LOS PRIMEROS AÑOS, DECISIVOS EN LA ALIMENTACIÓN
Los hábitos alimenticios desarrollados en los primeros años son determinantes para la salud durante toda la vida. “Está demostrado científicamente que el estado nutricional de un niño depende del estado nutricional que tiene la madre desde el momento de la concepción”, explica Raquel Sánchez, nutricionista e integrante de la comisión directiva de la Asociación Uruguaya de Dietistas y Nutricionistas.
Es decir, si una embarazada está con bajo peso, sobrepeso o un peso adecuado, gestará en el feto los mecanismos metabólicos de absorción de nutrientes que replicará luego en su vida fuera del útero. “Si la madre estaba muy delgada, eso hace que el feto ponga en juego mecanismos metabólicos que los ayuden a sobrevivir en esa situación, baja la cortina y con lo poco que tiene crece”, dice Sánchez.
Además, la nutricionista explica que los niños que nacen con bajo peso tienen más probabilidades de desarrollar sobrepeso y obesidad en el futuro. Esto se debe a que se gestó con un bajo nivel de calorías, entonces cuando consume en exceso, rápidamente aumenta de peso. Lo mismo pasa con los niños que nacen con mucho peso, ese estado ya los predispone a tener enfermedades no transmisibles.
El segundo momento importante en la vida es a los seis meses, cuando el bebé deja de nutrirse únicamente con lactancia materna y comienza a incorporar comida. “La inclusión de la comida tiene que ser muy cuidada, porque a los seis meses el bebé no tiene un aparato digestivo que le permita digerir cualquier alimento”, explica Sánchez. Y ahí es cuando aparece la importancia del etiquetado frontal de alimentos. “Le doy agua, veo que no la toma... y bueno, empiezo con jugo natural, y de repente a los siete u ocho meses ya le compro un jugo en caja, que tiene un nivel de dulzor muy alto”, indica la especialista. Muchas veces estos jugos tienen la misma cantidad de azúcar que un refresco efervescente.
La nutricionista explica que el niño se va acostumbrando a productos industrializados, que en realidad maquillan los alimentos. Cambia su “palatabilidad”, indica Sánchez: “Después de esto es muy difícil compensar con comida casera, no la quieren comer”.