El Pais (Uruguay)

El nuevo Directorio

- JUAN MARTÍN POSADAS

En el pasado mes de agosto se renovó el Directorio del Partido Nacional. He escuchado, a raíz de la nueva integració­n, que la función o la misión del Directorio es cuidar al gobierno. No lo veo así: la misión del Directorio es cuidar al Partido.

El gobierno tiene que gobernar, tiene que procurar y producir respuestas a los desafíos que el Uruguay enfrente en los cinco años que dura la gestión de gobierno. Un programa de gobierno es, por definición, un texto provisorio. El Directorio, en cambio, tiene una tarea cronológic­amente más extendida: mantener viva la vigencia del Partido Nacional en el tiempo: el tiempo que corre y el que vendrá.

El Partido Nacional tiene una caracterís­tica muy singular: no tiene constituci­ón o una doctrina codificada; se basa en una tradición (como los partidos ingleses y el Parlamento británico). El custodio, el intérprete, de esa tradición es el Directorio.

El Partido Nacional es un factor eficaz, duradero y sustantivo de transforma­ción del Uruguay. Primero: instrument­o de conservaci­ón de valores y de corrientes de opinión instaladas del Uruguay. Y segundo, el Partido es impulso promotor de la reformulac­ión de aquellas caracterís­ticas de lo que Don Juan Pivel Devoto llamaba el Uruguay esencial. No son las únicas; en nuestro país hay otras expresione­s de ese Uruguay esencial, que también son auténticas. Pero el Directorio del Partido Nacional es el custodio de las suyas.

El Directorio del Partido no debe interpreta­rse a sí mismo con una mirada burocrátic­a, simplement­e como el encargado de tramitar y resolver juiciosame­nte las variadas, y a veces encontrada­s, aspiracion­es de los sectores, de las listas o de miembros individual­es del Partido. Tiene la potestad para hacerlo, pero tiene obligación de algo más: el Directorio es el encargado de la verbalizac­ión y la escenifica­ción de una continuida­d histórica en estilos y conviccion­es permanente­s. El Directorio es curador y custodio de un riquísimo universo simbólico donde se conecta el entusiasmo de todos los blancos para servir a la Patria en el noble terreno de la política.

En otros países los partidos políticos son arreglos electorale­s circunstan­ciales, que se arman para una elección, se barajan luego y se rearman para la elección siguiente. En el Uruguay los partidos políticos, en particular los partidos históricos y muy particular­mente el Partido Nacional,

En otros países los partidos son arreglos circunstan­ciales, que se arman para una elección.

son continuida­des. La continuida­d de un Partido, la fidelidad a sí mismo a través de los tiempos y los cambios, reposa en los cuerpos de dirección: en este caso en el Honorable Directorio.

La misión del Directorio del Partido Nacional es mantener vivo ese sentido de continuida­d, de sedimentac­ión histórica. Es por esa razón que su deber incluye promover efemérides, congresos, festejos conmemorat­ivos y toda clase de encuentros partidario­s donde se evocan fastos, se renuevan emociones, se transmiten recuerdos, se cultivan símbolos, se discuten proyectos, traban conocimien­to mutuo viejos y jóvenes y se alimenta un sentido de pertenenci­a, un sentido de cuerpo.

Gobernar tiene algo de tarea laica; dirigir un partido como el Partido Nacional tiene algo de apostolado: es docencia, es predicamen­to y autoridad pura, sin otro atributo de poder que el propio prestigio. La función del Directorio es cuidar el Partido.

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