El Pais (Uruguay)

Lacalle agitó el tablero del Mercosur y hay apoyo de Brasil para avanzar

Malestar argentino por anuncio del presidente uruguayo

- PABLO S. FERNÁNDEZ

Uruguay pateó el tablero en el Mercosur. En la cumbre que se celebró ayer el presidente Luis Lacalle Pou remarcó en varias oportunida­des que no tiene planes de abandonar el bloque, pero también dejó bien claro que no esperará más por Argentina, Paraguay y Brasil, y que está decidido a salir a negociar acuerdos comerciale­s con otros países. Es decir, aunque la flexibiliz­ación del Mercosur no se haya acordado, Uruguay se abrirá al mundo de forma individual.

La posición del mandatario ratificó lo adelantado un día antes por el canciller Francisco Bustillo. En la tarde del miércoles, durante el Consejo del Mercosur —órgano que se suele reunir un día antes de la cumbre de presidente­s—, el jerarca uruguayo les dijo a sus pares que, aunque no existían intencione­s de abandonar el Mercosur, nueve meses de negociacio­nes eran demasiado y que, si la flexibiliz­ación no era aprobada, Uruguay entendía que podía igual intentar pactar con otras naciones de forma individual.

“El mundo avanza hacia allá, está claro”, dijo Lacalle Pou marcando con su mano izquierda un camino hacia adelante. “Y el mundo no nos va a esperar”, continuó. “Por eso, amigos presidente­s, con tranquilid­ad y con un concepto mercosuria­no, les queremos decir como ya fue informado ayer, que hacia allá va el Uruguay y ojalá vayamos todos juntos, pero lo que está claro es que allá vamos”.

Aunque el anuncio fue firme, dado que Bustillo lo había avisado un día antes esta vez no hubo sorpresas en la cumbre de jefes de Estado del bloque. El pasado 26 de marzo, en el último encuentro hasta el del día de ayer, Lacalle Pou generó cierto desconcier­to entre los demás presidente­s —sobre todo en el de Argentina, Alberto Fernández, el mayor opositor a la flexibiliz­ación— al decir que Uruguay precisaba terminar con el “corset” del Mercosur, para que este deje de ser un “lastre” y poderse abrir al mundo. “Si somos un lastre, que tomen otro barco”, contestó Fernández ese día.

Pese a que ayer no hubo sorpresas, la molestia sí existió.

TRANSMISIÓ­N. Las cumbres de jefes de Estado del Mercosur habitualme­nte tienen dos etapas: una primera cerrada, en la que solo participan los mandatario­s y se suceden intercambi­os sobre los temas de agenda; y la segunda, ya pública y transmitid­a por canales oficiales, donde cada líder hace su discurso, que suele durar unos 10 minutos. El puntapié inicial lo da quien tiene la presidenci­a pro tempore del bloque —en el caso de ayer, Argentina—, luego se sigue por orden alfabético.

El anfitrión no tiene límite de tiempo en su exposición, en la que se espera cuente lo logrado y trabajado durante los seis meses al mando de la dirección del Mercosur. Luego de los discursos de los países miembros plenos, es el turno de los asociados y se cierra con el paso de mando de la presidenci­a pro tempore (la que dura seis meses), que desde ayer fue asumida por Jair Bolsonaro.

En cuanto ayer, Uruguay llegó a la cumbre con la decisión de Lacalle Pou de ratificar, justamente, lo dicho un día antes por Bustillo. Antes de comenzar la cumbre, Uruguay consultó a Argentina si abriría al público en general el acceso a la transmisió­n de video, donde el presidente se explayaría en cuanto al asunto, del que ya había hablado durante la reunión privada.

La respuesta, según supo El País, sorprendió y enojó a la delegación uruguaya: solo se emitiría el discurso del presidente argentino. Una situación inédita en la historia del Mercosur.

Ante esto, Brasil decidió instrument­ar un sistema por canales paralelos a la transmisió­n oficial de la Cumbre del Mercosur, para que se pudiera conocer el discurso de Bolsonaro. Tras esto, Uruguay decidió lo mismo y montó un operativo para transmitir las palabras de Lacalle Pou. Esto se hizo de apuro y hubo evidentes fallas técnicas: se lo pudo ver en vivo al presidente, pero no se escuchaba el audio.

El problema fue subsanado unos minutos después, cuando Presidenci­a dio a conocer un link de video en el que se podía ver, y escuchar, el discurso. La anécdota sirve para hacerse una idea de cómo cayó lo anunciado por Uruguay en la delegación Argentina.

¿Y AHORA QUÉ? El Mercosur se convirtió en una extraña partida de ajedrez con cuatro jugadores. Uruguay ya movió su primera ficha, y fue una de las jugadas más importante­s de las últimas décadas. A partir de ahora cada movimiento será analizado en profundida­d.

Argentina reaccionó y dijo que lo que quiere hacer Uruguay

viola el tratado de Asunción y pone en jaque al bloque. Paraguay se movió casi en paralelo a los argentinos y se recostó en la posición del gobierno de Fernández, pidiendo unidad y no jugadas individual­es.

La clave está en Brasil. En un principio, Uruguay y el gobierno de Bolsonaro negociaron una posición en perfecta sintonía para exigirle a Argentina la baja del arancel externo común, y la flexibiliz­ación del bloque. El primer pedido por interés expreso de Brasil, y el segundo por Uruguay.

Pero en las últimas semanas los norteños se disculparo­n y se bajaron del acuerdo por dificultad­es políticas internas brasileñas —se están ocupando de la elección del año que viene, en momentos en que Luiz Inácio Lula da Silva vuelve a posicionar­se como un importante retador del hoy mandatario.

De todos modos, Bolsonaro salió a enfrentar al argentino Fernández con su discurso y pidió efectivida­d y modernizac­ión del Mercosur. “El uso de la regla del consenso como instrument­o de veto y el apego a visiones arcaicas de tipo defensivo tendrán por único efecto consolidar el sentimient­o de escepticis­mo y de dudas sobre el verdadero potencial dinamizado­r del Mercosur”, afirmó Bolsonaro, justo después de que su par argentino, Fernández, defendiera el consenso de las negociacio­nes como “la columna vertebral” del Mercosur.

¿Qué opinan en Brasil de la movida uruguaya? No la cuestionar­á, y habrá un apoyo implícito, fue lo que comentaron a El País fuentes del gobierno de Bolsonaro.

Sin embargo, por ahora el gobierno de Brasil no emitirá una opinión oficial sobre la decisión uruguaya, pero al momento no ven reparos a la intención de Lacalle Pou de salir a buscar acuerdos comerciale­s de manera individual con países externos al bloque.

La delegación diplomátic­a de Brasil sacará de la listas de temas a tratar dentro del Mercosur la flexibiliz­ación del bloque, porque entiende que con la nueva “jugada uruguaya” ya no tiene sentido seguir analizándo­la, lo que se entiende en el gobierno uruguayo como un apoyo velado a lo planteado por Lacalle Pou.

Es que, para el gobierno de Bolsonaro, en caso de que Uruguay logre un acuerdo comercial con algún mercado del mundo, o instalar una mesa de negociació­n, eso sentará un precedente a la interna del Mercosur, avalando posibles movidas de otros países en la misma dirección; es decir habilitarí­a también a Brasil a negociar con países externos al bloque.

La sintonía entre el presidente Lacalle Pou y el canciller Bustillo es clara en la necesidad de salir a buscar nuevos mercados. “No importa cuáles, más mercados. Negociar con todos los que quieran recibir a Uruguay. Acá no hay ideologías”, comentó a El País una fuente del gobierno de la coalición multicolor.

La llegada de la pandemia por coronaviru­s trastocó todos los planes del gobierno desde marzo de 2020. Pero para la segunda mitad de 2021, Lacalle Pou ya tiene previstas varias salidas al exterior.

Fernández: “Nuestro país reafirma una vez más que nadie se salva solo”.

Bolsonaro: “El apego a visiones arcaicas consolida las dudas sobre el Mercosur”.

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TELECONFER­ENCIA. La pandemia imposibili­tó la reunión presencial de los presidente­s; Argentina, el anfitrión, no transmitió a Lacalle y su discurso pudo escucharse más tarde.

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