Spencer y Joya
En enero de 1959, con el año nuevo, surgió la revolución que terminó con Batista e inició una esperanzadora etapa de cambios que modificó el sistema de vida en la isla.
La promesa de Fidel y su grupo de viajeros del Granma pasó de la afirmación democrática a la manifestación de una naciente dictadura.
No quedó en eso. Pronto se transformó en apéndice soviético, lo que quedó demostrado por la famosa "crisis de las armas nucleares" que se finiquitó entre USA y la URSS, sin siquiera una palabra del verborrágico Fidel.
La "exportación de la revolución", la "OLAS" y tantas otras aventuras, concluyeron en clarificar que la llamada revolución implicaba más que su propia realidad insular para ser una plataforma soviética en el Sur y África.
Esto fue la causa original del bloqueo norteamericano a la isla y su expulsión de la OEA, entre otras cosas.
La caída del imperio soviético, o mejor dicho su implosión, dejó claro que la "zafra de los 10 millones" y otras aventuras similares, no eran más que la prueba manifiesta que la economía de la revolución estaba más que colapsada. No por causa ajena, sino porque la isla había quedado huérfana de la subvención soviética, que con su petróleo era lo que le permitía subsistir.
Los intentos de abrir su panorama al mundo por medio de Juan Pablo II y luego Francisco, no tuvieron más que saludos convencionales, pero jamás una aceptación real del fracaso de un encierro en una ideología condenada por otra realidad mucho mayor.
El mundo seguía otro camino que los dictadores no estaban dispuestos a transitar, porque demostraban su absoluto fracaso.
El imperialismo denominado como baldón a USA puede, y de hecho lo hizo, haber cometido errores de gran tamaño para intentar sacar del poder a su oponente. Pero la aparición de Chávez y su petróleo y el puente siempre abierto de México, le permitieron superar el fracaso y buscar nuevos recursos. Pero el mal de la ideología iba a llevar al despeñadero a Venezuela y dejar solo el puente azteca que no alcanza para tapar la inviabilidad de una isla que depende del "turismo capitalista", para intentar mantener una burocracia y fuerzas armadas descomunales para su tamaño.
China intentó convencer de esos asuntos. Vietnam a su tiempo también y hasta trató de mostrar su camino como vía de salida a la crisis agudizada. Pero todo fue en vano. Los Castro y las fuerzas armadas no estaban prontos para reducir su vida y cambiar la pisada.
Hoy, el punto es qué pasará con un pueblo sometido y cansado de tantos manoseos; que lleva a sus hijos calificados, esclavos de esa dictadura, a salir el mundo para conseguir los dólares que no pueden entrar, debido a una producción que no es eficiente, ni comercia en los términos que todo el mundo utiliza. Internet llegó hace 3 años y se apaga cuando al dictador se le ocurre!!!
No hay libertad alguna. Ni atisbo de que el PCC y las FFAA que lo controlan hayan siquiera intentado una salida concertada. Más aún, desde el dictador se incita a los fieles a destrozar a los adversarios.
Dramático inició de un fin que será en más o menos tiempo, con más o menos sangre, pero será. En la URSS demoró 6 años y se saldó con menos estridencia. Sólo el sonido venturoso de un muro que sus víctimas tiraron al suelo.
Dios quiera que no sea tan doloroso.
Hace más de tres meses que diariamente he intentado agendarme en el Ministerio de Relaciones Exteriores, vía web, para lograr apostillar un documento para su presentación en el exterior.
El documento a apostillar, emitido por otro organismo público, ha perdido vigencia y debo tramitarlo nuevamente.
Mientras tanto, el trámite en el exterior se encuentra detenido a la espera del documento apostillado y con prórrogas que pronto no serán posibles, acarreando graves problemas.
¿Es que por la pandemia nadie trabaja en esa oficina? ¿Cómo es posible que la Agenda esté permanentemente llena sin posibilidad de seleccionar una cita y que no se establezcan soluciones a este grave problema?
En los últimos años se ha incentivado la polémica del “decanato” entre los grandes del fútbol uruguayo. Y dentro de un todo y sin entrar en conceptos mayores (pues sobre tan manido tema se ha publicado bastante), debemos aceptar (pues nuestros años de fútbol nos lo indican), que todo tiene su inicio en la década de los 60 del pasado siglo; y en parte se origina en las directivas de esos años del Club Nacional de Fútbol, que comenzaron a agitar la cuestión de la transición del CURCC en forma constante.
Previo a ello, prácticamente no existían ni se discutían estos ríspidos elementos que, sin duda, son originados por cambios culturales de raíz generacional; y que son dirigidos hacia sentidos un tanto primitivos, sujetos a la carencia, cada día más sensible entre los jóvenes, de grandes triunfos deportivos como aquellos que ambos clubes lograron cubriendo de gloria a nuestro fútbol.
Quizás las directivas actuales deban ocuparse con más fervor de estas cosas y no de corresponder tanto a las barras.
Empero sin entrar en detalles sobre este tema, existen abundantes fuentes escritas y documentales previos a esa década que señalamos, donde se ubican sucesivas felicitaciones de sendas directivas del club del Parque elevadas a sus colegas aurinegros. Y asimismo, inclusive en el mismo Museo del Fútbol del Estadio Centenario se muestra, entre otros similares, un gran afiche de época que anuncia un partido entre Albion y Peñarol de fecha 29 de Julio de 1900, a jugarse en el Parque Central.
Aparte de este sencillo desenlace etimológico que supone nominar al referido CURCC con el nombre de la localidad geográfica que le vio nacer y crecer; asumimos que esta desagradable y nada deseable controversia, nace en esa década que indicamos, a tenor de los triunfos internacionales logrados por aquel gran equipo de los 60, cuya punta de lanza mostraba a aquellos dos inolvidables morenos: Alberto Spencer y Juan Joya.
Podemos partir tranquilos, a bordo de la barca de Caronte, aquellos mortales que tuvimos la fortuna de verlos jugar.