecha para vacunarse por primera vez (eso no cuenta a quienes están en lista de espera).

Entre los adolescent­es más grandes —de 16 y 17 años, que además fueron los priorizado­s— más de la mitad (55,6% ya tiene al menos una dosis). Entre esos jóvenes se encuentran algunos de los primeros vacunados tras el inicio el 9 de junio. Y todo indica que muchos de ellos comenzarán las clases con las dos dosis ya dadas.

Entre los más jóvenes (de 12 y 13 años) solo se ha vacunado el 14,5%. Pero a esas edades es mayor el porcentaje que está en lista de espera o que ya tiene fecha para que le sea administra­da la primera dosis.

Los adolescent­es, cualquiera sea su edad, se vacunan con las dosis del laboratori­o Pfizer. Estas vacunas de ARN mensajero demostraro­n tener una alta eficacia tras la primera semana de su primera dosis. El colectivo de Familias Organizada­s del Liceo Público y UTU, sin embargo, no quiere que el argumento vacuna sea determinan­te en el retorno a clases, porque, explicó la vocera Lorena Seijo, “eso sería atribuirle­s a los adolescent­es una exigencia que no se le pide a ninguno de los adultos”.

En la práctica, el avance de la vacunación en los adolescent­es no tiene grandes brechas entre los departamen­tos. La mayoría tiene entre la cuarta parte y casi la mitad de los adolescent­es con al menos una dosis. El único que escapa a la “norma” es Flores, el departamen­to menos densamente poblado, y que lleva administra­da una dosis al menos al 73,2% de los mayores de 12 y menores de 18 años.

La vacunación, a priori, no haría cambiar el protocolo sanitario. Pero en el primer encuentro que el colectivo de Familias realizó hace dos meses, los científico­s participan­tes explicaron que el protocolo no puede ser idéntico al que regía hace meses: la coyuntura cambió.

Así avanza la vacunación de adolescent­es en cada departamen­to

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