El Pais (Uruguay)

“Canto porque quiero promover encuentros y ver a la gente feliz”

- BELÉN FOURMENT

Desde que empezó a colaborar con artistas latinoamer­icanos —Ricky Martin, Daddy Yankee, Pitbull—, Claudia Leitte descubrió un nuevo mundo: el del canto en español, sí, pero también el de la apertura del mercado latinoamer­icano. Desde entonces Leitte, una de las cantantes más populares de la música brasileña actual, entendió que su próximo desafío artístico estaba ahí, en las posibilida­des que da un nuevo idioma.

Por eso, prefiere hablar en español en los 15 minutos de videollama­da con El País. Aunque cada tanto suelta alguna palabra en portugués o portuñol, la cantante del tema del Mundial de Brasil 2014, “We Are One” junto con Pitbull y Jennifer López; la dueña de hits como “Baldin de Gelo” y “Taquitá” y un ícono del axé por sus años en la banda Babado Novo, sostiene una conversaci­ón fluida, que deja en claro que cuando se interesa en algo, se lo toma en serio.

En esta última ronda de prensa dijo que sueña con hacer un disco en español, aunque no sabe cuándo llegará porque antes están los festejos por sus 20 años de carrera y, en grande, la ilusión de una gira global. Pero estrenó un tema bilingüe, “Samba lento” junto al panameño Joey Montana (el del hit “Picky”), y por eso es esta charla.

“Yo amo los desafíos y esta es una nueva lengua, una nueva cultura, y estoy apasionada”, declara Leitte. “Y creo también que es otro proceso natural de mi carrera. Quiero más, siempre más. Quiero aprender más. Y también son puertas que se abren, me conectan con otras personas y me hacen descubrir que no estoy sola en la vida, que tengo más para compartir”. Leitte trabaja con un productor uruguayo, Cabrera, y ahora sueña con grabar un disco en español.

—Decís que los desafíos han marcado tu carrera, y hace poco contaste que, en tus inicios, te echaron de una banda de pagode porque te gustaba cantar rock. ¿Qué elemento rockero identificá­s en vos hoy en día?

—Puede ser el trío eléctrico, que es una cosa muy especial y específica de la cultura brasileña. Un escenario que se mueve por la calle y está siempre cambiando la audiencia, entonces no hay posibilida­d de cantar lo mismo por seis horas, todos los días. Entonces yo también tengo la necesidad de cambiar con la audiencia. Y canto por seis horas, cinco días seguidos en el carnaval; es loco, loco. Y canto todo: rock, axé, música pop... Y creo que es porque soy una cantante sin rótulos, que quiere hacer a las personas felices. El rock es una actitud, sí, una forma de demostrar la pasión que siento, y creo que rock es carnaval (se ríe).

—Esto de cantar seis horas, cada día durante cinco días seguidos, suena un tanto sacrificad­o. ¿Cuál es la satisfacci­ón que hace que valga la pena?

—Eso es rock, right? (Se ríe) Yo canto para servir, para hacer alegría. Es más que la música; la música es un vehículo de felicidad, una conexión con Dios, una energía. Algo que no consigo explicar, mismo en portugués. Es algo muy grande. Pero es por las personas. Está muy claro para mí que canto porque quiero promover encuentros y ver a la gente feliz.

—¿Y eso siempre fue así o lo descubrist­e en un momento particular?

—No me había dado cuenta cuando empecé, era muy nueva y cantaba por la gracia de cantar. Ahora, con la madurez, soy consciente de que hago eso porque es mayor que mis sueños y que la propia música. Es para hacer lo mejor que puedo para alguien. Para una persona, para 10 o para un millón, no importa: pero siempre por alguien.

—¿Alguna vez sentiste el peso de ser una portadora de alegría?

—No, eso es un placer. Es siempre algo muy especial, muy tranquilo; trae mucha paz, para mí, hacer lo que hago. Y cuando me quedo confusa siempre es por la interferen­cia de otra cosa que no es la de la responsabi­lidad de hacer lo mejor que puedo. Eso es placentero.

—Te definís como una cantante del vivo, y cuando volviste a los escenarios después de la pandemia, la primera vez, no pudiste contener la emoción. ¿Qué fue lo más duro de todo este período sin cantar ante público?

—Para mí fue terrible. Yo soy dramática, pero es verdad. Soy una cantante de gente, canto para la gente, y eso es mi momento de placer. Entonces los live streaming, las plataforma­s, me encantó todo eso, pero necesitaba ver a las personas. Para mí cantar en un escenario es como dar y recibir abrazos, y dramáticam­ente diciéndolo, me sentí flagelada (sonríe). Ahora estoy contenta de estar planeando conciertos y todo eso que hace mi vida más feliz.

—¿Qué tan cerca de cumplirse está el sueño de grabar un disco en español?

—Ahora siento que estoy más cerca, porque tengo un productor uruguayo (el también compositor Cabrera, radicado en Brasil) que respeta mi cultura, mis orígenes, pero sabe todo de música latina, hispana. Y ha traído muchas influencia­s ritmos y desafíos para mi vida, musicalmen­te hablando, y ahora siento que es un reto más tangible para mí. No sé cómo voy a hacer, si voy a grabar singles y después un álbum, pero tengo claro que puedo hacerlo.

—Estás por festejar tus 20 años de carrera. ¿Cómo te parece que ha cambiado el lugar de la mujer en la industria de la música, y qué falta cambiar?

—Tantas cosas... Pero empezamos, ya podemos ver el cambio, y creo que para mi hija, con fe en Dios, tendremos algo mejor, un mundo mejor. Pero hay muchas cosas para cambiar todavía. Hay muchas mujeres en el escenario y trabajando detrás, creo que hay más respeto, pero tenemos mucho por hacer. Mucho. Pero empezamos.

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