UN RIESGO EXTREMO
Las formas de encontrar la muerte cuando se superan los 8.000 metros de altura, más allá de lo que tenga que ver con las inclemencias naturales como avalanchas o tormentas de nieve, se manifiestan en ataques cardíacos, ACV, o exacerbación de afecciones preexistentes. La falta de oxígeno a esas alturas impensables pueden desencadenar también un edema.