Confesiones de una enfermedad invisible
■ La fibromialgia es una enfermedad relativamente nueva. Recién fue catalogada como tal por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1992, lo que hace que se tenga poco conocimiento de ella no solo a nivel de la población en general, sino también a nivel médico. Si bien hay enfermos de todas las edades, es una patología que suele aparecer entre los 30 y los 40 años de edad. Afecta a un hombre de cada nueve mujeres, por eso se la considera una enfermedad de género. En Uruguay no hay registro, pero guiándose por la estadística mundial que marca que la padece el 3% de la población general, en nuestro país habría 90 mil pacientes con fibromialgia. En el libro Confesiones de la fibromialgia. Diálogo con una enfermedad (Editorial Planeta), Carlos Uboldi indica que es la segunda enfermedad reumática más frecuente, luego de la artrosis. Genera el 20% de las consultas reumatológicas y el 7% de las del médico general. Al mismo tiempo, la fibromialgia es la causa más frecuente de dolor crónico. El 20% de las consultas del médico general corresponde al dolor musculoesquelético.
El dolor está presente en el 100% de los pacientes. Puede ser expresado como “generalizado” (“me duele todo”) o como “localizado” (dolores de cabeza, en el cuello, en la región lumbar, en los tendones, etc.) La intensidad del dolor es variable. Los pacientes lo describen como ardor, pulsátil o punzante. En el libro, el médico y autor afirma: “La fibromialgia es una enfermedad del género mujer, de la adaptación: existe un fracaso del afrontamiento o incapacidad para adaptarse al estrés percibido; psicosocial, de los ideales femeninos, del deber hacia el otro, de la libertad, de las emociones contenidas, del conflicto entre lo que quiero, siento y hago”.