UN SALTO EN LAS MUERTES DE MADRES
Las muertes maternas se cuentan, cada año, con los dedos de las manos. Literal. De ahí que cualquier variación de uno o dos casos, en un año cualquiera, termina moviendo la aguja. Pero las 11 muertes de madres registradas el año pasado llamaron la atención: fueron más del doble que en 2019. No solo eso: la razón de mortalidad materna en relación a los nacidos vivos fue la más alta en una década: 30,7 defunciones cada 100.000 nacidos vivos. Las causas no están del todo claras. Pero el profesor de Neonatología Daniel Borbonet, que es un apasionado del estudio de estadísticas vitales, observó que la pandemia del COVID-19 condicionó los controles médicos. “A veces por miedo, a veces por problemas de la presencialidad en la asistencia, hubo consultas que no llegaron a tiempo y eso pudo haber condicionado algunos cuadros”, dice. En este sentido, todo hace pensar que en 2021 habrá un nuevo récord: ya van diez muertes maternas solo con o por COVID-19. Los ginecólogos, en especial en el sector público, están trabajando en mejorar la atención de emergencias obstétricas: la mayoría de muertes maternas en 2020 había sido por hemorragias en complicaciones del embarazo.