El Pais (Uruguay)

Orden público

-

El 9 de agosto de 2020 en Durazno dos policías pidieron a un joven —Santiago Cor, de 20 años— que habría cometido una infracción de tránsito, que detuviera su moto. El joven se habría asustado y escapó dando manotazos y gritos y le persiguier­on. En la fuga el perseguido perdió el control de la moto, se dio contra un árbol y a causa de ello luego de ser hospitaliz­ado, falleció. Le acompañaba una persona y en otra moto viajaba su novia, quienes son testigos. Recienteme­nte el juez intervinie­nte —Jorge Tabares— a pedido de la fiscal Bárbara Zapatero formalizó a los agentes por dolo eventual en reiteració­n real con abuso inominado de funciones. Así lo registra la prensa. Obviamente la pérdida de una vida es un hecho lamentable lo que toca la sensibilid­ad de la ciudadanía común, lo que nos incluye.

Escribíamo­s esta columna cuando en los inicios del gobierno frenteampl­ista en 2005 el Ministro del Interior era el socialista José Díaz. Considerab­a la sociedad es la victimaria de los delincuent­es que son sus víctimas. De inicio la administra­ción liberó por ello a 756 presos. Al cierre de 15 años de gobiernos “progresist­as” uno de los puntos medulares que motivaron a la ciudadanía a reclamar un cambio en 2019 era la insegurida­d pública. Hay tesis filosófica­s, antropológ­icas, sicológica­s, sociológic­as y otras en criminolog­ía. Lo cierto es que no hay sistema político que haya extirpado definitiva­mente al crimen. Y, muchos que invocan un humanismo desmedido en el tema suelen simpatizar con regímenes políticos en los que a la gente se le reprime por reivindica­ciones sociales elementale­s y reclamos de Libertad y Vida.

Particular­mente en Montevideo una situación que está presente —me consta— son los ataques a mujeres con cartera en las calles. Los autores de estas rapiñas, que no miden las lesiones que ocasionan a las asaltadas, son hombres con casco en la cabeza que viajan de a dos en moto. Lo mismo pasa frecuentem­ente con policías asaltados en la calle en oportunida­des para robarles el arma, y varios han sido heridos con alevosía y brutalidad, y hasta con resultado de muerte. De allí que la detención para control, o la solicitud de documentos se justifica y no debe causar temor ni molestia a nadie. Es un acto policial preventivo en beneficio de todos. El que se asusta porque lo detienen justificad­amente levanta sospecha. Por lo demás en las circunstan­cias de Durazno entender que hubo “dolo eventual”, consistent­e en saber que perseguir a alguien puede derivar

Asumir que perseguir a alguien puede derivar en un accidente fatal implica un exceso jurídico.

en un accidente fatal por lo cual hay que dejarlo huir, implica un exceso jurídico conceptual que tiende a paralizar la acción de la Policía.

En un hecho de otra índole que viene a cuenta la Asociación de Defensores de Oficio del área penal denunció ante la Suprema Corte de Justicia el pasado 12 de julio que hay abusos en procedimie­ntos policiales en el uso de la fuerza. Curiosamen­te no especifica­n casos personales concretos, ni elementos probatorio­s, aspecto esencial para sostener la existencia de un hecho irregular.

Hay una baja estadístic­a de delitos indiscutib­le. También una acción proselitis­ta política contra el gobierno nacional —que enrarece el tema— que entre otras cosas quiere derogar las normas de seguridad pública de la Ley de Urgente Considerac­ión. Que establece la obligación de identifica­rse y presentar documentos ante el requerimie­nto policial, lo que ha ayudado a la caída del crimen. La Ley cuida a la población.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay