Historia de familia con un final incierto
Buscan en derrumbe a Gino Cattarossi y Graciela Ponce de León, ex diplomática uruguaya
Las esperanzas de encontrar con vida a los Cattarossi, la familia argentina y uruguaya que vivía en el Champlain Towers South, en la zona de Surfside, se redujeron cuando se confirmó que Stella, de siete años, estaba entre las víctimas fatales identificadas por la Policía de Miami-dade. Fue en medio del dolor de los allegados y del padre de la niña, que presenció la remoción de su cuerpo de los escombros. La Policía de Miami-dade confirmó anoche que también fue hallado el cuerpo de Graciela, la mamá, en tanto sigue la búsqueda de sus padres, quienes residían todos juntos en la torre. También buscan a la hermana de Graciela, Andrea, quien había viajado para visitarla.
La cadena WPLG indicó que Graciela y Stella vivían en uno de los cuartos del apartamento 501. En otra de las habitaciones residían los padres de Graciela y abuelos de Stella, Gino Cattarossi y Graciela Ponce de León, esta de nacionalidad uruguaya y ex diplomática, de 82 años.
La madre de la niña era fotógrafa y entusiasta de los paisajes costeros que ofrece Surfside.
Graciela, de 48 años, estaba separada del padre de su hija y trabajaba para asegurarle a Stella el mejor futuro. “Su devoción por la niña era incomparable”, afirmó su amiga Kathryn Rooney Vera al Miami Herald. Se conocieron en 2008, cuando fueron vecinas en el complejo Grand Venetian de Miami Beach, y sus hijos iban juntos al colegio Von Wedell Montessori. Describió a la argentina como una persona afectuosa. “Cuando estaba embarazada del que creímos que sería mi último hijo, me sacó varias fotos y me las regaló para conmemorar el proceso. ¡Estaba súper emocionada por mí! Era muy generosa, que trabajó duro por todo lo que tenía”, expresó. “Compartía nuestros valores y destacaba la importancia de la lucha por la libertad. Amaba la esencia de Estados Unidos”.
RELACIÓN. Gino Cattarossi y Graciela Ponce de León, los padres de la argentina Graciela y abuelos de la niña que fue encontrada sin vida, formaron un matrimonio muy unido a lo largo de seis décadas. La personalidad de Gino, oriundo de Argentina, se definía por una gran simpatía, afabilidad y permanente disposición al diálogo ameno y fecundo. Tuvo una destacada trayectoria como ingeniero en Argentina y Estados Unidos, desempeñándose en su especialidad en una de las empresas de ingeniería principales del mundo.
Graciela fue contratada como secretaria en la Misión de Uruguay ante Naciones Unidas, a comienzos de la década de los ‘60 cuando Enrique Rodríguez Fabregat era el representante permanente. Gino y Graciela forjaron una relación de entrañable amistad tanto con el embajador como con su señora y sus hijos y concurrían con frecuencia a encuentros en la residencia del diplomático en Manhattan. Inicialmente, los Cattarossi vivían en Long Island.
Después, Graciela, de carácter alegre, de actitud agradable, inquieta por los grandes temas del mundo, se incorporó de manera permanente al Ministerio de Relaciones Exteriores. Durante un tiempo vivía con Gino entre Montevideo y Buenos Aires y tuvieron dos hijas.
La uruguaya realizó una segunda etapa de su labor diplomática en la misión ante Naciones Unidas como primera secretaria cuando el embajador era Pedro P. Berro. En ese tiempo residía con su marido en Manhattan.
Tras el retiro de sus respectivas actividades profesionales, Gino y Graciela pasaron a residir en Miami y adquirieron el apartamento en la Champlain Towers. Desde hace diez días, cuando se produjo el derrumbe, están en la nómina de los habitantes del edificio desaparecidos y buscados.
Poco después del derrumbe, miembros de la familia iniciaron una campaña en el sitio Gofundme para recaudar dinero. En la publicación, Nicole Mejias, hija de Marcelo Cattarossi, explica: “El jueves por la noche, Graciela y Gino Cattarossi dormían en su apacible condominio con vista al mar: padres y abuelos felices. En la otra habitación estaban Graciela y Stella Cattarossi, que han vivido allí con Gino & Graciela desde que nació Stella. De visita estaba la hermana de Graciela, Andrea, de Argentina. Todos ellos siguen desaparecidos debido al trágico derrumbe del edificio”. (Con información de La Nación y producción de El País, GDA)