“Se lo ve desconcertado y a veces agresivo al gobierno”
—¿Se adaptó el Frente a ser oposición? —Lo veo al FA más potente hoy. Sin dudas la entrega de las 800.000 firmas potenció a la oposición y desconcertó al gobierno. Se los ve desconcertados y a veces agresivos; en la interpelación a Luis Alberto Heber quedó claro. Hubo intervenciones destempladas de quienes no estábamos acostumbrados a ver. Con respecto al referéndum, generaba muchas dudas en la interna del FA que se fuera a llegar. Prácticamente nadie pensaba que se fuera a lograr. Muchos sectores pensábamos que era más factible ir por el camino corto de la recolección, que eran firmas que se iban a juntar, y después dar la batalla política para llegar al 25% del padrón electoral. La verdad es que me alegro de haberme equivocado.
—¿A qué atribuye que se lograran las firmas? —La gente firmó o va a votar en el referéndum por múltiples dimensiones. Una son los artículos, pero también incide la percepción de cómo va el gobierno. El gobierno fue erosionándose en la medida en que se nota más el deterioro económico y social, y la pandemia deja de ser el principal foco de atención. También hay hechos puntuales, como el aumento de los combustibles.
—El secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, dijo que esta no será una campaña contra la LUC sino contra el gobierno. —No es como lo formulamos nosotros. Para nosotros no es ni una elección de medio período, ni hay que votar a favor o en contra del gobierno. Queremos que realmente se deroguen normas negativas para el país en seguridad, educación, vivienda, derechos laborales e inclusión financiera. La seguridad es un tema difícil de discutir, para el gobierno y la oposición, porque en la sociedad no hay un alineamiento perfecto entre los posicionamientos políticos y la perspectiva del problema. Un año y pico del nuevo gobierno mostró que no era soplar y hacer botellas; las cosas no han mejorado sustancialmente. En seguridad hay que ir fino a lo que dice la LUC, no a la discusión genérica del tema. Es un tema complejo. No se resuelve porque se grite más fuerte.
—¿Por qué nombró la inclusión financiera como un aspecto central?
—En materia de inclusión financiera hay cosas escandalosas. Por ejemplo, el tema de que los salarios no se deban pagar por medios electrónicos. Sabemos que eso genera informalidad, evasión. Lo de la libertad financiera es engañoso porque el trabajador pierde libertad.
—¿Piensa que es un camino fácil llegar a la derogación de la LUC?
—No, está claro que el gobierno y la coalición están saliendo a dar batalla, una discusión política que es sana. Va a ser ajustado (el resultado), pero soy optimista. —¿Qué opinión le merece el episodio que terminó con la renuncia del ministro de Turismo Germán Cardoso?
—Si hubo irregularidades hay que denunciarlas, como hizo el FA, y que la Justicia actúe como debe. Me parece que procura ser una cortina de humo el retruque de Cardoso respecto al período anterior.
—El FA habla de recortes en economía, pero la ministra Azucena Arbeleche es una de las que está mejor evaluada en las encuestas. ¿Por qué se da eso?
—No comparamos la gestión con una encuesta. Tenemos una visión crítica de la política económica y de lo que fue la gestión específica de la pandemia. Se debió ayudar más, pero el gobierno siguió priorizando una lógica de recorte, que lo festeja como ahorros. Y en un contexto donde los efectos de estas políticas fueron muy negativos también para la economía, porque la economía uruguaya se estropeó más o igual que los países de vecinos.
—El presidente anunció un posible TLC con China. ¿Comparte este camino?
—Lo que se anuncia son estudios de factibilidad para un acuerdo con China. Bienvenido que el gobierno chino decida dar un paso en esta dirección; lo vemos con buenos ojos. En el gobierno anterior hubo como 16 notas de intercambio entre la cancillería uruguaya y la china. En 2017 se hizo un estudio de factibilidad, o sea que ese proceso lo vivimos. Después quedó en nada, más que nada por el lado chino. Ojalá que avance y haya una perspectiva mejor. Hay que ponderar económica y políticamente beneficiarios y perjudicados.