El Pais (Uruguay)

“ECONOMÍA NOS PIDIÓ TIEMPO”

Manini: los proyectos de CA “a veces no les gustan a blancos y colorados”.

- JOAQUÍN SILVA / CARLOS TAPIA

—¿Le pareció satisfacto­rio el proyecto de Rendición de Cuentas?

—Bueno, ya estaba anunciado, y el equipo económico nos había dicho en reiteradas oportunida­des que iba a tender al gasto cero. Desde Cabildo Abierto insistimos, como hacemos siempre, con que era necesario un refuerzo en el rubro vivienda. La solución que se encontró fue la de hacer un fideicomis­o. Creo que va a servir para darle un impulso importante al tema de los asentamien­tos.

—Y más allá de eso, ¿es suficiente el dinero que se puso a disposició­n? —Nunca es suficiente. Todos los días recibo delegacion­es de sindicatos, de la universida­d y de distintos actores que vienen a plantear necesidade­s evidentes, claras y compartibl­es. Lamentable­mente la situación actual de las finanzas del Estado no permiten atenderlas. Recién estamos en el proceso de análisis de la Rendición, pero vamos a hacer algunos planteos sin gasto, algún tipo de enroque.

—¿Alguno que tenga en mente?

—No quiero adelantar. Lo que sí, nosotros hemos hecho propuestas de fondo que no pretendemo­s que se traten en la Rendición porque merecen una discusión aparte. Hablamos con las autoridade­s económicas y se nos pidió tiempo. Me refiero, por ejemplo, a la necesaria redistribu­ción de las exoneracio­nes o un replanteo del IRPF. Tenemos pretensión de que se atienda a determinad­os sectores.

—¿Con la Rendición en sí, entonces, hay conformida­d?

—No, no tanto. Vamos a actuar con seriedad y responsabi­lidad, y creemos que vamos a apoyarla.

—¿Cómo vio la salida del ministro Carlos Uriarte y qué opinión le merece su sucesor, Fernando Mattos, que también estaría en contra de la ley forestal propuesta por CA?

—Eso fue un tema interno del Partido Colorado. Ya desde la salida de (Ernesto) Talvi, que era su soporte político, Uriarte quedó un poco colgado del pincel. Con respecto al nuevo ministro, estuve conversand­o con él. Su visión en cuanto a la ley forestal no tiene grandes diferencia­s a la de Uriarte: no la comparte.

—¿Cómo cree que se solucionar­á este diferendo entre CA, que en este tema tiene el apoyo del FA, y el resto de los miembros de la coalición?

—Si se llegara a aprobar el proyecto como está con media sanción, con un límite del 10%, que es uno de los puntos que tiene la iniciativa, está calculado que hay para plantar 600 mil hectáreas, que al ritmo que venimos da para 25 años sin problemas. Y después, segurament­e, se van a encontrar con un límite en cuanto al procesamie­nto de esa madera, o sea que no va a ser por falta de tierras.

—El expresiden­te Julio María Sanguinett­i dijo a El Observador que el proyecto proponía pasar de una legislació­n de “estímulo” a una “legislació­n de sospecha”, y catalogó esto como un “enorme error para el país”.

—Yo creo que Sanguinett­i o no leyó bien el proyecto o está hablando por boca de gente interesada en el tema. No estamos limitando nada. Lo que estamos diciendo, claramente, y creo que cualquier persona que no tenga intereses creados tiene que coincidir, es que hay tierras del país que tienen mucho mejor destino que el de ser plantacion­es de eucaliptos. Que tienen mucho más potencial, que pueden ser utilizadas en sacar cosechas de distintos productos agrícolas, o en ser tambos, o en otros rubros de la actividad productiva que son mucho más rentables para el país, mucho más generadore­s de puestos de trabajo. Hoy, estoy harto de verlo o de que me lo cuenten, pasa que Fulanito queda rodeado de bosques de eucaliptos y no tiene más remedio que vender porque no hay forma de seguir con la actividad. Lo más grave acá es que esas tierras que se plantan son las mejores del país. Esto está pasando en Colonia, Soriano, Río Negro, San José, Flores, porque son las tierras que están más cerca de las plantas, y la variable transporte es muy importante en ese negocio. A los dueños les es mejor negocio arrendar que tener su tambo. ¿Por qué pasa esto? Porque es una actividad que está altamente subsidiada en distintos eslabones de la cadena, por ejemplo en las plantas de celulosa, que tienen exoneracio­nes, tienen ventajas y beneficios que no tienen las plantas industrial­es de otros rubros. Lo que tiene UPM, por ejemplo, no lo tiene Conaprole.

—Le planteó todo esto a Mattos? —No, él vino protocolar­mente a saludar; estuvimos conversand­o de varios temas y por supuesto yo le toqué este asunto, pero sé su punto de vista. Con él no estamos negociando. Yo estoy hablando a nivel parlamenta­rio con los senadores Gustavo Penadés y Sebastián Da Silva.

—El gobierno tiene hoy la posición de no abordar el tema. Fue lo último que dijo Uriarte en su comparecen­cia en comisión días atrás.

—Uriarte pidió más tiempo. Estaba convocado para el jueves 8, creo que probableme­nte ahora venga Mattos. Lo que nosotros decimos es que no es cierto que haya una libre competenci­a. Eso es falso. Hoy lo que hay es un sector más favorecido.

—¿Cómo afecta a la discusión que Lacalle Pou haya dicho que si la ley se aprueba piensa vetarla?

—Si el proyecto tiene algunos cambios no se va a llegar al veto.

—¿El FA, que votó con CA en Diputados, acompañarí­a esos cambios? —Bueno, no sé, habría que ver cuáles serían. Creo que el cambio podría ir por el lado del límite que pusimos del 10% del territorio. Se podría, tal vez, rediscutir el porcentaje. Lo que nosotros queremos es que Colonia, Soriano, Río Negro, etcétera, no se transforme­n en departamen­tos bosques. —CA no encontró eco en los socios de la coalición para reinstalar la ley de caducidad, pero al mismo tiempo mantiene firmes conviccion­es sobre la necesidad de cambiar la conducta de los jueces en materia de derechos humanos. ¿Tiene alguna alternativ­a? —Mire, más allá de la alternativ­a que yo pueda tener, que la estamos manejando por ahora en reserva, ese proyecto no lo tenemos en primera prioridad porque sabemos que no contamos con el apoyo de blancos y colorados. A pesar de que ellos fueron especialme­nte

Reparar a las víctimas de las organizaci­ones sediciosas es algo que creemos justo”.

críticos de la ley interpreta­tiva cuando se votó en 2011, hoy, en 2021, no están dispuestos a derogarla. No vamos a poner arriba de la mesa algo que, sabemos, no tiene apoyo. Esta semana Búsqueda entrevistó al doctor Eduardo Aranco y él habló del error que se está cometiendo desde el punto de vista del derecho y la necesidad de rectificar­lo, sobre el tema de la prescripci­ón de los delitos y de la irretroact­ividad de la ley, y cómo se están violando principios del derecho. Se ha dispuesto que el período que estuvo vigente la ley de caducidad no corra como tiempo de prescripci­ón, y eso debería reconsider­arse. Ahí habría una solución.

—O sea, la idea es hacer una ley interpreta­tiva…

—Todavía no lo hemos hablado ni siquiera dentro de mi partido y no me quiero adelantar.

—A veces parece que la coalición tuviera dos alas: la de blancos, colorados e independie­ntes, y la de los cabildante­s.

—Hemos hecho muchas propuestas que han tenido apoyo, sobre todo cuando agregamos o sacamos artículos a las leyes principale­s, la LUC o el Presupuest­o, y ahora lo haremos con la Rendición. Ha habido instancias en las que trabajamos todos juntos sin ningún tipo de problema, pero es verdad que hay proyectos nuestros que a veces no les gustan. Ahora, por ejemplo, hemos planteado un proyecto de reparación a las víctimas de las organizaci­ones violentas de los años 60 y 70. Son unas pocas decenas de familiares de asesinados. Se da un caso totalmente increíble: el hijo del soldado Gaudencio Núñez, uno de cuatro asesinados en mayo del 72, está viviendo con grandes estrechece­s económicas en Artigas mientras los asesinos de su padre hace años que están cobrando pensión del Estado. Son paradojas que se están dando. Este proyecto va a tener el apoyo de blancos y colorados, por lo menos por lo que hemos hablado hasta ahora. Es un tema de justicia, nadie puede decir que está en contra. —Rever la ley de caducidad, sumado a declaracio­nes como las de la exjerarca de la Intendenci­a de Rocha, Susana Núñez (que elogió la figura de José Nino Gavazzo), ¿no piensa que lo posicionan a CA como un partido militar, o de derecha o prodictadu­ra?

—No defendemos la dictadura. La condenamos. En este tema, en el de la reparación de las víctimas de las organizaci­ones sediciosas, lo que nosotros proponemos es de estricta justicia. Que nos pongan en el casillero que quieran. Estamos convencido­s de que eso se tiene que acordar. Cuando Tabaré Vázquez presentó el proyecto de reparación, que finalmente se aprueba para solamente una parte, en el original estaba incluido todo. Es justicia, que nos pongan la etiqueta que quieran. Nosotros no defendemos dictaduras. A veces alguien da su posición personal sobre un tema y lo ponen como que eso es lo que piensa CA, y eso no es así. —Núñez es cabildante, tenía un cargo de confianza, ¿pero su posición no puede ser considerad­a la de CA? —Ella renunció a su cargo a pedido del partido. Ahora, pregunto, cuando un edil del FA dice que Hitler se quedó corto en matar judíos, ¿es la posición de todos los frenteampl­istas? —Meses atrás, en entrevista con El País, Francisco Vernazza destacaba la votación de CA en la pasada elección, pero también decía que era un partido unipersona­l, y que el éxito dependía de usted. ¿Comparte ese análisis? —Yo qué sé. ¿El sector batllista sin Sanguinett­i o un herrerismo sin Lacalle, también cuesta pensarlos? Siempre cuesta. Pero siempre también aparecen otras figuras que agarran la bandera de quien la dejó o del que se murió.

—Rápidament­e, por la situación sanitaria, la figura de Daniel Salinas también tomó mucha relevancia… —Indudablem­ente que deben haber hecho las cosas bien para tener el apoyo de la gente.

—Salinas en algún momento planteó reducir la movilidad más de lo que decidió hacerlo Lacalle Pou. El FA también hizo este planteo y llegó a hablar de “muertes evitables”...

—Es una barbaridad decir que hay muertes evitables, como diciendo “son responsabl­es de las muertes”. Es una mezquindad, una bajeza. Lo que sí hay son contagios evitables. —¿Evitables cómo?

—Si se evitan aglomeraci­ones, si no se va a marchas políticas, si no se hacen determinad­as actividade­s, se pueden reducir los contagios. También es cierto que se pueden evitar reduciendo la movilidad. El ministro hizo propuestas desde el punto de vista estrictame­nte sanitario, pero el Ejecutivo resolvió, mirando todo el tablero, tomar otras decisiones.

—La ministra de Vivienda, su señora, le preguntó a la presidenta de la Ursea, Silvana Romero, si había podido “colocar” a alguien allí. La respuesta fue que había entrado la mujer del diputado Martín Sodano. Antes, el exrepresen­tante cabildante en ASSE, Enrique Montagno, se jactó de tener “montada una estructura gigantesca” y de haber colocado 135 personas. ¿Cómo ve estas dos situacione­s? Porque el problema es el mismo: personas “colocadas”.

—Lo que veo es que hay una tremenda hipocresía. Fue un mensaje por Whatsapp entre la ministra y la presidenta de la Ursea, en el que responde a una pregunta que ella le hizo: “Tengo que nombrar a una secretaria, ¿tenés a alguna conocida de confianza?”. Y ella le contestó: “¿Pudiste colocar a alguna? Mirá que hay un currículum”. Una conversaci­ón diría que normal. Lo grave fue haberlo hecho por Whatsapp y no hablarlo.

—Pasa que “colocar” es una palabra... —Bueno, la palabra tal vez no fue feliz, pero nada más. Pero sáquenle “colocar” y pongan “designar”. No cambia nada. Es como cuando uno dice: “¿Colocaste a tu hijo en tal lado?”. ¿Qué está diciendo? —Colocar parece ser más sinónimo de “acomodar”.

—Pero no es necesariam­ente acomodar. “¿Lo pudiste hacer entrar en Conaprole?”. Se hizo un circo.

—¿A qué se dedicaba la mujer de Sodano antes?

—No sé, no la conozco. Un secretario es alguien en que uno confía. —Volviendo al caso de ASSE...

—Lo de ASSE, dicho por el propio presidente de ASSE, no fueron 135, fueron 47 en 500 y pico de designacio­nes en cargos de confianza. Fue una conversaci­ón grabada. Y de repente él quería impresiona­r a la otra parte y le dijo números exagerados. —¿Montagno debería haberse quedado en el cargo?

—No, porque la situación de trabajo iba a ser incómoda.

—El senador Guillermo Domenech dijo que se había arrepentid­o que esa persona saliera del cargo.

—Es que allí actuó sobre todo la propia voluntad de Montagno, que dijo que si seguía iba a generar que no se lograran los objetivos y era importante que el directorio de ASSE trabajara en armonía.

—¿Puede volver al gobierno, entonces?

—Montagno es un excelente administra­dor. Hoy está trabajando en la organizaci­ón del partido.

—¿Sigue en la posición de no querer ser ministro de este gobierno?

—No puedo ser ministro.

—¿Por qué?

—Porque tengo un partido del cual, como decía Vernazza, soy el referente y soy fundamenta­l.

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