EL CAMPO DE FLORES
Ese año, el campo de gerberas lucía colorido y perfumado como siempre. Cada una de esas simples y hermosas flores daba lo mejor de sí. Sabían que cada una era igual de importante, independientemente de su color. Todas juntas formaban un hermoso paisaje, como un mar calmo y multicolor.
Allí, en el medio de la plantación, estaba creciendo una plantita más. Se esforzaba por florecer como las otras gerberas, pero no podía.
Las otras flores veían que esta nueva plantita no era exactamente igual a ellas, sus hojas eran más grandes, su tallo era más grueso. Pero como era una más de ellas, cada día la animaban para que floreciera.
En vez de eso, la plantita solo crecía y crecía haciéndose más alta.
Pronto ya lo era más que el resto de sus amigas que la seguían alentando para que floreciera. La plantita, por su parte, les comenzó a contar lo que veía desde lo alto.
Veía el campo de flores en el que había nacido al igual que sus amigas. Veía que era un lugar muy grande y aunque eso le dio un poco de miedo sabía que estaba segura con sus amigas. A ellas les contaba que podía ver las mariposas revoloteando sobre sus corolas y les narraba sobre el hermoso baile de las abejas mientras recolectaban polen. Les contaba lo lindas que quedaban cuando el sol del amanecer se reflejaba en las gotitas de rocío formando miles de arcoíris, y cómo las pequeñas mariquitas se acercaban a beber de ellas.
Si bien la plantita no floreció, sus amigas le seguían diciendo que no se rindiera. Todas estaban seguras de que para la primavera siguiente sí lo conseguiría. Mientras tanto, la plantita era feliz, así, tal como es y sus amigas la querían de igual forma.
Ella continuaba disfrutando y compartiendo con las demás su visión de ese maravilloso campo multicolor.
A partir de ese año, todos comprendieron que el mundo es más hermoso, grande y maravilloso. Solo hay que saber ver desde diferentes perspectivas, abrirse a nuevas experiencias, valorar todo lo que se nos brinda en cada nueva oportunidad.
Y sacar, con creatividad el máximo provecho de las cualidades y virtudes particulares que la naturaleza nos regala a cada uno.