“Desarrollaremos un Plan Estratégico Agropecuario”
para las próximas décadas que debería ser la gran guía que el sector agropecuario debería tener para definir claramente cuál es nuestro rumbo.
—¿Qué abarca?
—Todo el proceso de desarrollo agropecuario, teniendo en cuenta todos los aspectos de la producción y de su vinculación con el ambiente, con la sociedad y la ocupación del territorio.
—¿Hacen falta rubros o voluntad?
—Lo hablamos con el presidente Lacalle Pou. Es una dificultad que buscaremos cómo superarlo y me tengo confianza. Porque vea que asumimos el Ministerio ya con las principales leyes que rigen el funcionamiento de una gestión determinada. Ya transcurrió la LUC, la Ley de Presupuesto y la primera Rendición de Cuentas que está en el Parlamento. Pero en nuestro caso no tuvimos la posibilidad de participar en su planteo. Tenemos un presupuesto definido y debió haber sido diferente. Se debió tener un plan estratégico, para después definir un presupuesto necesario. Las cosas no vienen para atrás y nos deberemos adaptar a esa realidad. Cuando llego al Ministerio, todas las reparticiones repiten lo mismo: hay escasez de recursos financieros, recursos humanos, de presupuesto y todos plantean sus necesidades. Primero, debemos definir qué queremos de cada unidad ejecutora, a dónde queremos llegar, y cuál es el plan general agropecuario que debemos tener. Porque si no sabemos cuál es el rumbo es muy difícil poder definir con certeza los recursos que necesitamos.
—¿No había un rumbo en el MGAP?
—Claramente había una visión, un rumbo, un posicionamiento, para nada voy a criticar, ni hablar en contra de lo que hacía mi antecesor. Es diferente, es la impronta de un Ministro diferente, para algo hubo un cambio.
—¿Cómo se compatibiliza ese deseo del Plan Estratégico Agropecuario, con la realidad que le toca vivir?
—Tenemos que hablarlo con el gobierno, plantear nuestro plan, nuestras necesidades y las prioridades que tenemos. No es que el Ministerio no tenga recursos, podemos reordenar y volver a priorizarlos respecto al destino que se planteó desde un principio para la Ley de Presupuesto. Si el gobierno toma como bueno este Plan que podemos plantearle, seguramente, en función del ordenamiento, de una reorganización o de las distintas prioridades, siendo de beneficio para el sector agropecuario. Tengo la seguridad que el gobierno será sensible y podrá disponer de los recursos necesarios. Venimos de un proceso de un alto déficit fiscal, también de un proceso donde la pandemia ejerce presión sobre las cuentas públicas, pero debemos transmitir hacia afuera y hacia adentro del gobierno las seguridades que tenemos un plan organizativo hacia dentro del Ministerio.
—¿Qué puntos incluye por ejemplo?
—Por ejemplo, la necesidad de poder reducir una cantidad de trámites que determinan en muchos casos una pérdida de tiempo y una carga burocrática muy alta para los usuarios del Ministerio. Y está claro que necesita reformarse desde el punto de vista de su accionar en cuanto a los equipamientos informáticos, tener más uso de tecnología y sistema de trámites on line. En todo eso hay un retraso muy importante que ya había sido identificado por la administración anterior. Se está llevando adelante por parte de la oficina del Servicio Civil y con Agesid, a los efectos de rediseñar los apoyos informáticos en el Ministerio que es de los más retrasados de la administración pública.
—Supongo incluye, además, el muy mencionado rediseño de campañas sanitarias.
—Estuvimos reunidos con las autoridades del Ministerio en la DGSG, en el Rubino, apoyamos e impulsamos la iniciativa, no sólo el cambio de autoridades recientes, sino además apoyar el reestudio, relanzamiento de las campañas sanitarias. Es un aspecto clave y muy reclamado, en el sentido que las campañas han sido muy extensas, gravosas, costosas y en algún caso con escaso resultado para los usuarios y el país, en definitiva.
—¿Por ejemplo?
—Sin perjuicio que hay avances en la brucelosis, no deja de ser un aspecto que ha afectado mucho al sector productor. La campaña de la garrapata que ha tenido importantes traspiés, porque ha avanzado la garrapata en el territorio. Significa hoy un aspecto de incidencia en el costo final de la ecuación del ganadero, porque cada vez hay que invertir más en específicos. Tenemos, además, por los temas de residuos, menos herramientas disponibles para poder combatir a este parásito. Son campañas que vemos que significan altos costos para el productor y que existe, y se exige, una mayor presencia del MGAP y de la profesión liberal para apoyar estas campañas con el mayor compromiso de los productores.
—¿Los productores apoyan?
—Existe productores muy comprometidos para combatir y otros que no tanto. Por tanto, el rediseño de la campaña que está en proceso es muy importante a la hora de generar conciencia.
—¿Las otras campañas?
—Más allá de estas dos campañas, tenemos la de la tuberculosis, una enfermedad que se ha incrementado y tiene una presencia importante y afecta mucho al sector lechero, pero si no tomamos medidas pronto, vamos a tener también incidencia sobre el productor de carne. Es muy impactante, además de ser una enfermedad que puede afectar la salud humana, por lo cual debemos tener una labor importante para obtener resultados efectivos en una campaña que se ha extendido e implica también una revisión general.
—Y la de la Bichera. ¿Qué opina sobre la Comisión que se formó al respecto?
—El ex ministro Uriarte fue un gran impulsor de esta idea, junto con un grupo de trabajo técnico calificado, pero faltaban detalles como la definición de la gobernanza, la financiación. Hay que ver bien, en principio las gremiales de productores están de acuerdo en hacer frente a esta inversión, pero faltan los detalles de cuál sería la fuente, cuál sería el ritmo de aporte y de qué manera podemos encausar eso en forma adecuada. Falta la aprobación final de Presidencia de la República en cuanto a la gobernanza.
—¿Cuál es su posición?
—Estoy de acuerdo con dejar de lado la idea de conformar un Instituto y sí de introducirla como una campaña sanitaria, o un programa de campaña sanitaria que tendrá la diferencia que es directamente financiada por los productores y por tanto correspondería una gobernanza con participación de los productores. Pero sin olvidar que terminaría siendo una campaña sanitaria y la autoridad es el MGAP, es la DGSG, con su división de Sanidad Animal. Por tanto, no puede estar divorciados.
—¿Qué falta entonces?
—El grupo técnico tendrá que presentar este plan a las autoridades sanitarias del MGAP a efectos de estar en consonancia con el funcionamiento de las demás campañas. La restricción que pueda haber es que no puede haber desvíos de los recursos, si son originarios de los productores, a otras campañas, ni de los recursos humanos contratados. Creo que hay unanimidad de parte de las gremiales de productores en apoyar esta campaña y también el gobierno está decidido porque hay un compromiso de llevar adelante este plan de erradicación de la bichera.
—¿Cómo fue su encuentro con las gremiales de productores?
—Muy positivo. No debería, pero hay un mostrador, estoy en una posición que debo dejar mi pasado de productor y ex gremialista. Comprendo y entiendo su posicionamiento. Fue una reunión muy amena con Campo Unido, recorrimos todos los temas que tenían para plantear y propuestas que tenemos para llevar adelante en sinergia y con la comunicación que debemos afinar y afianzar. Vamos a ser receptivos de todas las propuestas de gremiales muy representativas de los productores rurales. Esta semana estaremos recibiendo a representantes de Un Solo Uruguay a quienes convocamos para que puedan opinar también.
Debemos reducir una cantidad de trámites que son burocráticos y una pérdida de tiempo...”.