Los ciudadanos deben saber “para dónde van sus aportes”
El déficit del Banco de Previsión Social (BPS) es de 640 millones de dólares y el ente proyecta que ascenderá a 772 millones para 2022. Estos cálculos excluyen los beneficios y transferencias realizadas por efecto del COVID-19, que fueron del orden de los 540 millones de dólares en 2020 y se estima en 900 millones de dólares al cierre de 2021, dice a El País el presidente del BPS Hugo Odizzio. Para el próximo año todavía no hay una proyección en relación a la pandemia. “El déficit pone de manifiesto que estamos en un proceso de requerimiento creciente de asistencia de las Rentas Generales, que se suma a las transferencias que ya se destinan al BPS, como los siete puntos de IVA. El presupuesto se incrementó en 9,5%, es mucho dinero”, afirma el jerarca.
Odizzio considera que el objetivo de la Comisión de Expertos en Seguridad Social (CESS) de llegar a una convergencia de los criterios de las distintas cajas hacia un sistema único, sin tantas asimetrías, es un desafío que hasta ahora ninguna reforma ha abordado. “Hubo un intento incipiente en una reforma anterior, pero ni siquiera unificó las cajas que componen el BPS. El tema está sobre la mesa y ya se verá cómo evolucionará desde el punto de vista de la viabilidad política, pero solo su formulación y planteo me parece un acierto”, agrega. A su entender, la población está muy alejada de lo que representa realmente el sistema previsional: dice que se debería comprender su importancia en cada momento de la vida laboral, y no solo al acercarse a la edad de retiro.
“Si pudiéremos hacer simulaciones de cálculo de cuánto podría ser nuestra jubilación desde temprano, ver lo que representará el ahorro en el futuro de una manera tangible y otras iniciativas de ese tipo, se comprendería mejor el sistema y funcionaría mejor. Ese es el desafío del BPS: pasar a ser un asesor previsional y no, como hasta ahora, un ente que tramita las jubilaciones y que, además, lo hace desde una historia que todavía no hemos logrado superar, que es en base a la desconfianza”, afirma Odizzio.
“También se requiere que se maneje un modelo de transferencias claro y transparente para que los ciudadanos sepan para dónde van exactamente sus aportes”, concluye el presidente del BPS.