SOBRE EL GACH DE SEGURIDAD: TRASCENDER LO IDEOLÓGICO
—Usted integra el GACH de seguridad. ¿Qué objetivos se trazó este grupo?
—La idea es pensar estrategias de mediano y largo plazo, porque las personas que trabajan en las prisiones están todo el tiempo apagando incendios. Tenemos que pensar a un plazo mayor e intentar trascender los gobiernos de turno.
—Eso supone ir más allá de lo ideológico.
—Sí, totalmente. A mí me llamaron sabiendo que soy totalmente independiente y que soy un cara de culo. Yo encantado de ayudar, a este gobierno o al que sea, y me invitaron en esas condiciones. Después el gobierno decide de acuerdo a sus lineamientos. No es que la política penitenciaria deba ser una especie de gobierno tecnócrata en el que hay que hacer lo que los especialistas decimos. Hay un montón de asociaciones morales, normativas, sobre las cuales los académicos no podemos definir.
—En 2018 usted decía que Uruguay iba camino a una grieta. ¿Ya se llegó?
—En ese momento sentía que en el ambiente universitario había ciertas posturas que eran impopulares y eran difíciles de defender. Ahora, desde lejos y con el sesgo que eso implica, veo poco diálogo entre los académicos más cercanos a la coalición y los más opuestos. Twitter es terrible. Pero en las redes sociales en general observás cómo cualquier cosa de alguien asociado al gobierno es rápidamente criticado por el académico opositor y viceversa. El barro político hace que cueste mucho reconocer la virtud del otro. Cada académico puede tener su corazoncito político, pero deberíamos ser menos dogmáticos a la hora de sentarnos en una mesa a discutir.