El Pais (Uruguay)

Una autora que expande su universo de la mano de Netflix

- BELÉN FOURMENT

Un par de días bastaron para que la segunda temporada de

Valeria se ubicara alto entre lo más visto en Netflix por el público uruguayo. Era de esperar: estrenada en mayo de 2020, la serie española ya había sido un éxito que logró sostenerse en el tiempo, y que venía con aire triunfal desde el mundo editorial.

La ficción, juvenil y femenina, está

basada en la saga Valeria que le abrió el camino a la best seller Elísabet Benavent. La autora tenía 29 años cuando

autopublic­ó de manera digital En los zapatos de Valeria, un hit inmediato que la llevó a ser fichada por la Editorial Suma. Bajo ese paraguas completó

una tetralogía (Valeria en el espejo, Valeria en blanco y negro y Valeria al desnudo), y no ha parado de editar títulos que arrasan en las ventas en su país y el mercado hispano. Su último libro, El arte de engañar al karma, acaba de llegar a librerías locales.

Su desembarco en la pantalla también fue con buen pie en términos de audiencia, tanto que Netflix seguirá adaptando sus contenidos. Lo próximo será la película Fuimos canciones sobre su bilogía Canciones y recuerdos , y en carpeta está la versión de Un cuento

perfecto; se desconoce cuál será el formato. Todas, eso sí, tienen a mujeres conflictua­das en historias asociadas al amor, el éxito y la frustració­n.

En el caso de Valeria, la protagonis­ta es la chica del título, una treintañer­a en crisis matrimonia­l y bloqueada ante la salida de su primera novela. Sufre el síndrome de la impostora y si algo le faltaba para terminar de perder el equilibrio era la aparición de Víctor, un Don Juan con belleza, fortuna y aura de inalcanzab­le. Ese affaire y sus consecuenc­ias serán tema de conversaci­ón constante en una pandilla de amigas que completan Lola, Carmen y Nerea. Son cuatro profesiona­les de clase media-alta en una Madrid de ensueño; nada rompe su hegemonía.

Que el personaje de Nerea sea homosexual, quizás la principal licencia que la serie se toma respecto a las novelas, no disimula la presencia de un elenco pleno de personas blancas, delgadas y perfectas. Aún en los días malos, cuando las amigas se alarman ante su pinta y falta de aseo, Valeria se ve mucho mejor que cualquier mujer en medio de un cuadro depresivo.

Pero aunque los tiempos cambien, la televisión todavía es superficia­l y Valeria no nació para romper ningún esquema. Esta segunda temporada logra, eso sí, mejorar la imagen de la primera con un desarrollo bastante más ajustado a las novelas, que serán livianas pero son bastante solventes.

Benavent tuvo una participac­ión más activa en el proceso creativo de los nuevos episodios, y en una entrevista reciente con El Confidenci­al declaró: “Creo que esta segunda temporada tiene una cosa muy importante y es que marca la voluntad de la serie de aquí en adelante. Es clave la vuelta al origen, la vuelta a los libros. Hacer hincapié en ciertos aspectos de los personajes, las tramas, los esquemas, los diálogos... Me da buen feeling”.

Eso se nota en este regreso que encontró a Valeria (Diana Gómez, la de la foto) de vuelta en Madrid, tras la huida a Valencia para escapar de sus preocupaci­ones y, sobre todo, de Víctor (Maxi Iglesias, el galán español del momento que también está en La cocinera de

Castamar). No demoran en encontrars­e, pero está claro que no es momento para estar juntos y la presencia de Adrián, el exmarido de la protagonis­ta, lo enrarece todo. Adrián está en el anillo de casamiento que Valeria todavía lleva, en las fotos, en los rincones del apartament­o que compartían y hasta en los adornos de Navidad.

Mientras Valeria se lanza como escritora superventa­s y lidia con eso de ponerle punto final a su primer gran amor, sus amigas también avanzan en sus historias en una temporada que no deja de ser cliché, pero gana en frescura y entretenim­iento. Acierta, otra vez, con una banda sonora de esas que dan ganas de ir directo a Spotify.

La tercera temporada no está confirmada —Netflix suele demorar unas semanas para este tipo de anuncios—, pero el rendimient­o y lo abierto del final recién estrenado parecen darla por hecha. De seguir adelante, todo indica que la próxima tanda de episodios se centrará en los hechos de Valeria en blanco y

negro. Eso a juzgar por una resolución que introdujo la figura de Bruno Aguilar —un escritor que aparece en esa novela para volver a sacudir el mundo de la protagonis­ta—, y que planteó el conflicto de intereses de la despareja pareja central. Tela para cortar o lo que es lo mismo, libros para exprimir, todavía hay, y es apenas el comienzo de la alianza de Benavent con Netflix que, está claro, ya tiene un público asegurado.

“Valeria” estrenó su temporada 2 el viernes y ya está entre lo más visto por los uruguayos

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