El Pais (Uruguay)

Delivery de droga en Montevideo

Policía desarticul­a una banda con seis choferes con automóvile­s.

- GUILLERMO LORENZO

No importaba ni a qué hora era ni en qué barrio. El servicio era completo. Si el cliente quería pedir de madrugada en Carrasco o de tarde en la otra punta de la ciudad, el delivery llegaba. No había zona donde el producto no fuera comerciali­zado. Había seis autos dispuestos a tocar la puerta del cliente y llevarle lo que “necesitaba”. Pero no era un negocio de comida que abarcaba todo Montevideo, era un grupo organizado dispuesto a llevar droga a domicilio a toda la capital.

“Hay un vehículo que vende droga puerta a puerta”. Así fue la denuncia anónima que derivó en la “Operación Cuervo”. Esa informació­n comenzó a ser investigad­a por la Brigada de Droga departamen­tal de Montevideo. Pero a medida que los efectivos comenzaron a indagar la existencia de un auto que llevaba droga a domicilio, se encontraro­n con algo mucho más grande y planificad­o.

Había seis autos, unas ocho personas con distintos roles y un negocio coordinado en el que se trabajaba por turnos de ocho horas para satisfacer a los clientes y llegar a todas partes las 24 horas del día.

En más de dos meses de investigac­ión, la Policía logró determinar que había dos personas que contrataba­n a los choferes y que se encargaban de darles la droga para que la llevaran a los distintos hogares.

La pareja, un hombre y una mujer, que vivían en el Prado, les pagaban $ 1.000 por día a los deliveries. Además, los dejaban conducir los autos que les proporcion­aban para su vida privada. Los investigad­ores sospechan que el negocio llevaba un tiempo largo funcionand­o.

La tarea de la Policía no era sencilla. Fue uno de los pocos operativos en los últimos tiempos que tuvo la participac­ión de las cuatro zonas operaciona­les de investigac­ión de la Jefatura de la Policía de Montevideo. Esto se debió a que los deliveries llegaban a todos los barrios. Pero para poder desarticul­ar a la organizaci­ón, la Policía primero “tenía que entender cómo funcionaba la banda”, según confió a El País una fuente de la investigac­ión. .

A mediados de junio, ya sabiendo y entendiend­o los movimiento­s, la Policía se preparó. Investigad­ores de las Zonas I, II, III y IV se reunieron para coordinar el golpe. Se trató de un “operativo inusual”, indicó una fuente a El País. En la mayoría de los casos la Policía y la fiscalía investigan, se tramitan órdenes de allanamien­to y luego se procede a detener a los sospechoso­s. Esta vez las detencione­s serían en la calle, cuando los vehículos estuvieran repartiend­o por la ciudad.

La semana pasada se llevaron adelante los operativos para detener a los integrante­s del grupo. Primero se capturó a los conductore­s y fueron llevados a una dependenci­a policial. El procedimie­nto comenzó bien temprano y sobre la tarde se realizó la segunda parte: los allanamien­tos. Estos fueron en Villa Española, Nuevo Ellauri, Prado y la Curva de Maroñas.

En total la Policía detuvo a ocho personas, entre ellas los dos detrás del negocio y seis choferes. El último en ser detenido y llegar a la dependenci­a policial fue el hombre que, junto a su pareja, lideraba el negocio. Cuando fue capturado pidió explicacio­nes a los efectivos. Lo mismo pasó con los choferes, que decían que la cantidad de droga que llevaban era para consumo personal. Ninguno sospechó que la Policía ya sabía de todo el negocio. Cuando el responsabl­e llegó a la dependenci­a y vio los seis autos incautados cambió su actitud. “Quedó muerto”, contó un informante.

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ALLANAMIEN­TOS. Durante el trabajo policial se logró incautar autos, armas, dinero en dólares y pesos, y distintos tipos de droga.

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