El papa tuvo fiebre, pero sus análisis son buenos y se recupera
Su portavoz dijo que Francisco se alimenta y camina solo
El papa Francisco, operado el domingo del colon, tuvo “unas décimas de fiebre” el miércoles por la noche, mientras que sus exámenes y análisis resultaron buenos, confirmando su progresiva recuperación, informó ayer jueves el Vaticano.
“Fue sometido esta mañana (jueves) a pruebas rutinarias, a pruebas microbiológicas y a una tomografía computarizada de tórax y abdomen, que han resultado negativas”, precisa el boletín.
El papa fue operado este domingo por “una estenosis diverticular grave con signos de diverticulitis esclerosante” en la que se le extrajo una parte del colon y que requirió anestesia general, en una intervención programada.
El parte diario del portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, asegura que el papa pasó el miércoles tranquilo, y “que se alimenta y desplaza de forma autónoma”. El pontífice “continúa con los tratamientos programados y la alimentación por vía bucal”.
Desde el hospital Gemelli, el papa, de 84 años, aprovechó para enviar un mensaje de cariño a los niños hospitalizados en el pabellón de oncología del centro de salud.
“En este momento concreto dirige su mirada a todos los que sufren, expresando su cercanía a los enfermos, especialmente a los más necesitados de cuidados”, subraya el comunicado divulgado en varios idiomas.
El papa deberá permanecer en el hospital “aproximadamente una semana”, “salvo complicaciones”, anunció el lunes el Vaticano.
Si la evolución se mantiene como hasta ahora, no se descarta que el papa oficie desde la ventana del hospital el rezo dominical del Ángelus.
La enfermedad diverticular de colon es muy común en la sociedad occidental y afecta a casi un 65% de la población a los 85 años de edad, según expertos en el aparato digestivo.
El objetivo de la operación era reducir los problemas causados por los divertículos, pequeñas hernias en la pared del colon con un amplio espectro de síntomas clínicos incluyendo hemorragia, inflamación (diverticulitis) o las complicaciones asociadas a la misma.
En medio de gran hermetismo y de partes médicos con pocos detalles y escuetos, el Vaticano finalmente reconoció esta semana que fue seria la operación de colon al papa Francisco.
En el comunicado el miércoles, Bruni, al margen de afirmar que “el curso posoperatorio de Su Santidad el Papa Francisco sigue siendo regular y satisfactorio”, también precisó que “el examen histológico definitivo ha confirmado una estenosis diverticular grave con signos de diverticulitis esclerosante”.
Hasta ahora el Vaticano jamás había utilizado la palabra “grave”. Pero en esa misma frase en la que admitió que la cirugía a la que se sometió Francisco para resolver su problema intestinal debía hacerse sí o sí, también tranquilizó a un mundo en alerta por la salud del Pontífice, porque dejó entender que la biopsia de la parte de colon extirpada fue buena. Confirmó que su dolencia se debía a divertículos esclerotizados y no, como algunos médicos especularon, con la presencia de un tumor que podría haber sido maligno.