EL ADIÓS A UN REY ROMÁNTICO
Tras la muerte del “Frank Sinatra del norte del Río Negro” a los 68 años, Lucas Sugo y Chacho Ramos repasan el legado del cantante tropical que mejor le cantó al amor
agrega el artista que en 2002 reemplazó a Silva en Sonido Profesional.
Pero el cariño incondicional del público no fue inmediato. Silva, que falleció en un hospital de Melo tras una serie de complicaciones médicas, debió atravesar varios cambios antes de consagrarse como ídolo popular. Su carrera empezó en su Montevideo natal versionando rock pesado en varios grupos —clásicos de Led Zeppelin, Deep Purple y Ten Years After eran obligatorios en sus shows— y se transformó cuando empezó a salir en carnaval con la revista Musicalísima y a cantar con orquestas de música tropical.
Si bien había generado un público en la capital, la pieza que le faltaba para consagrarse estaba en el interior; más precisamente en Artigas. Silva, que además de cantar trabajaba como funcionario en OSE, fue enviado por la empresa estatal al extremo norte del país tras un viaje a Buenos Aires. El plan era quedarse un tiempo, pero algo en el ambiente lo cautivó. “Me gustó tanto esa zona que me quedé”, recordó.
A mediados de los ochenta, le llegó el momento de brillar. Apareció como invitado para cantar tres versiones del “Puma” Rodríguez en un show del grupo Hawaii, llamó la atención de unos cuantos. Al poco tiempo estaba al frente de Grupo Mogambo, su primer gran proyecto, y empezó a crear su sello. “Cuando llegué a Artigas, todos copiaban lo que se hacía en Montevideo. No descubrí América, pero me di cuenta de que podía cantar letras de nivel con ritmo bailable”, comentó.
Para cuando entró a Sonido Profesional, el fenómeno comenzó a