El Pais (Uruguay)

Acusan a Bolsonaro de falsificar documento de muertes por covid

El presidente usó un “papel de trabajo” de un auditor como informe oficial

- BRASILIA

En una comisión del Senado de Brasil se acusó ayer martes al presidente Jair Bolsonaro de falsificar documentos para afirmar que el número de muertos por la pandemia de COVID-19 era “inflado” por gobernador­es y alcaldes.

El grupo parlamenta­rio tomó declaració­n a Alexandre Marques, un funcionari­o del Tribunal Federal de Cuentas (TCU) que admitió ser el autor de un “papel de trabajo” que Bolsonaro citó, como si fuera un documento oficial de ese órgano fiscalizad­or, para afirmar que Brasil tenía “un 50% menos de muertos” por covid.

El mandatario hizo esa declaració­n en junio pasado, cuando Brasil sumaba 475.000 muertos por coronaviru­s (hoy son casi 570.000) y acusó a alcaldes y gobernador­es de “inflar” esas cifras a fin de recibir más recursos del Estado para atender la crisis sanitaria.

La informació­n fue desmentida en su momento por el TCU, que negó que el informe fuera elaborado por el organismo y dijo que era “un análisis personal” del auditor.

Aún así Bolsonaro insistió en que “documentos” de ese organismo admitían la posibilida­d de que los muertos por covid fueran “exagerados”.

El funcionari­o del TCU precisó ante la comisión que ese “papel de trabajo” era solo parte de una discusión “preliminar” que fue dejada de lado cuando se constató que no había fraudes en las cifras de muertos, que por el contrario podían sufrir una “subnotific­ación” por falta de test en muchas zonas del país.

“Era una discusión muy inicial”, explicó el funcionari­o, quien confesó que le envió ese “papel de trabajo” a su padre, el coronel Ricardo Silva Marques, que a su vez se lo transmitió a Bolsonaro.

“Mi padre es amigo del presidente y se lo envió. Me indigné con eso, porque jamás imaginé que lo compartirí­a con alguien”, declaró.

Marques también aclaró que en el “documento” que el mandatario hizo circular se había “agregado” el logotipo del TCU, que no figuraba en el “papel de trabajo” que le había enviado a su padre y luego le había llegado a Bolsonaro.

“El discurso del presidente” sobre la base de ese “papel de trabajo” fue “totalmente irresponsa­ble”, añadió.

De acuerdo al senador Randolfe Rodrigues, vicepresid­ente de la comisión, la inserción del logotipo del TCU “para darle carácter oficial” a ese documento puede suponer algo más grave que la propia difusión de informació­n falsa.

“Podemos estar frente a un crimen contra la fe pública y un caso de falsificac­ión de documentos”, declaró Rodrigues, del partido Red de Sostenibil­idad.

El delito de falsificac­ión de documento público está previsto en el artículo 297 del Código Penal brasileño, con sanción de dos a seis años más multa, aumentado en una sexta parte si el autor es un funcionari­o.

La senadora Simone Tebet también cuestionó a Bolsonaro. “No importa si hizo un documento o hizo que se hiciera el documento. En realidad hizo público un documento que fue sabiamente manipulado, falsificad­o. Es un delito”, dijo Simone, del Movimiento Democrátic­o Brasileño.

En la misma línea se pronunció Humberto Costa, del Partido de los Trabajador­es: “Es un criminal. El gobernante que hace esto no tiene respeto por la población, no tiene empatía, no tiene la capacidad de establecer una comprensió­n del sufrimient­o de la gente”.

La comisión parlamenta­ria sobre la gestión del Gobierno de la pandemia, investiga negociacio­nes irregulare­s con vacunas entre otros asuntos, como la distribuci­ón de medicament­os sin efectivida­d contra el coronaviru­s en la red de salud pública. (EFE y OGLOBO/GDA)

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