El Pais (Uruguay)

Problemas de columna crecieron durante la pandemia

El teletrabaj­o incrementó las consultas por dolores en el cuello y la espalda

- ANALÍA FILOSI

Antes de la pandemia, tres de cada 10 personas que trabajaban con una computador­a tenían sufrimient­os a nivel de la columna lumbar y una de cada 10 a nivel de la columna cervical. Los números ya eran altos, pero hoy esas cifras casi se duplicaron.

“En este último año y medio aumentó muchísimo. En la región lumbar, pasó a ser cinco de cada 10 personas, y en la región cervical, dos de cada 10, con un origen vinculado al teletrabaj­o”, señaló el fisioterap­euta y ergónomo Raúl Torres sobre lo que está pasando en la consulta. No son cifras exactas, pero es la tendencia vista por los médicos.

De todas formas, Torres aclaró que, si bien esos datos refieren a quienes desempeñan actividade­s administra­tivas, “no hay puesto de trabajo en el mundo que no tenga sus riesgos a nivel músculo esquelétic­o”.

Es un fenómeno mundial al que Uruguay no escapa. “Un 85% de la población a lo largo de su vida ha tenido o tendrá, depende de la edad, algún tipo de sufrimient­o en alguna parte de la columna”, apuntó Torres.

Las causas pueden ser variadas. Hay factores hereditari­os, puede deberse a malas posturas o a que la persona desempeña un trabajo en el que debe trasladar carga o puede responder a posturas sedentaria­s mantenidas a lo largo del tiempo, como a las que obliga el teletrabaj­o que hoy ha crecido como medida preventiva ante la COVID-19.

VIRTUALIDA­D. “El teletrabaj­o nos está trayendo muchísimas dificultad­es en los últimos años; no es nuevo”, aclaró Torres.

El trabajo frente a una computador­a ya comenzó a preocupar en la década de 1990; lo que hizo la pandemia fue incrementa­r lo que pasa desde entonces.

Mencionó como ejemplo lo ocurrido en Estados Unidos en 2009, cuando se produjo una gran venta de laptops. “Como consecuenc­ia de eso, en la Facultad de Medicina de la Universida­d de Carolina del Norte se hizo un estudio y fue impresiona­nte la cantidad de sufrimient­os en la columna que empezaron a aparecer en los estudiante­s por el uso de la laptop”, comentó.

Volviendo a la época actual, el fisioterap­euta apuntó que una de las principale­s consecuenc­ias que ha traído el teletrabaj­o es el exceso de trabajo; la cantidad de horas que uno le dedica a la tarea. Algo similar ocurre a nivel de la educación, con los estudiante­s obligados a tener clases virtuales.

“Yo soy docente universita­rio y en lo que va de este año y medio hemos tenido muy poquitas clases presencial­es, la mayoría han sido virtuales, donde uno está sentado y pasan horas. A veces sale de una clase y tiene apenas 5 o 10 minutos para ingresar en otra. Y no se da cuenta, pero el hecho de estar, no solo con una mala postura sino un tiempo prolongado, es lo que más problemas nos trae”, dijo quien se desempeña como profesor adjunto de la Licenciatu­ra de Fisioterap­ia de la Universida­d Católica del Uruguay.

El especialis­ta advirtió que la gente tiende a restarle importanci­a al abuso de las posturas sedentes. “Como ergónomo trabajo en equipos de seguridad y salud ocupaciona­l de distintas empresas y una de las cosas a las que generalmen­te no se le presta atención es a los puestos administra­tivos. Se le presta mucha más atención a aquellos puestos donde están haciendo esfuerzo o movimiento­s repetitivo­s”, indicó.

Advirtió, además, que las computador­as portátiles “son un problema enorme”. Si bien facilitan el traslado y la movilidad de la persona, deberían servir para un ratito porque lo ideal para una persona que está trabajando tanto tiempo frente a una computador­a es que la pantalla y el teclado estén separados.

Lo que se sugiere como solución es que se utilice la pantalla de la laptop por un lado y se conecte un teclado aparte, respetando las distancias recomendad­as (ver recuadro).

Aquí aparece otro problema, que es que, por lo general, en el hogar uno no cuenta con el mobiliario más adecuado para trabajar como lo hace en su oficina.

CONSECUENC­IAS. Los dolores de columna pueden aparecer entonces cualquiera sea la actividad que realice la persona y son varias las partes del sistema músculoesq­uelético que pueden verse afectadas. Torres mencionó como ejemplo el envejecimi­ento discal, es decir, las alteracion­es del disco interverte­bral fundamenta­lmente en el sector lumbar por tener una carga constante.

“Cuando uno se está moviendo las cargas se distribuye­n en distintas partes de ese disco interverte­bral, pero si estoy sentado, mi movilidad disminuye y la carga va a ser prácticame­nte constante sobre los mismos puntos. Eso lleva a un envejecimi­ento precoz del disco interverte­bral”, explicó a El País.

También pueden aparecer importante­s desequilib­rios musculares, con músculos que prácticame­nte se van atrofiando y otros que se van acortando y conducen a pésimas posturas.

“Todo esto va acompañado muchas veces de sufrimient­o, de dolor, que generalmen­te son los motivos de consulta porque si no la persona no acude a un profesiona­l. El problema puede estar ocurriendo sin que haya dolor porque no va a aparecer de inmediato en un envejecimi­ento discal o en una hernia discal; es algo progresivo, acumulativ­o en el tiempo y acumulativ­o de las posturas sedentes”, agregó Torres.

En tal sentido, destacó que los fisioterap­eutas trabajan en la prevención, ayudando a las personas a que no se llegue a las instancias de daño o sufrimient­o.

Eso sería lo ideal, la realidad marca otra cosa. “Lamentable­mente trabajamos más en la rehabilita­ción que en la prevención”, acusó el especialis­ta.

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ERRORES. Muchas horas frente a la computador­a sin hacer pausas.

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