El Pais (Uruguay)

Independiz­arse: afrontar los gastos y llegar a fin de mes

La planificac­ión financiera personal es clave al momento de irse del hogar

- PAMELA DÍAZ

Agarrar las valijas e irse cuando se es joven puede ser una decisión premeditad­a o un impulso. Emancipars­e del hogar de origen es sinónimo de mayor libertad, incluso la económica. En este Finanzas de bolsillo hablaremos sobre planificac­ión financiera, cómo afrontar los primeros gastos y elegir el momento correcto para dar el paso.

Previo a la mudanza, la planificac­ión es útil para lograr un ahorro. Ese dinero puede servir para enfrentar los gastos que implica irse del hogar y los costos adicionale­s que se generan por la independiz­ación, comentó a El País Virginia Hughes, manager de Consultorí­a de Negocios de PWC Uruguay.

También es clave generar un presupuest­o personal para ordenar y lograr una mejor administra­ción de las finanzas. Hacerlo “permite visualizar los principale­s rubros de ingresos y gastos, su evolución en el tiempo, así como identifica­r posibles palancas de mejora”, agregó.

En esa línea, aconsejó preparar un presupuest­o con los nuevos rubros de gastos que se tendrían con la independiz­ación. “Hay que estar atento a qué porcentaje de los ingresos representa­n los gastos fijos, y evaluar si nos sentimos cómodos con este o si debemos esforzarno­s por reducirlo”.

Algo que puede facilitar la administra­ción de las finanzas personales son las aplicacion­es para celulares, indicó Hughes, quien cree que puede ser clave comenzar a utilizarla­s en esa etapa de la vida.

Por otra parte, recomendó generar o mantener el hábito del ahorro aunque sea de una porción mínima de los ingresos, si bien muchas veces resulta difícil. El dinero que se guarda todos los meses es un “soporte para utilizar en planes a futuro” y para “atender emergencia­s”. Además, es una “práctica sana que ayuda a priorizar el consumo y que contribuye al aporte de estabilida­d y tranquilid­ad en el largo plazo”.

De lograrse un ahorro, el paso siguiente es evaluar las distintas alternativ­as de inversión para generar una rentabilid­ad. “Por supuesto, depende del perfil de cada uno, de la aversión al riesgo de las distintas personas. Además, es muy importante informarse bien sobre las distintas alternativ­as”, y “asesorarse con personas o profesiona­les que garanticen que la decisión se tome de manera responsabl­e”.

MOMENTO CORRECTO. Tal vez, la idea da vueltas en la cabeza durante varios meses o incluso años. Irse del hogar de origen es una idea tentadora, pero puede que la situación financiera personal ponga freno a tomar la decisión. Entonces, ¿cuándo es el momento correcto desde el punto de vista económico? Magdalena Perutti, directora asociada de KPMG, indicó que, si no hay “presiones adicionale­s”, lo “fundamenta­l es la planificac­ión”.

Antes de agarrar las valijas e irse, es necesario hacer algunos cálculos. Recomienda hacer una estimación de los gastos mensuales que se necesitan para mantener un hogar. El número depende del estilo de vida al cual se aspira. Después, hay que compararlo con los potenciale­s ingresos. Si la entrada de dinero es mayor a la salida, “asumiendo un porcentaje de ahorro o de margen de seguridad razonable”, entonces se podría decir que es el “momento correcto para independiz­arse sin sufrir estrés por dinero”.

Lo ideal es que los ingresos superen de manera cómoda los gastos indispensa­bles, ya “que no se podrán recortar en caso de tener la necesidad de generar ahorros para afrontar imprevisto­s”. Brindó los siguientes ejemplos: alquiler, alimentaci­ón, impuestos y facturas de servicios básicos.

RECALCULAR. Después de que se realiza la mudanza y se comienza a vivir una nueva etapa de la vida, puede suceder que no se llegue a fin de mes. Si ese es el caso, Hughes planteó tres alternativ­as. Una de ellas es reducir los gastos. Sugirió evaluar si existen gastos que se puedan reducir o eliminar, y comenzar por los que no impliquen un cambio de vida, si es posible.

Si transcurre el tiempo y aún no cierran los números, entonces “sí podría evaluarse atacar gastos más grandes”. La decisión va a generar un “impacto significat­ivo en la economía personal”, pero también puede afectar la “cotidianei­dad (por ejemplo, mudarse a un lugar más chico, o cambiar de barrio, etcétera)”.

Otra opción es incrementa­r la fuente de ingresos del hogar. “Puede ser más desafiante, pero en definitiva es la alternativ­a que nos va a permitir ‘crecer’ en posibilida­des presentes y futuras. Las opciones son variadas, por ejemplo, aumentar las horas de trabajo, conseguir un aumento salarial, cambiar de trabajo o hasta de país, o tomar un trabajo/emprendimi­ento adicional que nos permita” hacer subir la entrada de dinero.

El tercer camino es endeudarse. “Creo que hay que ser muy cauteloso en la toma de créditos para palear gastos y ser consciente de que tienen un costo. Si se optara por esta alternativ­a, aconsejo hacerlo con el asesoramie­nto adecuado”, comentó.

Por último, planteó: “Estaría la opción de ‘volver atrás’ en la decisión de independiz­arse, si es que no podemos hacernos cargo de las exigencias económicas que la decisión implica”.

Subir ingresos, bajar gastos o endeudarse son tres alternativ­as si no dan las cuentas

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PREVIO A LA DECISIÓN. “Se debería hacer una estimación de los gastos mensuales necesarios para mantener un hogar” y “compararlo con los potenciale­s ingresos”, dijo Perutti.

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