El Pais (Uruguay)

Medicina, sindicalis­mo y...

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Cada vez que aparece el tema sindicalis­mo, las miradas apuntan a países distantes. ¿Por qué? Son las fuentes de inspiració­n si en realidad los anhelos fuesen hacer el bien.

Miremos las pretension­es que han mantenido y con las que siempre navegan aquí.

Lo hacen en un viejo barco cargado de ideas mustias, rumbo al mismo puerto del que partió, vacío de resultados y de nociones de la realidad. Teniendo en la mira su objetivo principal, continuida­d en el poder y para peor, late la idea de ser un trampolín hacia la política departamen­tal o nacional. Vaya negocio para el común de los médicos.

El capítulo de una mejor medicina, quien debería ser el cargamento más preciado, escrutando puertos que le llenen de sabiduría, no es lo que codician. Se recala en lugares en ruinas, donde las directivas les resulten acordes. Pero no está en las escalas ningún puerto que represente sacrificio, estudio, compenetra­ción al trabajo. Así como la revelación de: ¿cómo obtuvieron esos resultados allá?

Nadie duda que, en esos lugares, a veces cercanos, pero lejos de las ideologías, han luchado para ser mejores y aprender lo que se hace bien y dónde han fracasado, para no caer en ello. Esos ejemplos resuenan en los oídos del pueblo porque se han transforma­do en un salvavidas cuando aquí se complican los problemas y no hay más remedio que irse… si se puede.

Vaya remedio recordar la medicina de antaño, sus logros dentro y fuera de fronteras. Ello no hace mella en los médicos derivados en sindicalis­tas.

¿De qué hablan? Nada que ver con la realidad del sistema. Ganar más dinero, sí. Trabajar menos, sí. Más cargos, sí. O, temáticas que no les atañen. Pero, ¿dónde está la excelencia, el rendimient­o y la calidad de la atención? Expira en una perorata de quién es el paciente, el cual, generalmen­te no es más que un número, o, la cama del fondo. Ha, sí, … la causa de por qué anduvo mal el caso, es de la institució­n…

Si hubiera honestidad, se debería aceptar la decadencia en la medicina, la cual se ha intentado suplantar con un malón de personas. Lo cual no va a lograr una mejoría.

Ese es el punto por el cual hay que luchar. Para ello: estudio, mejor enseñanza, adecuada al presente, dedicación. Investigac­ión, que hoy ha demostrado su valor innegable, tan postergada y manoseada.

Por lo tanto, en lugar de estos sindicalis­tas, lo que se necesitan son nuevos médicos, rescatando aquellos que han subido al barco del progreso y dejar de anclar en tristes destinos, o, se han quedado en casa.

Sí es cierto que hay quienes deben asumir lo que correspond­e a los sindicatos, pero con gente que luche y esté formada en medicina, con una bandera en el pecho uruguaya, no otra.

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