El Pais (Uruguay)

Dos amigos hablan de sus carreras y cómo es tener un éxito juntos

- GLENN WHIPP, LOS ANGELES TIMES

Hugh Grant mira a Nicole Kidman, y algo en ella parece diferente, pero él no puede precisar de qué se trata. “¿Sigues interpreta­ndo a Lucille Ball?”, le pregunta. Ella está en Nashville, Tennessee; él en Londres. Compartimo­s una pantalla y un rato juntos, y Grant mira a la cámara. “Desde la última vez que hablé contigo, hace unas semanas, te pareces un poco a ella. Incluso tu atuendo es un poco como de Lucille”. Esto es absolutame­nte falso y Kidman, que acaba de terminar el rodaje de la película de Aaron Sorkin,

Being the Ricardos, sobre la relación entre Ball y su marido Desi Arnaz, se sonroja. “Es muy raro que digas eso, Hugh. ¿Por qué lo dices?”.

Siete meses después del final de su serie limitada de HBO, The Undoing (que está para ver en HBO Max y en NSNOW de Nuevo Siglo), que protagoniz­aron como Jonathan y Grace Fraser, Grant y Kidman se han vuelto a reunir para responder a las preguntas que nos han inquietado. También hablaron de Stanley Kubrick y por qué el ser humano es propenso a la negación.

—Nicole, leí que estabas interesada en protagoniz­ar Un lugar llamado

Notting Hill con Hugh. ¿Qué tan cerca estuviste?

Nicole Kidman: En mi cabeza, estuve cerca. (risas). Pero nunca estuve compitiend­o por ese papel.

— ¿Cómo habría sido Notting Hill con Nicole en lugar de Julia Roberts?

Hugh Grant: ¿Cuál es la respuesta políticame­nte correcta? Habría sido un poco menos la estrella inaccesibl­e que era Julia. Pero no estoy seguro de que eso sea cierto. Nicole puede ser bastante distante. Richard (Curtis) escribió un papel muy complejo. Es bastante desagradab­le. Pero Nicole siempre ha sido una actriz brillante.

—Notting Hill se estrenó el mismo

año que Ojos bien cerrados. Teniendo en cuenta todo el tiempo de inactivida­d que tuviste durante ese rodaje en Inglaterra, podrías haber filmado otra película entonces.

Kidman: Bueno, curiosamen­te en ese tiempo de inactivida­d conocí a una gran cantidad de personas que fueron fundamenta­les para cambiar mi vida y mi carrera. Tom (Cruise) estaba trabajando, pero yo pude ir al teatro y ver todo lo que había en el National y el Donmar, y me iba a París los fines de semana. Tener acceso a Europa durante dos años que fue el tiempo que rodamos.

Grant: ¿Cuál fue el número máximo de tomas que Stanley Kubrick les hizo hacer?

Kidman: Tal vez más de 120.

Grant: ¡No te creo!

Kidman: (hace la mímica de fumar un porro) “Corte. Otra vez”. Esa escena en particular requirió quizá 128 tomas.

Grant: Debes haber estado muy drogada al final.

Kidman: No fumaba hierba. Grant: Claro que sí.

Kidman: (Risas) ¡Yo no cuento mis secretos, mi amor!

—¿Siguieron las reacciones en internet de The Undoing?

Grant: Algunos dirían que hacer eso no es lo mejor, pero yo sí lo hice. Solo leía las cosas negativas. Lo mismo con las críticas. Ignoro los tomates rojos y voy adonde arrojan los verdes.

—¿Hay algo que destacara mientras buscabas entre las cosas malas?

Grant: Te diré lo que me entristeci­ó. Me sentí especialme­nte orgulloso del hecho de que en dos escenas de verdad proyecté emociones. Lloré de verdad. Y si me hubieras pedido hace diez años que llorara en una escena,

habría dicho: “Olvídalo. No soy ese tipo de actor. Puedo hacer que una frase sea medio graciosa. Pero no puedo llorar”. Y ahora me doy cuenta de que puedo. Y cuando se emitió esa escena de llanto, mucha gente dijo: “Eso fue muy falso”. ¡Pero fue real!

—Las emociones que ambos aportan a la escena del helicópter­o son desgarrado­ras. Lo único que Jonathan no podía soportar perder era la devoción de su hijo. ¿Pudiste identifica­rte con eso?

Grant: (Se ríe). Sí. Por supuesto. Todos somos monstruos. Como dice Julie Walters en Paddington 2, los actores son de las personas más malvadas del mundo. Y lo somos. Somos espantosos. Hablamos de nuestro oficio, de nuestro regalo al mundo, pero en realidad solo pensamos en nosotros. Hablo por mí.

Kidman: Me gusta el jugueteo leve, pero al final vuelvo al análisis de quiénes somos y por qué estamos aquí. Es algo increíble entrar a la mente de los personajes y a sus ideas y que toda tu vida cambie. Ese descubrimi­ento es la base de lo que hago. [Pausa] Pero, como sea, ¡continuemo­s! Pregúntale algo a Hugh.

—Bien. Ya que dieron seguimient­o al diálogo mientras se emitía la serie, ¿cuál fue la teoría más extraña sobre quién podría ser el asesino? Grant: Mi favorita era la de la gente que pensaba que era mi madre, que aparece en una llamada de Facetime. Y tengo que decir que tiene un aspecto bastante desagradab­le.

Kidman: Yo escuché el rumor de que era Lily [Rabe]. Lily y yo fuimos las principale­s culpables. Creo que Donald (Sutherland) fue el tercero.

Kidman: Recuerdo haber filmado en el tribunal con todos los extras y la gente que miraba y el primer asistente de dirección les preguntó: “¿Quién creen que lo hizo?”. ¡Y siempre pensaban que había sido yo! Yo decía: “Muchas gracias. Siempre tiene que ser la mujer”. En el cine y la televisión, la mujer a sido la culpable demasiadas veces, sobre todo si se compara con el número de mujeres atrapadas en el abuso doméstico. Me gusta hacer papeles de villana. Pero esto no lo justificab­a.

Grant: La cuestión es que el libro en el que se basa trata realmente de una mujer que inventa otra versión de su marido porque, a pesar de sus defectos, ella necesita que él no sea así. Así que se niega a ver esas cosas terribles. Eso es algo que todos hacemos.

Kidman: Elegimos creer cosas sin importar lo obvia que sea la verdad. Elegimos creer lo que queremos creer. Puede que todo apunte a la verdad y aun así elegimos no creer. Los humanos son expertos en la negación. Y eso me parece fascinante.

“Es increíble entrar a la mente de los personajes y que toda tu vida cambie”, dice Nicole Kidman.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay