Fibromialgia: enfermedad que aún es cuestionada
Experto habla de un padecimiento esencialmente femenino y crónico
Tengo nombre de mujer. Soy una señora, porque me considero distinguida y respetable. Ya sé que casi nadie me entiende. Me desprecian y me discriminan; allá ellos, no es problema mío. Tal vez me ignoran porque el 95% de los que yo afecto son mujeres. Muchos médicos aún dicen que no existo. Y si no existo, entonces, ¿quién soy yo?”
Ese es el comienzo del libro Confesiones de la fibromialgia, del especialista Carlos Uboldi, quien dijo en Calidad de Vida en El País que “lamentablemente hay médicos que todavía dicen que no existe” esta enfermedad que se caracteriza por dolor en la fibra muscular.
La fibromialgia puede ser definida como un dolor crónico generalizado que se acompaña hasta con 50 síntomas diferentes que tienen efecto en todo el organismo del paciente.
“No es una enfermedad ni ósea ni articular ni inflamatoria a nivel muscular. El dolor se siente en los músculos pero el origen del dolor está en otro lugar: está en el cerebro”, apuntó el reumatólogo que participó como coautor de la Ley Nº 19.728 sobre Fibromialgia.
El desencadenante de esta enfermedad es, a juicio del experto, el estrés crónico y, por este motivo, la persona debe ser tratada de forma integral, no solo por las manifestaciones físicas de su padecimiento.
SÍNTOMAS. Entre los 50 síntomas posibles de un paciente con fibromialgia se destacan, en orden de importancia, el dolor crónico, la fatiga o cansancio físico, los trastornos de la memoria reciente y los trastornos del sueño (tanto para conciliar como para mantener el sueño). Luego vienen síntomas como el entumecimiento general del cuerpo, la rigidez muscular, el hormigueo en brazos y piernas, el síndrome de las piernas inquietas y el síndrome de colon irritable, las alteraciones tiroideas, las palpitaciones, vértigos y dolores difusos en todo el cuerpo.
“Es muy común que los pacientes vayan a 10 o 20 médicos, que se hayan hecho innumerables estudios, muchas veces inútiles y desconcertantes porque puede aparecer una artrosis y que no es fibromialgia y los tratan con medicamentos que no tienen efecto ninguno”, comentó Uboldi.
Las estadísticas internacionales estiman un plazo entre dos a seis años para llegar al diagnóstico de fibromialgia. Uboldi señaló que hay pacientes que pueden pasar 10 años o más en vueltas en diferentes consultorios pero que, en realidad, cuando la persona llega a un experto, el diagnóstico puede realizarse “en 10 minutos”.
“El común denominador son las situaciones de estrés y la vulnerabilidad psicológica. El estrés está siempre presente: es el desencadenante y es el que permanece durante toda la enfermedad y es lo que hay que tratar. También hay que gestionar las emociones porque están mal canalizadas”, explicó.
En este sentido, Uboldi trabaja con un “tratamiento integral” que abarca aspectos sociales, psicológicos y espirituales de la persona; no solo los síntomas físicos.
“Tenemos que abordar todos los aspectos relacionados con el ser humano”, señaló.
Se recurre a medicamentos naturales, a la psicoterapia, a actividades recreativas y placenteras, al ejercicio físico, a técnicas de relajación y respiración y a la gestión del estrés y de las emociones.
“Hacemos mucho hincapié en la pedagogía del dolor. El paciente debe saber por qué le duele, y cómo tiene que afrontar ese dolor”, precisó.
GÉNERO. Nueve de cada 10 pacientes con fibromialgia son mujeres. Para Uboldi, esta es una consecuencia de una expresión cultural producto de una sociedad “muy machista” que genera una “sobrecarga emocional y psicológica” en ellas y que constituye la base misma de la enfermedad.
“La mujer tiene que salir a trabajar y cumplir múltiples roles (dentro y fuera del hogar). Además, tienen más vulnerabilidad psicológica, mayor propensión al dolor, mayor sensibilidad al dolor, mayor propensión a la ansiedad, mayor propensión a la depresión. Y todos estos son motivos por los cuales las mujeres están más afectadas por la fibromialgia”, enseñó el médico.